sábado, 10 de septiembre de 2011

3. In memoriam

Era evidente que Lily estaba decidida a hacer cualquier cosa que garantizara la seguridad de la futura vida e su hijo, y todos pensaban exactamente igual que ella, razón por la cual ninguno puso reparo alguno cuando la pelirroja se aclaró la garganta y leyó
2. IN MEMORIAM
-¿En memoria de quién?—preguntó Lily en voz baja
-Bueno, solo lo sabremos leyendo—decidió james, pasó un brazo alrededor de su esposa y la instó a leer.
Harry sangraba
-¿Qué? - pregunto Lily bruscamente. Se volvió hacia James - ¿Por qué nuestro bebe esta sangrando?
James se limito a voltear los ojos y decir:
-Simplemente sigue leyendo, amor.
Mientras se apretaba la mano derecha con la izquierda y maldecía por lo bajo-
-No maldigas Harry - le recrimino Lily, con tristeza en su cara. Pero se sentía mejor a sabiendas de que su hijo estaba bien.
-abrió la puerta de su dormitorio empujándola con el hombro. De inmediato se oyó un crujido de porcelana al romperse, ya que le había dado un puntapié a una taza de té que había en el piso, delante de la puerta.
-Pero ¿qué…?
Echó un vistazo alrededor: el rellano del número 4 de Privet Drive se hallaba desierto.-
-¿Privet Drive? ¿Lily no es ahí donde vive tu hermana? - pregunto James desconcertado.
Lily asintió, igualmente confusa, y luego amplio sus ojos.
-James - dijo con voz rota - ¿tu no crees… que algo nos sucedió a nosotros?
James amplio los ojos al darse cuenta de las probabilidades y que coincidía con Lily. Lily volteo hacia el libro, con la esperanza de tener alguna respuesta.
Seguramente, Dudley había dejado allí la taza, convencido de que estaba haciendo una broma ingeniosa.
-Dudley, ese es el nombre del hijo de tu hermana ¿Verdad?—preguntó Remus con el ceño fruncido por la confusión, Lily asintió lentamente mientras por su parte, James estaba empezando a preocuparse por lo que estaba pasando, no le importaría enterarse que algo le había ocurrido a él, aunque lamentaría perderse el ver crecer a Harry, pero no soportaría que algo le hubiese pasado a Lily o a su pequeño.
Manteniendo la mano que le sangraba en alto, Harry recogió los fragmentos de porcelana con la otra y los arrojó al cesto, ya rebosante, que había junto al lado de su dormitorio. Luego fue al baño a poner el dedo bajo el grifo.
Era estúpido, absurdo y sumamente irritante que todavía faltaran cuatro días para que se le permitiera practicar magia.
-Esta por cumplir los 17—dijo Lily emocionada y ninguno tuvo corazón para recordarle que por algún motivo Harry se encontraba en la casa de su hermana.
Pero tenía que admitir que no habría sabido qué hacer con aquel corte irregular en el dedo. Todavía no había aprendido a curar heridas y, pensándolo bien - sobre todo a la luz de sus planes inmediatos-, eso era una grave falla en su educación mágica.
James río, y Lily espero pacientemente antes de seguir leyendo.
Se dijo que debía pedirle a Hermione que le enseñara y a continuación, con un gran puñado de papel higiénico, limpió el té derramado antes de volver a su dormitorio y cerrar de un portazo.
-¡Pero Harry, si yo soy tan buena en la curación! ¿Qué significa que no sepas curar heridas? - pregunto Lily con una expresión de dolor en su cara. Ella era una sanadora en San Mungo, o al menos lo había sido por unos cuantos meses antes de meterse de lleno en la orden del fénix, y más aún, antes de haber pasado a la clandestinidad.
