Capitulo 36. King Kross

El ambiente seguía lleno de dolor y perdida por el final del capitulo anterior, desde el mismo momento en que se menciono a la maldición asesina tocando el cuerpo de Harry, el mundo se desvaneció para Lily y para james, pero, haciendo caso a lo que sus amigos les decían, tuvieron que aceptar que el único modo de evitarle todo ese sufrimiento a Harry era derrotando a voldemort antes de que pudiese acercarse al pequeño.

Tenían aún muchas cosas por hacer, debían interrogar a Pettigrew para obtener tanta información como pudiesen de los mortifagos, el traidor estaba siendo custodiado por Moody, por lo que sabían que no sería posible que escapara, pero aún no decidían que hacer con el cuando todo acabara, por otra parte estaba todo el trabajo que les implicaría lograr conseguir los Horrocruxes, hasta el momento solo tenían uno en su poder y los otros estaban probablemente bien custodiados por mortifagos y por otros sistemas de seguridad.

Ángela solo se tomo un segundo para mirar a su alrededor antes de empezar la lectura.

Capitulo 35. King Cross

-¿King Cross?--preguntó Remus--¿Que tiene que ver la estación con lo que esta pasando?

Nadie tuvo idea de que contestarle por lo que Ángela se limitó a continuar la lectura

Yacía bocabajo, escuchando el silencio.

-¿Qué?—preguntó Lily atónita—esta..¿esta vivo?

-No es posible—dijo james loco de alegría—Harry esta vivo.

Nadie se atrevió a decirles que era poco probable, que quizá fuese el punto de vista de alguien más, porque después de todo, Harry había sido impactado por la maldición asesina, no se había movido, no se había defendido, no había pasado nada que evitara su muerte.

Estaba absolutamente solo. Nadie lo estaba mirando. Nadie más estaba allí. No estaba completamente seguro de que él mismo estuviera allí.

-No estoy entendiendo nada!—protestó Lily, ella siempre había odiado no comprender algo, y si a eso se le sumaba que era algo relativo a su hijo lo que no estaba terminando de entender, se podía suponer la frustración que debía estar sintiendo.

-Ya entenderemos que está pasando—la tranquilizó james.

Bastante tiempo después, o quizá en ese mismo instante, le vino el pensamiento de que debía de existir, debía de ser más que un pensamiento incorpóreo, ya que estaba tendido, definitivamente tendido sobre alguna superficie. Por tanto tenía el sentido del tacto, y la cosa contra la que estaba tendido también existía.

-¿Qué demonios está pasando?—exigió sirius—nada de esto tiene ningún sentido!.

Todos estaban frustrados al no entender lo que ocurría, deseaban con todas sus fuerzas que Harry estuviese vivo, pero no lo veían posible, sin embargo, toda la situación que Ángela describía solo estaba sirviendo para llenarlos de confusión

Casi en el momento en que llegó a esa conclusión, Harry se dio cuenta de que estaba desnudo.

Varios Dejaron escapar suspiros de alivio, pues por fin confirmaban que eran los pensamientos de Harry los que estaban leyendo, un inmenso globo de esperanza se infló en todos, Lily seguía sin entender lo que ocurría, pero pensaba que fuera lo que fuera, era algo  que mantenía a su hijo a salvo, por lo menos sonaba a que Harry estaba bien.

Convencido como estaba de su total aislamiento, esto no le preocupó, pero sí le intrigó levemente. Si bien podía sentir, se preguntó si también podría ver. Abriéndolos, descubrió que  conservaba también el sentido de la vista.

-¿Qué esta ocurriendo?—dijo james—¿dónde demonios esta Harry?

-Creo—dijo Dumbledore con el ceño levemente fruncido—que Harry se encuentra en una especie de limbo o algo similar.

-Ósea que si..que si está..m-muerto—dijo Lily con voz derrotada.

-No estoy seguro—contestó el director—pero creo que no, pienso que Harry esta vivo.

-¿Qué le hace creer eso?—preguntó sirius y para todos fue evidente el tono de esperanza en su voz.

-Varios motivos—Dumbledore acomodó sus gafas de medialuna—el primero que estos pensamientos estén en el libro, indica que Harry puedo transmitírselos a la persona que lo escribió, además de la descripción que se da del lugar.

-Espero que tenga razón—dijo Remus con la mirada clavada en el libro, Ángela se apresuró a leer.

Yacía en medio de una brillante neblina, aunque no era como las otras neblinas que siempre había experimentado. Los alrededores no estaban ocultos por vapor nublado; más bien el vapor nublado no se había formado a su alrededor. El suelo en el que estaba echado parecía ser blanco, ni caliente ni frío, simplemente así, un espacio liso y blanco en el que estar.

Lily Sintió un súbito calor en el pecho, no sabia que pero algo le decía que su hijo estaba bien, al menos por el momento.

Se sentó. Su cuerpo parecía indemne. Se tocó la cara. Ya no llevaba las gafas puestas.

-Ahora se parece menos a mi—dijo james con un puchero, ahora que sabia que su hijo probablemente seguía vivo, podía estar un poco, pero solo un poco más relajado.

Entonces un ruido le llegó a través de la nada uniforme que le rodeaba: los pequeños y suaves golpeteos de algo que aleteaba, se sacudía y luchaba.

-¿Luchaba?—preguntó Frank preocupado—no..no creerán…¿no pensaran que puede ser voldemort?

-Espero que no—dijo Lily pálida de nuevo.

Era un sonido lastimoso, pero también ligeramente indecente. Tenía la incómoda sensación de que estaba escuchando algo vergonzoso y furtivo. Por primera vez, deseó estar vestido. Casi al instante de formarse el deseo en su mente, unas túnicas aparecieron a corta distancia. Las cogió y se las puso. Eran suaves, limpias, y cálidas. Era extraordinario cómo simplemente habían aparecido así, en el momento en que las quería…

-Igual que la famosa sala de menesteres—dijo Remus pensativo.

Se puso en pie mirando alrededor. ¿Estaba en alguna gran Sala de los Menesteres? Cuanto más lejos miraba, mas se veía. Un gran techo abovedado de cristal brillaba en lo alto bajo la luz del sol. Tal vez era un palacio. Todo estaba silencioso y quieto, exceptuando esos extraños golpeteos y sonidos gimoteantes que salían de algún lugar cercano, en la neblina…

Era sin duda el capitulo más extraño que habían leído, neblina, túnicas apareciendo, sonidos extraños.. ¿Qué más había en ese curioso lugar?.

Harry se giró lentamente, y los alrededores parecieron inventarse a si mismos ante sus ojos. Un gran espacio abierto, brillante y limpio, una grandiosa sala mucho más grande que el Gran Comedor, con ese límpido techo abovedado de cristal. Estaba bastante vacío. Era la única persona allí, excepto por…

-¿Por quien?—apuró james—¿Quién más esta allí?

Retrocedió. Había localizado la cosa que estaba haciendo los ruidos. Tenía la forma de un niño pequeño desnudo, arrebujado en el suelo, con la piel ajada y áspera, despellejada. Estaba temblando bajo el asiento donde había sido abandonado, no deseado, escondido fuera de vista, luchando por respirar.

Lily y Alice se estremecieron ante la descripción, Ángela tembló ligeramente, mientras los demás sentían como se les erizaba el vello de la nuca, era una imagen bastante aterradora.

Sintió miedo de él. Aunque era pequeño y frágil y estaba herido, no quería acercarse a él. Sin embargo, se fue acercando lentamente, listo para saltar hacia atrás en cualquier momento. Pronto estuvo lo suficientemente cerca para tocarlo, pero no fue capaz de hacerlo. Se sintió como un cobarde.

-No eres ningún cobarde—afirmó james con vehemencia—no he sabido de una persona más valiente que tú.

Debería reconfortarlo, pero le causaba repulsión.

-No puedes ayudar.

-¿Alguien más?—preguntó Frank cada vez más confundido.

Se dio la vuelta. Albus Dumbledore estaba andando hacia él, directo y lleno de energía, vistiendo prendas de un radical azul medianoche y con una túnica suelta de color azul medianoche.

Las miradas salieron disparadas hacia el director, quien se sintió halagado de aparecer para Harry en un momento como ese, en donde el chico iba a necesitar probablemente varias respuestas, Lily por su parte seguía molesta con Dumbledore, james, Remus y sirius no se quedaban atrás, no podían perdonarle hubiese enviado a Harry a la muerte de la forma en que lo hizo.

-Harry -abrió los brazos ampliamente, y sus manos estaban enteras, blancas e intactas-. Chico maravilloso. Valiente, valiente hombre. Paseemos.

-¿En serio?—reclamó james—después de que lo manda a la muerte sin ningún escrúpulo ¿solo se le ocurre decirle “paseemos”?, no puedo creerlo.

Dumbledore no hizo comentario alguno.

Atónito, Harry siguió a Dumbledore cuando este se alejó a grandes zancadas del gimoteante y despellejado niño, llevándolo a dos asientos que Harry no había notado previamente, que estaban colocados a cierta distancia bajo el alto y destellante techo. Dumbledore se sentó en uno de ellos y Harry en el otro, mirando la cara de su antiguo director. El largo cabello plateado y la barba de Dumbledore, los penetrantes ojos azules bajo las gafas de media luna, la nariz torcida: todo estaba como lo recordaba. Y aun así…

-Pero está muerto -dijo Harry.

-Bueno, eso fue grosero—dijo Lily pese a su enojo con Dumbledore no le gustaba que su hijo mostrara ese tipo de mala educación.

-Pero no por eso menos cierto—dijo Dumbledore con calma.

-Oh, sí -dijo Dumbledore de forma práctica.

-Entonces… ¿también estoy muerto?

-Ah -dijo Dumbledore, sonriendo más abiertamente-. Esa es la cuestión ¿no es cierto? En principio amigo mío, creo que no.

-Entonces es verdad—dijo Lily feliz—Harry..él puede sobrevivir.

-Siempre lo he dicho, Lily—dijo Dumbledore—no hay magia más poderosa que el amor, Harry se sacrificó por amor a sus seres queridos, por amor se entregó a la muerte, y un acto como ese, dado toda la historia entre voldemort y el, debía tener algún efecto protector en Harry.

Se miraron mutuamente, el hombre mayor todavía sonriendo.

-¿No? -repitió Harry.

-No -dijo Dumbledore.

-Pero… -Harry levantó instintivamente la mano hacia la cicatriz con forma de relámpago. No parecía que estar allí-. Pero debería haber muerto… ¡no me defendí! ¡Tenía la intención de dejar que me matara!

-Vamos Harry!—dijo sirius—¿acaso es que deseas que ese bastardo lograra matarte?.

-Claro que Harry no desea eso—lo cortó Lily—solo esta confundido—explicó pues ella se sentía exactamente igual—necesita respuestas, una explicación para lo que esta pasando.

-Y no es el único que lo necesita—dijo Alice con el ceño fruncido.

-Y esa voluntad -dijo Dumbledore-, pienso, marcó toda la diferencia.

La felicidad parecía irradiar de Dumbledore como una luz, como fuego. Harry nunca había visto al hombre tan completamente y palpablemente satisfecho.

-Explíquese -dijo Harry.

-Por favor—dijo Remus que parecía tener a su cerebro funcionando a toda marcha intentando comprender porque voldemort había fallado, pero al mismo tiempo agradeciendo a Merlin que lo hubiese hecho.

-Pero ya lo sabes –dijo Dumbledore. Se cruzó de brazos y jugueteó con los dedos.

-Dejé que me matase –dijo Harry-, ¿verdad?

-Lo hiciste –dijo Dumbledore, asintiendo con la cabeza-. ¡Sigue!

-Así que la parte de su alma que estaba en mí…

-Se ha ido!—bramó james con alegría—ya no está, Harry no es más un horrocrux!.

-Y el mismo voldemort destruyó una parte de su alma—asintió Remus.

-Pero eso no explica cómo puedo Harry sobrevivir al proceso—dijo Frank.

-Ya lo había dicho—saltó sirius rebosante de alegría—mi ahijado es genial!.

Dumbledore asintió todavía con más entusiasmo, instando a Harry a seguir, con una amplia sonrisa de aliento en la cara.

-… se ha ido?

-¡Oh sí! –dijo Dumbledore-. Sí, la destruyó. Tu alma está completa, y es completamente tuya, Harry.

-Para siempre—juró Lily—porque voldemort jamás se le acercara, jamás lo tocara, y Harry nunca será un horrocrux.

-Pero entonces…

Harry miró por encima de su hombro, hacia donde la pequeña y mutilada criatura temblaba bajo la silla.

-¿Qué es eso, profesor?

-No te preocupes por eso—lo instó sirius—estas bien, sobreviviste..de nuevo!.

-Ja!—james estaba radiante—ya quiero ver la reacción del imbécil de voldemort cuando sepa que falló de nuevo, cuando se de cuenta de que no puede matar a Harry.

-Algo que está más allá de nuestra ayuda –dijo Dumbledore.

-Pero si Voldemort usó la Maldición Asesina –empezó Harry otra vez-, y nadie murió por mí esta vez… ¿cómo puedo estar vivo?

-Eso es lo que me gustaría saber—dijo Remus en un susurro que solo el pudo oír.

-Creo que lo sabes –dijo Dumbledore-. Piensa en lo que pasó. Recuerda lo que hizo, en su ignorancia, en su codicia y crueldad.

-Oh, casi nada—ironizó sirius—solo torturo, asesino, manipulo, ese tipo de cosas.

-Creo que Dumbledore se refiere a algo más especifico—dijo Lily con el ceño fruncido.

Harry pensó. Dejó que su mirada vagase por los alrededores. Si efectivamente estaban sentados en un palacio, era uno extraño, con sillas colocadas en pequeñas filas y trozos de verja aquí y allá. Y aún así, él y Dumbledore y la atrofiada criatura bajo la silla eran los únicos seres allí. Entonces la respuesta brotó en sus labios con facilidad, sin esfuerzo.

-Tomó mi sangre –dijo Harry.

-¿Qué ese bastardo hizo que?—bramó james furioso.

-Creo que ahora entiendo como fue que voldemort pudo regresar—dijo Dumbledore con mirada sombria.

-¿Cómo?—preguntó Frank

-Un ritual de magia oscura—explicó el director—supongo que tuvo que hacerse con los huesos de su padre, que está enterrado en un pequeño pueblo, no debió ser difícil, cualquiera que estuviera a su servicio pudo tomarlo, voldemort tiene varios seguidores bastante fieles que harían cualquier cosa en caso de que éste se encontrara débil, y esa misma persona debió proveerle carne voluntariamente, y finalmente iba a necesitar sangre de un enemigo—todos oía asqueados la descripción preguntándose quién podría haberse prestado para tal cosa—y ¿Quién podría significar para voldemort un enemigo peor que el chico que lo hizo irse en primer lugar?, no sé como habrá hecho para atraer a Harry al ritual, y mucho menos termino de entender como pudo sobrevivir Harry esa vez, pero de esa forma voldemort logró regresar, lo que también significa que el sacrificio de Lily vive en voldemort, es decir, mientras esa parte del sacrificio sobreviva…

-Harry esta protegido de voldemort—finalizó james—te lo dije Lils, eres genial, nuestro Harry sobrevivió gracias a ti, no una sino dos veces!

-Pero ¿Eso no protegería también a voldemort?—preguntó Remus aterrado.

-No—Dumbledore sacudió la cabeza—es un sacrificio de amor de una madre por su hijo, la maldad de voldemort no le permite ser protegido por ese sacrificio, aún cuando haya tomado la sangre de Harry.

-¡Precisamente! –dijo Dumbledore-. ¡Tomó tu sangre y reconstruyó su cuerpo vivo con ella! Tu sangre en sus venas, Harry, ¡la protección de Lily dentro de ambos! ¡Te ató a la vida mientras él viva!

-Pero ahora ¿voldemort puede morir?—preguntó Frank

-Sí, si logran destruir a la serpiente—afirmó Dumbledore.