- Harry aún no tiene diecisiete - dijo james en un intento de calmar a su esposa - aún le faltan cuatro días para que sea mayor de edad, y quizá tu decidiste que hasta que no fuera mayor no le enseñarías ese tipo de cosas.
- Planes inmediatos… - añadió Remus bajo su aliento antes de que Lily replicara- Hmm.
- ¿Quién es Hermione? - dijo James, mientras arrugaba la nariz cortando las cavilaciones de Remus
- Eso suena como que Harry tiene novia - dijo Sirius emocionado y con una mirada sugestiva.
- Harry puede tener una amiga—le reprochó Lily
-Oh, no—contradijo el animago negando con la cabeza—no hay amistad entre hombres y mujeres, siempre hay algo más
-¿Entonces que somos tu y yo?—le preguntó con avidez Lily
-Oh..bueno…eso—balbuceó sirius mientras sus amigos reian—no tiene..es diferente, pelirroja, tu eres la esposa de mi amigo, así que no cuenta.
-¿y Alice?—preguntó Lily entonces, era evidente que sirius no tenia argumentos.
-Ya cállate canuto—le aconsejó james—vas a perder de cualquier forma, cielo sigue leyendo—y entre miradas fulminantes de sirius hacia james y Remus, Lily siguió la lectura.
Había pasado la mañana vaciando por completo su baúl del colegio por primera vez desde que lo había llenado seis años atrás. Al principio de cada año escolar se limitaba a sacar de él las tres cuartas partes de su contenido y sustituirla o ponerlas al día, pero dejaba una capa de residuos en el fondo: plumas viejas, ojos de escarabajo disecados, calcetines desparejados…-
-Sip, simplemente igual que James - dijo Sirius mientras asentía y james, pese al evidente tono de burla de sirius, sintió una pizca de orgullo al ver que su hijo se le parecía.
Unos minutos antes, al meter la mano en esa capa de residuos, había sentido un agudo dolor en el dedo anular de la mano derecha y, al retirarla, vio la sangre.
Lily hizo un sonio que pareció un "¡oh!", pero mantuvo la lectura.
Esta vez tuvo mas cuidado. Volvió a arrodillarse junto al baúl, buscó a tientas en el fondo y, tras sacar una vieja insignia donde se leía alternativamente <<Apoya a CEDRIC DIGGORY>> y <<POTTER APESTA>>
-¡Oye! - se quejo James mientras fulminaba con la mirada al libro.
Chivatoscopio rajado y gastado y un guardapelo de oro que contenía una nota firmada por <<R.A.B>>, encontró por fin el borde afilado que le había producido la herida.
-¿Quién puede ser R.A.B? - pregunto James, y Lily sacudió la cabeza en negativa.
- No s… - empezó Lily, pero se corto con un fuerte grito.
- ¿Qué? ¿Qué es? - pregunto James rápidamente, y cuando el cuerpo de Lily comenzó a agitarse James la envolvió con sus brazos. Estaba claramente angustiada. Remus cogió el libro y al leer ahogo un grito.
Antes de que James o Sirius pudieran decir algo, leyó la siguiente línea.
Lo reconoció de inmediato: era un trozo de unos cinco centímetros del espejo encantado que le había regalado Sirius, su difunto padrino.
James y Sirius estaban choqueados.
-¿Yo… muero? - pregunto Sirius echando la cabeza a un lado como un niño curioso, vio como una lágrima escaba de los ojos de Lily y las miradas horrorizadas de james y Remus por lo que intentó bromear – Que mal para el mundo, van a extrañar mi magnifica presencia - dijo y miro a Lily.
- ¿C-cómo puedes decir e-eso? Tu vas a…a morir