-Yo vivo… ¿mientras él vive? Pero pensé… ¡pensé que era al revés! Pensé que ambos teníamos que morir. ¿O es lo mismo?

-La profecía—recordó james—pero, nunca nos dijo exactamente lo que decía—reclamó mirando a Dumbledore—solo nos dijo que voldemort había oído de una profecía que hablaba de Harry, y que por eso ahora quería darle caza.

-No tiene sentido que se los diga ahora—indicó el director.

-Pues yo quiero conocer la razón exacta por la que mi hijo esta en un peligro como este—exigió Lily.

Dumbledore exploró el rostro decidido de los Potter, así como las miradas exigentes de sirius y Remus, y tomó un suspiro.

-“El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca...Nacido de los que lo han desafiado tres veces—los Potter y los Longbotton saltaron en sus asientos—, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes...

-Pero..eso—balbuceó Alice—podría referirse a Neville también.

-Hasta ahí sí—afirmó Dumbledore—pero la profecía no termina allí—los Potter y los Longbotton compartieron miradas de preocupación antes de que Dumbledore continuara—d Y el señor tenebroso lo señalará como su igual,

-La cicatriz—dijo james

-No Solo la cicatriz—explicó Dumbledore—es mucho más que eso, voldemort podía escoger dos niños que cumplían con lo descrito por la profecía, pero escogió a Harry ¿Por qué?, quizá nunca lo sabremos con seguridad, pero lo cierto es que voldemort señaló a Harry como aquel que podía vencerlo, no escogió a Neville, el niño sangre limpia, que según su línea de pensamiento sería el más poderoso, sería la verdadera amenaza, no, voldemort escogió a Harry, un mestizo, con sangre muggle corriendo por sus venas, alguien más parecido a él en cuanto a origen, que Neville.

-Pero ¿Cómo podría voldemort temer a un niño?—dijo Lily mirando con pánico a su hijo.

-Por la siguiente parte de la profecía—le explicó Dumbledore para continuar—pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes...”

-¿Cuál es ese poder?—preguntó Frank—Harry es muy valiente, pero ¿Qué poder tiene que voldemort no posea?

-¿No se te ocurre ninguno?—preguntó Dumbledore con una sonrisa—ha estado bastante claro a lo largo del libro—Frank lo miró sin comprender, pero Lily sin embargo con una sonrisa contestó:

-El amor—Dumbledore asintió con mirada brillante—mi hijo tiene el poder de amar hasta el punto de poder dar su vida sin titubear por salvar a los que quiere.

-Y estuvo bendito por el amor desde su primer encuentro con voldemort—finalizó Dumbledore.

-Creo..creo que usted sabia—dijo Lily sonrojada—usted sabia que Voldemort no podría matar a Harry.

-Bueno, es posible que lo sospechara—la tranquilizó Dumbledore—pero no estamos seguros de eso.

Fue distraído por los gemidos y golpeteos de la criatura que agonizaba tras ellos, y de nuevo miró hacia atrás para verla.

-¿Está seguro de que no podemos hacer nada?

-Es un fragmento de alma de voldemort—escupió sirius—por supuesto que no pueden hacer nada por el.

-No hay ayuda posible.

-Entonces explíqueme… más –dijo Harry, y Dumbledore sonrió.

-Tú fuiste el séptimo Horrocrux, Harry, el Horrocrux que nunca tuvo intención de hacer. Había vuelto su alma tan inestable que se rompió en pedazos cuando cometió esos actos de atroz maldad, el asesinato de tus padres, el intento de matar a un niño. Pero lo que escapó de esa habitación fue menos de lo que supo. Dejó algo más que su cuerpo detrás. Dejó parte de su alma pegada a ti, la víctima en potencia que había sobrevivido.

-Y que volvió a sobrevivir—dijo james rebosante de orgullo—y que lo hará de nuevo de ser necesario.

»¡Y su conocimiento permaneció deplorablemente incompleto, Harry! Aquello a lo que Voldemort no da valor, no se toma la molestia de entender. De elfos domésticos y cuentos de niños, de amor, lealtad e inocencia, Voldemort no sabe ni entiende nada. Nada. Que todos tienen un poder más allá del suyo, un poder más allá del alcance de cualquier magia, es una verdad que nunca ha comprendido.

-Ni será capaz de comprender jamás—afirmó Alice—es un monstruo sin corazón, nunca lograra comprender nada tan puro como el amor.

»Tomó tu sangre pensando que lo haría más fuerte. Tomó en su cuerpo una pequeña parte del encantamiento que tu madre colocó en ti cuando murió por salvarte. El cuerpo de Voldemort mantiene su sacrificio vivo, y mientras ese encantamiento sobreviva, asimismo lo harás tú y también la última esperanza de redención de Voldemort.

-Si claro—se burló sirius—porque voldemort intentará arrepentirse de todo lo malo y se dedicara a hacer el bien por todo el mundo.

Dumbledore sonrió a Harry y éste lo miró.

-¿Y usted sabía todo esto? Lo sabía… ¿todo este tiempo?

Lily y james contuvieron el aliento, pues si en el futuro, Dumbledore sabia que Harry sobrevivía, ellos habían sido muy injustos con el viejo director.

-Lo suponía. Pero mis suposiciones normalmente han sido buenas –dijo Dumbledore con alegría, y continuaron sentados en silencio durante lo que pareció un largo rato, mientras la criatura que estaba detrás continuaba gimiendo y temblando.

-Señor—dijo Lily avergonzada—yo, lo lamento…fui

-Fuimos—intervino james—los dos fuimos muy injustos—Dumbledore alzó la mano pero james no lo dejó—no, espere, lo lamentamos, no debimos comportarnos de esa forma.

-Creo que todos lo juzgamos mal—dijo Remus

-Igual que con Que..esto, que con Snape—se unió sirius

-Aún así—dijo Lily—fue muy cruel enviar a Harry a la muerte de ese modo, sin esperanza posible.

-Debes entender..—empezó Dumbledore

-Lo sé—dijo Lily—debía hacerse así, de lo contrario quizá Harry no habría sobrevivido, pero es mi hijo, mi pequeño, no puedo soportar imaginarlo en esa situación—se estremeció—sin embargo no es culpa suya que Voldemort persiga a mi hijo, usted intentó protegerlo y no me alcanzará la vida para pagárselo.

-No tienes ninguna deuda conmigo—la voz rota del director los sorprendió a todos—solo hice por Harry lo que debí haber hecho por mi hermana Ariana.

-Hay más –dijo Harry-. Hay más sobre eso. ¿Por qué mi varita rompió la que él había tomado prestada?

-Exacto—dijo Frank—me he estado preguntando eso todo el tiempo.

-Sobre eso no puedo estar seguro.

-A ver si sus sospechas se confirman, entonces. –dijo Harry, y Dumbledore rió.

No pudieron evitar la sonrisa ante lo dicho por Harry, Ángela solo podía agradecer que Harry estuviese bien, le agradaba haber podido leer el capitulo en el que podían ver que la esperanza no estaba perdida, en el que podían comprobar que había algo de justicia y que las cosas no salieron bien para Voldemort.

-Lo que debes entender, Harry, es que tú y Lord Voldemort han viajado juntos en dominios de la magia hasta el momento desconocidos y no probados. Pero esto es lo que creo que pasó, y no tiene precedente, y pienso que ningún fabricante de varitas se lo podría haber pronosticado o explicado a Voldemort.

-Por suerte contamos con alguien más brillante que cualquier fabricante de varitas—dijo james sonriéndole al director, Dumbledore estaba más a gusto por la compresión de los Potter que por el cumplido en sí.

»Sin tener intención de ello, como sabes ahora, Lord Voldemort dobló el vínculo entre ustedes cuando volvió a la forma humana. Un parte de su alma todavía estaba pegada a la tuya, y pensando en fortalecerse, tomó una parte del sacrificio de tu madre en sí mismo. Si sólo hubiese entendido el preciso y terrible poder de ese sacrificio, tal vez no se habría atrevido a tocar tu sangre…

-si lo hubiese entendido no sería el monstruo sin corazón que intentamos combatir—afirmó Lily.

 Pero entonces, si hubiese sido capaz de entenderlo, no podría ser Lord Voldemort, y quizás nunca habría asesinado.

Todos asintieron sin dudarlo un segundo, sabían que voldemort jamás podría comprender un sacrificio como el que Lily había hecho por Harry.

»Habiendo asegurado esta conexión doble, habiendo enlazado su destinos juntos con más seguridad de lo que alguna vez dos magos han estado unidos en la historia, Voldemort procedió a atacarte con una varita que compartía núcleo con la tuya. Y entonces algo muy extraño pasó, como sabemos. Los núcleos actuaron de una forma que Lord Voldemort, que nunca supo que tu varita era una gemela de la suya, nunca habría esperado. Tenía mucho más miedo que tú esa noche, Harry. Habías aceptado, incluso abrazado la posibilidad de la muerte, algo de lo que Lord Voldemort nunca ha sido capaz.

-Pues va a tener que aceptarla—aseguró james—porque no va a continuar vivo y haciendo daño por mucho más tiempo.

Tu valentía ganó, tu varita sobrepasó en poder a la suya.

-Brilllante!—se emocionó sirius—a ver, a ver ¿Quién tiene el mejor ahijado del mundo?—preguntó contento.

Y al hacer eso, algo pasó entre esas dos varitas, algo que repitió la relación entre sus amos. Creo que tu varita se imbuyó de parte del poder y las cualidades de la varita de Voldemort esa noche, que es lo mismo que decir que pasó a contener un poco del mismo Voldemort.

-Ay, no!—se quejó james—la varita de Harry tiene algo de ese desgraciado.

-Pues eso le salvo la vida—le recordó Lily

-Además—sirius había recuperado su buen humor al saber que su ahijado estaba a salvo por el momento—hasta el mismo poder de voldemort se vuelve en su contra, ¿no es genial?

 Así que tu varita lo reconoció cuando te persiguió, reconoció al hombre que era a la vez familiar y enemigo mortal, y regurgitó parte de su propia magia contra él, magia mucho más poderosa que la que la varita de Lucius había realizado alguna vez. Tu varita ahora contiene el poder de tu enorme valentía y la propia habilidad mortal de Voldemort: ¿Qué oportunidad tenía esa pobre ramita de Lucius Malfoy?

-Ninguna!—dijo james feliz—no tenia ninguna oportunidad contra la varita de mi hijo!.

-Pero si mi varita era tan poderosa, ¿cómo es que Hermione fue capaz de romperla? –preguntó Harry.

­-Creo que lo anterior solo se aplica a cuando se combate con Voldemort—dijo Frank—vaya ventaja la que tenia Harry, es una lástima que su varita se haya roto.

-Mi querido muchacho, sus extraordinarios efectos fueron únicamente dirigidos a Voldemort, que había interferido de forma tan poco aconsejable con las leyes más profundas de la magia. La varita sólo fue anormalmente poderosa al enfrentarse a él. Por lo demás era una varita tan normal como cualquier otra… aunque una muy buena, estoy seguro –terminó Dumbledore amablemente.

-Y sabemos el cariño que le tiene un mago a su varita—dijo Remus—la tenemos desde los once años, y sabemos que las otras no funcionan igual de bien que la nuestra propia.

Harry permaneció sentado pensando durante bastante tiempo, o tal vez segundos. Ahí era bastante complicado estar seguro de cosas como el tiempo.

-Me mató con su varita.

-Falló al matarte con mi varita –corrigió Dumbledore a Harry-. Creo que podemos estar de acuerdo en que no estás muerto… aunque, por supuesto –añadió, como si temiese haber sido descortés-, no minimizo tus sufrimientos, que estoy seguro fueron severos.

-Mucho más que severos—afirmó Lily aunque evitando el reclamo de su voz, ya sabia que se había equivocado con Dumbledore—mi pobre hijo.

-Aunque ahora me siento genial –dijo Harry, bajando la vista a sus manos limpias y sin manchas-. ¿Dónde estamos, exactamente?

-Bien, podrías haber empezado preguntando eso—se burló sirius

-Black, te lo he dicho mil veces—le dijo Lily—no te burles de mi hijo!.

-Bueno, te iba a preguntar eso –dijo Dumbledore, mirando alrededor-. ¿Dónde dirías que estamos?

Hasta que Dumbledore lo preguntó, Harry no lo había sabido. Ahora, sin embargo, se encontró con que tenía una respuesta preparada.

-Parece –dijo lentamente-, la estación de King’s Cross. Excepto que mucho más limpia y vacía, y por lo que puedo ver, no tiene trenes.

-Vaya—dijo Remus asombrado—vaya lugar que escogió Harry para simbolizar esta especie de limbo.

-¿Qué quieres decir?—preguntó Alice confundida.

-La vida y la muerte—explicó Remus—el mundo muggle y el mundo mágico ¿lo entiendes?

-Oh—dijo Alice cayendo en cuenta—claro!.

-¡La estación de King’s Cross! –Dumbledore se estaba riendo entre dientes excesivamente-. ¿Dios mío, de verdad?

-Bueno, ¿dónde piensa usted que estamos? –dijo Harry, un poco a la defensiva.

-Cuidado Dumbledore—lo previno sirius sonriendo—no querrá sacar el carácter Evans de Harry, créame no será agradable.

-Pues tú no haces más que sacar el carácter de Lily—le dijo su novia—un día de estos vas a hacer que Lily me deje viuda—y ante la sonrisa de los demás, Ángela volvió a leer.

-Mi querido muchacho, no tengo ni idea. Esto es, como dicen, tu fiesta.

Harry no tenía ni idea de lo que quería decir eso; Dumbledore estaba siendo exasperante. Lo miró airado, y entonces recordó una pregunta mucho más apremiante que esa de su actual localización.

-Las Reliquias de la Muerte –dijo, y se alegró al ver que las palabras le borraban la sonrisa a los labios de Dumbledore.

-Bueno, Harry sabe como cambiar el estado de ánimo de alguien en cuestión de segundos—dijo Alice un poco preocupada.

-Ah, sí –dijo él. Incluso parecía un poco preocupado.

-¿Bueno?

Por primera vez desde que Harry conocía a Dumbledore, pareció menos un hombre mayor, mucho menos. Fugazmente pareció un niño pequeño pillado en una maldad.

Y Lo curioso era que, en ese mismo momento, Dumbledore lucia muy similar a como el libro lo describía, ni siquiera sirius se atrevió a hacer comentario alguno.

-¿Puedes perdonarme? –dijo-. ¿Puedes perdonarme por no confiar en ti? ¿Por no decírtelo? Harry, sólo temía que fallases como yo lo había hecho. Temía que cometieses mis errores. Ansío tu perdón, Harry. He sabido, desde hace bastante tiempo, que eres el mejor hombre de los dos.

-¿Qué?—dijo james muy bajito, solo Lily apoyada en su pecho pudo oírlo, Dumbledore pensaba que por fin estaba actuando de manera correcta.

-¿De qué está hablando? –preguntó Harry, sobresaltado por el tono de Dumbledore, por las repentinas lágrimas en sus ojos.

Ninguno había llegado a comprender lo extremadamente doloroso que era para Dumbledore todo el asunto de las reliquias, pero mientras Ángela leía podían ver que tanto en el futuro como en el presente, la reacción de Dumbledore no variaba.

-Las Reliquias, las Reliquias –murmuró Dumbledore-. ¡El sueño de un hombre desesperado!

-¡Pero son reales!

-Y completamente peligrosas—dijo Dumbledore con voz derrotada—solo alguien tan noble como Harry podría ser merecedor de reunir tales objetos.

-Reales y peligrosas, y un atractivo para los tontos –dijo Dumbledore-. Y yo era tan tonto. Pero lo sabes, ¿verdad? Ya no tengo más secretos para ti. Lo sabes.

-¿Qué sé?

Lily y los demás estaban cada vez más sorprendidos, por una parte por la actitud de Dumbledore, y por la otra, porque Harry a cada palabra les demostraba más su nobleza, estaba enfadado con Dumbledore durante casi todo el libro, pero ahora, no había acusación en sus palabras, solo ganas de entenderlo todo.