Sirius se encogió de hombros. "No sé... le va a pasar a todo el mundo tarde o temprano. Oye, ¿cómo crees que me muera? ¿Crees que muera por frio? "

James logró hacer una sonrisa
-Quizá te maten las pulgas—sugirió intentando animar el ambiente.
Lily, tomó el libro de las manos de Remus y se dispuso a continuar.
Lo puso aparte y siguió tanteando con precaución el baúl en busca de la parte restante, pero del úl-último- La voz de Lily tembló, pero mantuvo la lectura -no quedaba mas que un poco de vidrio pulverizado que, como brillante arenilla, se había adherido a la capa mas profunda de residuos.
-Le diste el espejo, Canuto - dijo James con un ligero tono de voz triste. Sirius frunció la frente.
- Me pregunto por qué no se lo diste tú, Cornamenta - señalo Sirius en voz alta, y James se encogió de hombros, tratando de disimular la preocupación.
 Se incorporó y examinó el trozo de bordes irregulares con que se había cortado, pero lo único que vio reflejado fue su propio ojo, de un verde vivo.
-¡Oh, Lily! - Dijo James con entusiasmo - ¡Él tiene tus magníficos ojos! - Lily sonrió a su marido, sirius rodó los ojos y Remus le dirigió una mirada exasperada, sin embargo, Lily siguió sonriendo mientras leía.
Dejó el fragmento encima de El Profeta de esa mañana (todavía por leer), que estaba sobre la cama, y, para detener el repentino torrente de amargos recuerdos y punzadas de remordimiento y nostalgia originados por el hallazgo del espejo roto arremetió contra el resto de los cachivaches que quedaban en el baúl.
Remus estaba perplejo, preguntándose por qué el espejo viejo de Sirius había tenido tal efecto en el chico. A menos…
Tardó otra hora en vaciarlo por completo, tirar las bártulos inservibles y separar los demás en dos montones, según fuera a necesitarlos o no. Acumuló en un rincón la túnica del colegio y la de Quidditch
-¡Es un jugador de quidditch! - grito James súper feliz.
Lily le fulmino con la mirada cuando James alzó los brazos triunfalmente.
, el caldero, las hojas de pergamino, las plumas y la mayoría de los libros de texto, porque no tenía intención de llevárselos.
-¿Qué? - pregunto Lily con tristeza - pero obviamente tiene que regresar de nuevo a Hogwarts ¿no?
James no sabía que decir y miro, en busca de ayuda a, Remus y Sirius.
-¡Hey!, no me mires a mí, estoy muerto - dijo Sirius, causando que Lily rompiera en llanto de nuevo.
Entonces, se preguntó qué harían sus tíos con ellos; seguramente quemarlos a altas horas de la noche, como si fueran la prueba de un espantoso crimen.
De nuevo se preguntaron que habría pasado con james y Lily para que Harry tuviese que estar con esa gente, a lo mejor, pensó james, Lily y él, al igual que Remus estaban en alguna misión y no habían tenido más remedio que dejar a Harry en aquel horrible lugar.
En cambio, metió en una mochila vieja la ropa de muggle, la capa invisible, el equipo para preparar pociones, algunos libros, el álbum de fotografías que le había regalado Hagrid un atado de cartas y su varita mágica. En un bolsillo delantero de la mochila guardó el Mapa del Merodeador y el guardapelo con la nota firmada por "R.A.B". Al guardapelo le había concedido ese lugar de honor no porque fuera valioso --- no valía de nada, al menos a efectos prácticos -, sino por lo que le había costado obtenerlo.
-¡Él tiene la capa! - grito James emocionado.
- ¡El tiene el mapa! - grito Sirius al mismo momento que James.
Ambos se miraron y dijeron:
-¡Sí! - Sirius dio un puñetazo al aire.
- Me pregunto lo que quiere decir - dijo Lily perpleja - sobre el guardapelo… "Lo que costo obtenerlo"; suena como si Harry hubiese tenido algunas situaciones difíciles en su vida.
Sirius agito la mano despectivamente.
-Todo el mundo lo tiene. Estoy seguro que no es nada.
Lily no estaba convencida, pero siguió leyendo.
Encima del escritorio, junto a Hedwig (su lechuza blanca como la nieve), aún quedaba una gran pila de periódicos: uno por cada día pasado en Privet Drive ese verano.
Lily cada vez estaba más ansiosa.
Al cabo de un rato se puso de pie, se estiró y se acercó al escritorio. Hedwig no se movió mientras él se ocupaba de hojear los periódicos antes de tirarlos al montón de basura uno tras otro; la lechuza dormía o fingía hacerlo, ya que estaba enojada con Harry por el poco tiempo que le permitía salir de la jaula.
Sirius cerró su puño con fuerza. Él apostaba que tenía algo que los Dursley.
A medida que llegaba al final de los periódicos, fue pasándolos mas despacio, intentando recuperar uno que había llegado poco después de que él regresara a Privet Drive a principios del verano; recordaba que la primera plana de ese ejemplar incluía un breve comentario sobre la dimisión de Charity Burbage, la profesora de Estudios Muggles de Hogwarts.
-¿Eso es todo, una solo frase? - preguntó Remus. Se veía dolido.
Lily bufó ofendida, pero asintió.
Por fin, lo encontró. Buscó la página 10, se dejó caer en la silla del escritorio y releyó el artículo que buscaba.
"REMEMBRANZA DE ALBUS DUMBLEDORE"
En cuanto Lily terminó la palabra “Dumbledore” jadeos salieron de la boca de todos.
-N-no es p-posible—balbuceó Remus contrariado
-Dumbledore no puede estar muerto—secundó james mientras una pálida Lily negaba con la cabeza.
-Sirius…Dumbledore—sollozó—¿Qué clase de futuro es ese?
-Debe ser algún error—aseguró sirius—Dumbledore muerto y voldemort tomando poder, es…increíble—dijo serio y preocupado.
Lily reanudó la lectura
Elphias Dodge
-"Conocí a Albus Dumbledore a los once años-