Dumbledore giró todo su cuerpo para enfrentar a Harry, y las lágrimas todavía destellaban en los brillantes ojos azules.

-El amo de la muerte, Harry, ¡el amo de la Muerte! ¿En última instancia, fui mejor que Voldemort?

-Claro que lo fue!—bramaron todos tan pronto Ángela leyó la frase.

-Usted siempre ha evitado matar si puede hacerlo—le recordó james

-Y ha protegido a toda la comunidad mágica tanto como ha podido, especialmente a Hogwarts—siguió Remus

-Y si no fuera por usted, probablemente james, Harry y yo estaríamos muertos—agregó Lily—usted nos previno que voldemort nos buscaba.

-Gracias a que creo que la orden se han salvado cientos de vidas inocentes—dijo esta vez Alice mientras su esposo asentía.

-No se atreva a compararse con voldemort—dijo sirius—porque usted es un millón de veces mejor mago, pero sobre todo mejor persona que el, y ¿sabe por que?—preguntó sirius y sin esperar respuesta continuo—porque usted reconoció sus errores de juventud, y ha pasado el resto de su vida intentando remediarlos y haciendo de este mundo un lugar mejor donde vivir.

Dumbledore no dijo nada, pero todos vieron en sus ojos el profundo agradecimiento por las palabras que le habían dicho.

-Por supuesto que lo fue –dijo Harry-. Por supuesto… ¿cómo puede preguntar eso? ¡Nunca mataba si podía evitarlo!

-¿Lo Ve?—insistió james—Harry también lo cree.

-Cierto, cierto –dijo Dumbledore, que parecía un niño buscando confianza-. Y aún así busqué una manera de conquistar a la muerte, Harry.

-No de la forma que él lo hizo –dijo Harry. Después de toda su rabia contra Dumbledore, qué extraño era sentarse ahí, bajo el alto techo abovedado, y defender a Dumbledore de sí mismo-. Reliquias, no Horrocruxes.

-Eso solo demuestra aún más la bondad de Harry—comentó Dumbledore

-Reliquias –murmuró Dumbledore-, no Horrocruxes. Precisamente.

Hubo una pausa. La criatura detrás de ellos gimoteó, pero Harry no volvió a mirar alrededor.

-¿Grindelwald también las buscaba? –preguntó.

-Claro que las buscaba—dijo con voz triste—fue eso lo que más nos unió.

-Lamento mucho todo lo que ocurrió con él—dijo james—puedo entender perfectamente lo que es desilusionarse de un amigo.

Dumbledore no dijo nada, pero era evidente que james solo entendía hasta cierto punto, porque después de todo, Gellert Grindelwald no fue solo visto como un amigo, Albus realmente llegó a enamorarse de él, fue la primera y única vez que sintió algo como eso.

Dumbledore cerró los ojos un momento y asintió.

-Era la cosa, por encima de todo, que nos acercó. –dijo en voz baja-. Dos chicos listos y arrogantes con una obsesión común. Quería ir al Valle de Godric, como estoy seguro de que acertaste, debido a la tumba de Ignotus Peverell. Quería explorar el lugar donde el tercer hermano había muerto.

-Eso significa—dijo james desconcertado—que soy descendiente de los Peverell.

-Bien cornamenta—dijo sirius—creo que ya sabemos porque es que los Potter son tan reconocidos—luego bromeando dijo—después de todo vienen de una noble estirpe.

-Cállate canuto!—reclamó james sonrojado.

-¿Entonces es cierto? –preguntó Harry-. ¿Todo eso? Los hermanos Peverell…

-… fueron los tres hermanos del cuento –dijo Dumbledore, asintiendo-. Oh, sí, creo que sí. Si conocieron o no a la Muerte en un camino solitario… creo que es más probable que los hermanos Peverell fuesen simplemente magos dotados y peligrosos que consiguieron crear esos objetos poderosos.

-Bueno, creo que entendemos porque Harry muestra ser un mago poderoso a tan corta edad—dijo Frank—desciende de magos muy bien dotados, además de que todos sabemos lo buena bruja que es Lily, no podría esperarse menos de tremenda combinación.

-Si—dijo sirius—con Lily y los peverell, ni cornamenta podría arruinarlo.

De repente sirius estaba colgando del techo.

-Y no fui yo—dijo Lily con voz cantarina

-Oh, vamos cornamenta—pidió sirius—solo era una broma ¿A dónde fue tu sentido del humor?, bájame ya.

-Hazlo tu mismo—le contestó james burlón—¿no eres mago?, usa tu varita

-Lo haría—protestó sirius—pero un imbécil me tomo con la guardia baja y mi varita quedo en el piso—dijo señalándola.

-Bueno, no es que vayas a conseguir mucho llamando imbécil a la persona que te colgó ¿o si?—preguntó james mientras los demás reía divertidos—pero ¿sabes que?, es mejor si te bajo rápido antes de que la sangre en tu cabeza te deje más tonto, la pobre Ángela no se lo merece—y con una sacudida de la varita sirius se precipitó hacia el suelo.

-Esta me la pagas cornamenta—juró recogiendo la varita—y tu—se volvió hacia Ángela—vaya buena novia—se quejó—te burlas de mi en lugar de ayudarme.

-Tú te lo buscaste—le contestó aún sonriendo y luego ante la risa de los demás reemprendió la lectura

 La historia de que fuesen las propias Reliquias de la Muerte, me parece el tipo de leyenda que podría haberse extendido alrededor de esas creaciones.

»La Capa, como sabes ahora, viajó a través de los años, de padre a hijo, de madre a hija, hasta el último descendiente vivo de Ignotus, que nació, al igual que Ignotus, en el pueblo del Valle de Godric.

Dumbledore sonrió a Harry.

-¿Yo?

James sonrió orgulloso, siempre le había tenido un cariño especial a ese capa, desde el mismo momento en que su padre se la había obsequiado al iniciar Hogwarts.

-Tú. Has adivinado, lo sé, porque la Capa estaba en mi posesión la noche en que tus padres murieron. James me la había enseñado justo unos días antes. ¡Explicaba tanto sus travesuras no descubiertas en el colegio! Apenas podía creer lo que estaba viendo. Se la pedí prestada, para examinarla. Hacía mucho que había desistido de mi sueño de juntar las Reliquias, pero no pude resistirme, no pude evitar querer examinarla… Era una Capa como nunca había visto, extremadamente antigua, perfecta en todos los sentidos… y entonces tu padre murió, y yo tuve dos Reliquias, ¡todas para mí!

Todos sabían que eso estaba siendo especialmente duro para el director, a pesar de que no hubiese pasado aún, pues veían en su mirada tal dolor que no era necesario practicar legeremancia para saber lo que estaba pasando por la mente del director.

Su tono era insoportablemente amargo.

-Aunque la Capa no les habría ayudado a sobrevivir –dijo Harry con rapidez-. Voldemort sabía dónde estaban mis padres. La Capa no les habría hecho inmunes a las maldiciones.

-Así es—afirmó james de inmediato—la capa no habría evitado que muriéramos.

-Cierto –suspiró Dumbledore-. Cierto.

Harry esperó, pero Dumbledore no habló, por lo que apuntó:

-¿Así que había abandonado la búsqueda de las Reliquias cuando vio la Capa?

-Oh sí –dijo Dumbledore débilmente. Parecía que se estaba obligando a encontrar los ojos de Harry-. Sabes lo que pasó. Lo sabes. No puedes despreciarme más de lo que me desprecio a mí mismo.

-Pero no le desprecio.

-Por Supuesto que no—dijo Alice—¿Quién podría hacerlo después de todo lo que ha hecho por el mundo mágico?, además, como le hemos dicho, usted se arrepintió, y todos tenemos derecho a una oportunidad.

-Entonces deberías hacerlo –dijo Dumbledore. Tragó aire profundamente-. Conoces el secreto de la mala salud de mi hermana, lo que le hicieron esos muggles, en lo que se convirtió. Sabes cómo mi pobre padre buscó la venganza, y pagó el precio, muriendo en Azkaban. Sabes cómo mi madre renunció a su propia vida para cuidar de Ariana.

-Cualquier madre haría lo que fuera por un hijo—afirmó Lily mientras Alice asentía—no importa lo que eso signifique.

»Yo estaba resentido por eso, Harry.

Dumbledore lo indicó sin rodeos, con frialdad. Ahora estaba mirando por encima de la cabeza de Harry, hacia la distancia.

Dumbledore bajo de nuevo la cabeza, recordando los amargos sentimientos que albergaba en su pecho al recordar su juventud, tantos errores, tanto egoísmo, y había sido la pequeña y dulce Ariana la que había pagado por eso.

-Tenía dones, Harry, era brillante. Quería escapar. Quería brillar. Quería la Gloria. »No me malinterpretes. –dijo, y el dolor cruzó su cara, de modo que de nuevo parecía un anciano-. Los amaba, amaba a mis padres. Amaba a mi hermano y a mi hermana, pero era egoísta, Harry, más egoísta de lo que tú, que eres una persona extraordinariamente desinteresada, puedas imaginar.

Nadie tenia una replica para eso, ya había quedado establecido que la bondad de Harry no conocía limites.

»Entonces, cuando mi madre murió y quedé responsable de una hermana enferma y un hermano discolo, volví al pueblo con ira y amargura. ¡Atrapado y desaprovechado!, pensé. Y entonces por supuesto, él vino…

-Tuvo que ser una situación muy complicada—dijo Alice compasiva.

-Y Grindelwald se aprovechó de eso—afirmó Lily.

Dumbledore miró nuevamente a Harry a los ojos.

-Grindelwald. No te puedes imaginar cómo sus ideas me atraparon, Harry, me excitaron. Muggles forzados al servilismo. Nosotros los magos, triunfantes. Grindelwald y yo, los gloriosos jóvenes líderes de la revolución.

Intentaban no volver a enojarse con Dumbledore, y el hecho de que el director estuviese admitiendo sus errores ayudaba muchísimo a eso, sin embargo, seguía causándoles algo de malestar el comportamiento de Albus durante su juventud, pero ya habían decidido no juzgarlo y aceptar que se había equivocado.

»Oh, tuve unos pocos escrúpulos. Calmé a mi conciencia con palabras vacías. Todo sería para el bien superior, y cualquier daño hecho sería reparado cien veces más en beneficios para los magos. ¿Sabía, en lo más profundo de mi corazón, lo que era Gellert Grindelwald? Creo que lo sabía, pero cerré los ojos. Si los planes que estábamos haciendo daban resultado, todos mis sueños se harían realidad.

-Es fácil cerrar los ojos si se trata de ver los defectos de aquellos a quienes queremos, o las cosas que están mal con ellos—dijo james—mire a Pettegrew, todo el tiempo estuvo frente a nosotros que el era el traidor, sus ausencias, su alejamiento de nosotros, su insistencia en saber siempre que nuevos planes tenia la orden, pero nadie lo vio, el amor nos ciega, no podemos dudar de alguien a quien queremos.

»Y en el corazón de nuestras maquinaciones, ¡las Reliquias de la Muerte! ¡Cómo le fascinaban, cómo nos fascinaban a los dos! ¡La varita invencible, el arma que nos llevaría al poder! La Piedra de Resurrección… para él, aunque yo fingía no saberlo, ¡significaba un ejército de Inferi! Para mí, te confieso, significaba la vuelta de mis padres, y que se fuesen todas las responsabilidades de mis hombros.

Miraban con pena al director, se veía tan diferente al siempre imponente Albus Dumbledore, el que siempre sabia que hacer, con mirada calma y respuestas para todo, ahora se limitaba a mirar el suelo con lagrimas brillando tras los lentes de medialuna.

»Y la Capa… por alguna razón, nunca discutimos mucho la Capa, Harry. Ambos nos ocultábamos lo suficientemente bien sin la Capa, cuya verdadera magia, por supuesto, es que se podía usar para proteger y escudar a otros además de a su dueño. Pensé que si alguna vez la encontrábamos, podría ser útil para esconder a Ariana, pero nuestro interés en la Capa era principalmente que completaba el trío, ya que la leyenda decía que el hombre que uniese los tres objetos sería el verdadero amo de la Muerte, lo que nosotros pensábamos que significaba “invencible”.

Ángela sentía pena al estar leyendo las confesiones de Dumbledore, sobre todo al ver como afectaban estas al director, era evidente que era un recuerdo que lo torturaba.

»¡Invencibles amos de la Muerte, Grindelwald y Dumbledore! Dos meses de locura, de sueños crueles, y de abandono de los únicos dos miembros de mi familia que me quedaban. Y entonces… ya sabes lo que pasó. La realidad volvió en forma de mi brusco, poco académico e infinitamente mucho más admirable hermano. No quise escuchar las verdades que me gritó. No quise escuchar que no podía exponerme y buscar las Reliquias con una frágil e inestable hermana a cuestas.

-Debí escucharlo—se lamentó Dumbledore—ella estaría viva, Aberforth siempre tuvo razón, y yo fui un necio que llevo a mi pequeña hermana a la muerte.

-No sea tan duro con usted mismo—dijo Ángela  mientras Lily y Alice asentían—usted no quería que ella resultara herida.

-Eso no cambia el resultado—se limitó a contestar Dumbledore—por favor Ángela, continua.

»La discusión se convirtió en una pelea. Grindelwald perdió el control. Eso que siempre había sentido en él, aunque fingía que no, ahora se volvió un ser terrible. Y Ariana… después de todo el cuidado y precaución de mi madre… yació muerta en el suelo.

Ángela leyó con un nudo en la garganta, todos vieron como Dumbledore reprimió el estremecimiento ante la ultima frase, la palabra muerta resonaba en la cabeza de todos.

Dumbledore soltó un pequeño jadeo y empezó a llorar de verdad. Harry estiró la mano y se alegró al encontrarse con que podía tocarlo. Lo agarró del brazo con fuerza, y gradualmente Dumbledore recuperó el control.

-Harry es un muchacho maravilloso—dijo Dumbledore con sinceridad—creo que el me dio la oportunidad de hacer con el lo que jamás pude hacer con Ariana, y eso es algo que siempre le tendré que agradecer.

-Pero..digo..bueno, aún no lo ha hecho—dijo james apenado.

-Pero se que cuando llegó el momento lo hice—explicó—y eso es suficiente para mi.

-Bueno, Grindelwald escapó, como cualquiera menos yo podía haber pronosticado. Se desvaneció, con sus planes de alcanzar el poder, y sus maquinaciones de torturas a muggles, y sus sueños sobre las Reliquias de la Muerte, sueños en los que lo había animado y ayudado. Escapó, mientras yo me quedé para enterrar a mi hermana, y aprender a vivir con mi culpa y mi terrible pesar, el precio de mi deshonra.

Dumbledore tenia un aspecto tan derrotado que, si alguien ajeno a lo que estaban leyendo hubiese entrado en la habitación en ese momento y hubiese visto a Dumbledore habría pensado que no era él, que quizá alguien lo estaba suplantando con poción Multijugos.

»Pasaron los años. Hubo rumores sobre él. Decían que se había hecho con una varita de inmenso poder. Mientras tanto, a mi me ofrecieron el puesto de Ministro de Magia, no una vez, sino varias. Naturalmente, lo rechacé. Había aprendido que no se podía confiar en mí teniendo poder.

-¡Pero usted habría sido mejor, mucho mejor, que Fudge o Scrimgeour! –soltó Harry de golpe.

-Eso es cierto—aprobó james—al menos mejor que Fudge, es un completo imbécil.

-No estoy tan seguro—negó Dumbledore—creo que el poder siempre ha sido mi debilidad.

-¿Lo habría sido? –preguntó Dumbledore pesadamente-. No estoy tan seguro. Había probado, siendo un hombre joven, que el poder era mi debilidad y mi tentación. Es una cosa curiosa, Harry, pero quizás aquellos que son más apropiados para el poder son los que nunca lo han buscado. Aquellos que, como tú, se les impone el liderazgo, y que toman el control porque deben, y se encuentran para su propia sorpresa que lo llevan bien. Estaba seguro en Hogwarts, creo que fui un buen profesor…

-Eso ni lo dude—dijeron todos al tiempo.