-¡oh! Resúmenoslo, por favor - pidió Sirius. Lily asintió. Ella leyó rápidamente para sí misma.
Harry terminó de leer, pero siguió contemplando la fotografía que acompañaba la nota necrológica: Dumbledore exhibía su habitual y bondadosa sonrisa, y como miraba el objetivo por encima de sus anteojos con forma de medialuna, al muchacho le dio la sensación, incluso en el papel de prensa, de que lo traspasaba con rayos X. Y la tristeza se le mezcló con un sentimiento de humillación.
Remus estaba casi hiperventilando y murmurando algo, se veía realmente preocupado.
Siempre había creído que conocía muy bien a Dumbledore, pero tras leer esa nota necrológica se vio obligado a reconocer que apenas sabía nada de él. Jamas había imaginado ni su infancia ni su juventud; era como si siempre hubiera sido como él lo conoció: un venerable anciano de cabello plateado. La idea de un Dumbledore adolescente se le antojaba rara; era como tratar de pensar en una Hermione estúpida o en un escreguto de cola explosiva bonachón.
Lily sonrió dulcemente ante esto - Creo que la amiga de Harry es mas inteligente de lo que hemos oído hablar de ella.
-Probablemente - James asintió.
-¿Qué es un escreguto de cola explosiva?—preguntó Remus curioso
-No tengo idea—contestaron los otros a coro
-Jamás había oído eso—confirmó Lily—debe ser alguna criatura mágica que aún no se ha descubierto.
 Nunca se le ocurrió preguntarle acerca de su pasado (sin duda habría resultado extraño, incluso impertinente, pues al fin y al cabo todos sabían que había participado en aquel legendario duelo con Grindelwald), ni se le había pasado por la cabeza pedirles detalles de ése ni de ningún otro de sus famosos logros.
Lily mantuvo la lectura rápidamente, antes de que Remus comentara algo.
No, siempre habían hablado de Harry, del pasado de Harry, del futuro de Harry, de los planes de Harry…
-¿Por qué Dumbledore estaría tan interesado en Harry?—cuestionó Remus confundido.
-No tengo la menor idea—dijo Lily preocupada—pero no me gusta mucho como suena eso.
y  y ahora éste tenía la impresión, pese a lo peligroso e incierto que era su futuro --Lily se veía preocupada y confundida al igual que su esposo y sus amigos - de que había desperdiciado oportunidades irrepetibles al no preguntarle mas cosas sobre su vida, aunque la única pregunta personal que le había formulado era también la única que sospechaba que el director del colegio no había contestado con sinceridad.
"¿Qué es lo que ve cuando se mira en el espejo?"
"¿Yo? Me veo sosteniendo un par de gruesas medias de lana"
-¿De qué maravilloso espejo estamos hablando? - pregunto Sirius, aun mas incomprensible todo lo que había aprendido hasta ahora.
Harry permaneció pensativo unos minutos; luego recortó la nota necrológica de El Profeta, la dobló con cuidado y la guardó dentro del primer volumen de Magia defensiva práctica y cómo utilizarla contra las artes oscuras. Entonces, tiró el resto del periódico al montón de basura y contempló la habitación: estaba mucho mas ordenada. Lo único que seguía fuera de lugar era el periódico de ese día, sobre la cama y con el fragmento de espejo roto encima.
 Harry cruzó el dormitorio, tomó El Profeta, dejando que el fragmento de espejo resbalara y cayera a la cama, y lo abrió.
-¡Ugh! - Gruño Sirius - Mas noticias de periódicos. Salta hacia adelante y luego nos dices lo que pasa, Lils.
Lily asintió y leyó rápidamente, pasando las páginas y mordiéndose el labio. Ella llegó a la parte del artículo y frunció el ceño.
-James - dijo lentamente - ¿Cuál es el Torneo de los Tres Magos?
- ¡Oh! - Dijo James, claramente emocionado - Es una gran cosa… no se ha celebrado en cientos de años y tienes que hacer tres tareas. En ello participan las tres escuelas mas importantes del tiempo; Hogwarts siempre ha estado, ¿Por qué?
- Porque… Harry participo en el.
- ¡¿Qué?! ¡Pero es muy peligroso! ¡Se pudo matar! ¡Maldición, la gente muere! - grito James, su estado de ánimo cambio bruscamente. Le arrebato el libro a Lily, y leyó rápidamente.
- ¡Diablos! - fue todo lo que pudo decir antes de que Sirius le robara el libro y siguiera leyendo.
Se dejó caer con frustración en la cama, haciendo saltar el trozo de espejo; lo tomó y lo hizo girar entre los dedos, al tiempo que pensaba en Dumbledore y en los embustes con que Rita Skeeter lo estaba difamando.
 De pronto percibió un intenso destello azul. Se quedó paralizado, y el dedo que se había cortado se le deslizó otra vez por el borde irregular del espejo. Eran imaginaciones suyas, no había otra explicación. Miro hacia atrás, pero la pared lucía aquel asqueroso tono durazno elegido por tía Petunia: allí no había nada de color azul que pudiera haberse reflejado en el espejo. Volvió a mirarse en éste y no vio mas que su ojo, de un verde vivo, devolviéndole la mirada.
Se lo había imaginado, era evidente; se lo había imaginado porque estaba pensando en el difunto director del colegio. Si de algo estaba seguro era de que los ojos azules de Albus Dumbledore jamas volverían a clavarse en los suyos.
-Bueno - dijo Sirius con una alegría plena - creo que podemos leer otro capítulo antes de la cena. Jamie, ¿quieres leer ahora?
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Bueno, otro de los capis, con una que otra correción, gracias de nuevo a todos x seguir aki
besos

1 comentario:

  1. esta de lujo, me agradan las correciones y que le pongas mas tu estilo, besos amiga

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