-Y el mejor director que ha tenido el colegio—agregó Ángela.

-Fue el mejor…

-… eres muy amable, Harry. Pero mientras me ocupaba con el entrenamiento de jóvenes magos, Grindelwald estaba formando un ejército. Decían que me temía, y tal vez lo hacía, pero menos, creo, de lo que yo le temía.

-¿Le temía a Grindelwald?—dijeron varios sorprendidos.

-No exactamente a él—comentó Dumbledore pero se negó a dar más explicaciones.

»Oh, no la muerte –dijo Dumbledore, en respuesta a la mirada interrogante de Harry-. No a lo que me pudiera hacer mágicamente. Sabía que estábamos totalmente igualados, quizás incluso yo era un poco más habilidoso. Era la verdad lo que temía. Sabes, nunca supe quién de nosotros, en esa última pelea horrible, había lanzado la maldición que mató a mi hermana. Puedes llamarme cobarde: tendrías razón, Harry. Temía por encima de todas las cosas el conocimiento de que había sido yo el que la había matado, no meramente por mi arrogancia y estupidez, sino porque en realidad hubiese lanzado el golpe que la dejó sin vida.

No Podían imaginar la situación, james pensó que por algún error, en alguna batalla un hechizo suyo hería o acababa con la vida de Remus o sirius, no podría vivir con eso, y por las miradas de sus dos amigos, supo que ellos estaban pensando exactamente lo mismo.

»Creo que él lo sabía, que sabía lo que me atemorizaba. Retrasé nuestro encuentro hasta que finalmente, habría sido demasiado vergonzoso resistirse más. La gente estaba muriendo y él parecía imparable, y tuve que hacer lo que pude. Bueno, ya sabes lo que pasó después. Gané el duelo. Gané la varita.

Ninguno de ellos se habría imaginado, antes de la lectura de ese libro, tal pasado para Dumbledore, siempre habían existido rumores, pero jamás pensaron que algo tan doloroso como eso estuviese en el pasado del director

Otro silencio. Harry no preguntó si Dumbledore había averiguado alguna vez quién había matado a Ariana. No quería saberlo, y menos quería que Dumbledore se lo contase.

-Sí llegue a averiguarlo—confesó Dumbledore y todos sintieron miedo por conocer la verdad—fue la varita de Gellert la que finalmente apagó la vida de mi hermana, pero eso no me hace menos responsable, yo debí protegerla, no debí permitir que eso ocurriera.

Por fin sabía lo que Dumbledore debería haber visto al mirarse en el espejo de Oesed, y porqué Dumbledore había entendido tan bien la fascinación que había ejercido sobre Harry.

-De nuevo—dijo sirius—¿Qué es el espejo de Oesed?, ya lo han nombrado varias veces.

-Es un artefacto mágico antiguo—explicó Dumbledore—muestra el más profundo deseo de tu corazón.

Todos entendieron de inmediato lo que Harry y Dumbledore veían en el: a ellos mismos rodeados de su familia.

Se sentaron en silencio durante bastante rato, y los quejidos de la criatura detrás de ellos apenas perturbaban más a Harry.

Por fin dijo: -Grindelwald intentó detener a Voldemort de perseguir la varita. Le mintió, sabe, aparentó que nunca la había tenido.

-Y debo reconocer que eso me sorprendió bastante—dijo Dumbledore—me alegra que al final se haya arrepentido del mal que causo.

Dumbledore asintió, bajando la vista a su regazo, con lágrimas todavía brillando en su torcida nariz.

-Dicen que mostró arrepentimiento en sus últimos años, solo en su celda en Nurmengard. Espero que eso sea cierto. Me gustaría pensar que sintió el horror y la vergüenza de lo que había hecho. Tal vez esa mentira hacia Voldemort fue su intento de reconciliarse… de evitar que Voldemort consiguiese la Reliquia…

-… o tal vez de que entrase en su tumba? –sugirió Harry, y Dumbledore se enjugó los ojos.

Una parte de Dumbledore deseaba que lo que Harry hubiese dicho fuese verdad, que uno de los motivos por los que Grindelwald había mentido a voldemort hubiese sido por proteger la integridad de la tumba de su tumba, como una muestra de respeto y cariño hacia el.

Después de otra corta pausa, Harry dijo,

-Intentó utilizar la Piedra de Resurección.

Dumbledore asintió.

-Cuando la descubrí, después de todos esos años, enterrada en el hogar abandonado de los Gaunts... la Reliquia que anhelaba mas que todas, aunque en mi juventud la había deseado por razones muy distintas... Perdí la cabeza, Harry. Realmente olvidé que era un Horrocrux, que el anillo claramente cargaba con una maldición.

-Así se lastimo la mano—dijo Remus con voz queda.

-Le dijo a Sev “me sentí tentando”—recordó Lily—lógico, quería ver a su familia.

-Y finalmente se lo dio a Harry para que lo usara en el momento más difícil—la voz de james transmitía agradecimiento.

 Lo recogi, y me lo puse, y en un segundo imaginé que estaba a punto de ver a Ariana, y a mi madre, y a mi padre, y en decirles lo mucho, muchísimo que lo sentía, fui...Fui un tonto, Harry. Después de todos esos años no había aprendido nada. Yo no servía para reunir las Reliquias, lo había demostrado una y otra vez, y aquí estaba la prueba final.

-Eso es injusto—dijo Lily—cualquiera querría ver de nuevo a sus seres queridos.

-Yo daría todo por ver una ultima vez a mis padres—afirmó james con voz entre cortada—no es nada de lo que deba avergonzarse—finalizó mirando a Dumbledore.

-¿Por qué? -dijo Harry- ¡Es natural! Quería verles de nuevo. ¿Qué hay de malo en ello?

-Quizás un hombre entre un millón podría reunir las Reliquias, Harry. Yo servía solo para poseer la menos de ellas, la menos extraordinaria. Era apropiado para la Varita de Sauco, y no para jactarme, ni matar con ella. Se me permitía vencer y utilizarla, porque la tenia  para salvar a otros de ella.

-Y es eso precisamente lo que muestra la clase de persona que es—afirmo Alice.

-Voldemort tomo la varita para causar mas daño—continuo Lily—usted la uso para ayudar a evitar más dolor.

-Pero la Capa, la tomé por vana curiosidad, y nunca funcionaría para mí como para ti, su autentico dueño. La piedra la habría utilizado en un intento de arrastrar de vuelta a los que descansan en paz, en vez de ser capaz de sacrificarme a mi mismo, como tú has hecho. Tú eres el legítimo poseedor de las Reliquias.

Lily miro a su pequeño, aún dormido, no podía creer que su hijo llegaría a reunir las reliquias, y que estas no lograrían cambiar su carácter.

-Pero Harry no las tiene todas—recordó Frank—le falta la varita.

-Quiza Dumbledore se refiere a que Harry posee las características del amo de las reliquias—sugirió Lily.

Dumbledore palmeó la mano de Harry, y Harry levantó la mirada hacia el anciano y sonrió. No puedo evitarlo. ¿Cómo podía guardar rencor a Dumbledore ahora?

-¿Por que me lo ha puesto tan difícil?

La sonrisa de Dumbledore fue trémula.

-Me temo que contaba con que la Señorita Granger te retrasara, Harry. Temía que tu cabeza ardiente pudiera dominar a tu buen corazón.

-Siempre protegiéndolo—agradeció Lily—aún cuando no iba a estar ahí para el, busco la forma de que Harry fuese por el buen camino.

Me asustaba eso, si presentaba categóricamente la verdad sobre estos objetos tentadores, podías coger las Reliquias como yo lo hice, en el momento equivocado, y por las razones equivocadas. Si posabas las manos en ellas, quería que las poseyeras con seguridad. Eres el auténtico amo de la muerte, porque el auténtico amo no busca huir de al Muerte. Acepta que debe morir, y entiende que hay cosas mucho, mucho peores en el mundo que morir.

Todos podían estar de acuerdo con eso, para ellos seria peor perder a un ser amado que morir, o que voldemort ganara la guerra y tener que vivir en un mundo dominado por el, james y Lily sabían que el hecho de que Harry resultara herido de cualquier forma era peor que la muerte.

-¿Y Voldemort nunca oyó hablar de las Reliquias?

-No creo, porque no reconoció la Piedra de Resurección que convirtió en Horrocrux. Pero incluso si las hubiera conocido, Harry, dudo que se hubiera interesado en ninguna excepto en la primera. No habría creído necesitar la Capa, y en cuanto a la piedra, ¿a quién habría querido devolver de la muerte? Él teme a la muerte porque no ama.

-Eso es ridículo—dijo sirius—alguien que no hace más que asesinar teme a la misma muerte, no tiene sentido.

-Voldemort siempre ha estado obsesionado con la inmortalidad—explicó Dumbledore—pero no creí que sus alcances hubiesen llegado a siete Horrocruxes, eso demuestra lo desesperado que esta por huir de la muerte.

-¿Pero esperaba que fuera a por la varita?

-Estaba seguro de que lo intentaría, desde que tu varita venció a la de Voldemort en el cementerio de Little Hangleton.

-Bueno parece que eso prueba que voldemort regresó en el cementerio donde esta enterrado su padre—dijo Dumbledore

-Tal vez deberíamos deshacernos de esos huesos—sugirió james—solo por si acaso.

Al principio, temía que le hubieras conquistado con una habilidad superior. Una vez hubo raptado a Ollivander, sin embargo, descubrió la existencia de los núcleos gemelos. Pensó que eso lo explicaba todo. ¡Aunque la varita prestada no fue mejor contra la tuya! Así que Voldemort, en vez de preguntarse a sí mismo que cualidad había en ti que hacía a tu varita tan poderoso, que don poseías que él no, naturalmente se embarcó en la búsqueda de una varita que, por lo que decían, batiría a cualquier otra. Para él, la Varita de Sauco se había convertido en una obsesión, que rivalizaba con su obsesión por ti. Creia que la Varita de Sauco eliminaba su última debilidad y le hacia verdaderamente invencible. Pobre Severus...

Lily se entristeció de nuevo, no podía creer la suerte que había corrido su amigo.

-Es verdad—dijo james sorprendiéndolos a todos—fue un final demasiado espantoso.

-Y nada justo—declaró Lily—murió como si fuese un mortifago, si no fuese por Harry todos creerían que Sev solo es el mortifago que asesino a Dumbledore.

-Bueno, pero ahora Snape ya no tendrá que seguir con Voldemort—dijo james sonriéndole a su esposa e intentando quitar la nota de desagrado de su voz cuando pronunció el hombre de su enemigo del colegio—en cuanto acabemos el libro Dumbledore derrotaremos a voldemort y Snape será libre de seguir con su vida….y espero que no sea muy cerca de nosotros.

-James!—reclamó Lily

-Lo siento, Lils—se disculpó con una sonrisa inocente—es un hábito.

-Eso me da una idea—dijo Frank—será peligroso—afirmó—pero útil

-¿Qué?—preguntó Remus

-Snape está en las filas de los mortifagos, solo nosotros sabemos que es un espía—explicó—el puede encontrar información, incluso podría saber donde esta alguno de los Horrocruxes o tener acceso al lugar donde se guardan.

-Pero seria demasiado arriesgado para el—dijo Lily con miedo por la vida de Severus.

-Debemos dejar que el tome la decisión—dijo Dumbledore—en cuanto terminemos el libro, hablaré con Severus.

-Dígale que quiero verlo—pidió Lily, james frunció el ceño pero no dijo nada sabiendo lo mucho que su esposa necesitaba eso

Dumbledore asintió y Ángela reemprendió la lectura.

-Si planeó su muerte con Snape, ¿quiere decir que él se quedó con la Varita de Sauco, verdad?

-Admito que esa era mi intención -dijo Dumbledore-, no funcionó como yo pretendía, ¿verdad?

-No -dijo Harry-. Esa parte no funcionó.

­-Y lastimosamente ahora Voldemort se hizo con el poder de la varita de Sauco—se lamentaron todos.

La criatura bajo ellos se sacudió y gimió, y Harry y Dumbledore se sentaron sin hablar un largo rato. La comprensión de lo que habia ocurrido se aposentó gradualmente sobre Harry en esos largos minutos, como suave nieve cayendo.

-Tengo que volver, ¿verdad?

-Si así lo quieres.

-¿Tengo elección?

Lily sonrió: su hijo estaba vivo.

-Sabemos que va a volver—comentó james orgulloso—no sería capaz de dejar a los otros en medio de la batalla.

-Espero que todo salga bien—pidió Lily con voz contenida por el miedo.

-Oh, si -Dumbledore le sonrió-. ¿Estamos en King Cross dijiste? Creo que si decides no volver, podrás... digamos... tomar un tren.

-¿Y adónde me llevaría?

-Más allá -dijo Dumbledore simplemente.

Silencio de nuevo.

-Voldemort tiene la Varita de Sauco.

-Cierto.

-¿Pero usted quiere que vuelva?

-Creo -dijo Dumbledore-. que si eliges volver, hay una posibilidad de que esto puedo terminar bien. No puedo prometerlo. Pero sé esto, Harry, que tienes menos miedo de volver aquí que él.

-No tienes nada que temer—dijo Lily, no quería que su hijo muriera, pero sabia que Harry no renunciaría a ir a ayudar a los otros, no seria el chico que durante todo el libro había demostrado ser.

Harry miró de nuevo a la especie de material que temblaba y se ahogaba en la sombra bajo la distante silla.

-No compadezcas a los muertos, Harry. Compadece a los vivos, y sobre todo, a quien vive sin amor. Pero volviendo al tema, puedo asegurate que se mutilaran menos almas, y se romperán menos familias. Si ese te parece un objetivo encomiable, entonces tu y yo nos despedimos hasta una próxima ocasión.

James y Lily miraron a su pequeño con enormes e idénticas sonrisas de orgullo, ambos sabían la decisión que tomaría y pese a que tenían miedo de lo que ocurriría cuando Harry regresara al bosque rodeado de mortifagos, pensaban que todo podía salir bien, y si no, pues de cualquier manera ellos no permitirían que nada de eso pasara.

Harry asintió y suspiró. Abandonar este lugar no sería ni de lejos tan duro como había sido entrar en el bosque, pero se estaba caliente y había luz y paz allí, y sabía que se dirigía de vuelta al dolor y al miedo de más pérdidas. Se puso en pie, y Dumbledore hizo lo mismo, y se miraron durante un largo momento a la cara.

-Dígame una última cosa -dijo Harry-. ¿Esto es real? ¿O ha estado ocurriendo dentro de mi cabeza?

Sirius estalló en risas ante la pregunta de Harry y los otros se contagiaron, sin embargo nadie dijo nada, y cuando recobraron la calma Ángela siguió leyendo.

Dumbledore le sonrió ampliamente, y su voz sonó alta y fuerte en los oídos de Harry a pesar de que la brillante niebla estaba descendiendo de nuevo, oscureciendo su figura.

-Claro que esta ocurriendo dentro de tu cabeza, Harry, pero ¿por qué iba eso a significar que no es real?

-Bueno, Dumbledore siempre tiene el modo de decir frases extrañas—dijo sirius un segundo antes de recordar que el director estaba con ellos—ups

-Descuida, Ángela sigue—solicitó el director

-Es el final—dijo Ángela bajando el libro—allí acaba el capitulo.

-Bien, yo leeré ahora—dijo sirius tomando el libro, todos se prepararon para lo que vendría a continuación.

_________________________________________________________________________Bueno, mil gracias a todos x seguir aki, como les habia dicho a algunos, hoy actualizaba asi ke cumplo con mi promesa, tarde un poco más xke dormi gran parte del dia (anoche estaba de fiesta jejejeje), en el otro capitulo les contesto coments y les dejo unos cuantos blogs de historias de potterfics como esta ke tambien fueron borradas y los autores, al igual que yo, han creado blogs para continuarlas..besos y hasta entonces