viernes, 23 de septiembre de 2011

Capítulo 18. El secreto de Bathilda



Aún en las mismas posiciones, Remus sentado junto sirius quien sostenía el libro, Dumbledore en una silla un poco apartado de los demás, Frank abrazando fuertemente a Alice, al igual que james a Lily, y Harry de nuevo junto a Neville, pues james había convencido a Lily que no era bueno que el niño los viera tan tristes, se dispusieron a escuchar a sirius, a la espera de que el nuevo capitulo les revelara mas información, pero también, con el miedo de descubrir una nueva muerte, o mas hechos aterradores y tristes sobre la muerte de los Potter, de sirius o de Dumbledore, los Longbotton querían saber que era de ellos en ese futuro ¿sería feliz su hijo?, ¿habría tenido una niñez feliz?, ¿le deberían a Harry Potter el hecho de que ellos hayan logrado disfrutar de casi varios años de tranquilidad y paz junto a su pequeño hijo?, no tenían ninguna de esas respuestas, y no estaban seguros de si las iban a conseguir, por lo que por el momento se contentaban con poder acabar de una buena vez y para siempre con la mayor amenaza que había tenido el mundo mágico, incluso peor que Grindelwald, esperaban poder lograrlo, tenían fe en ello

Sirius nunca se había sentido tan furioso, triste y asqueado, todo al mismo tiempo, había juzgado mal a su hermano menor, y tal vez por ello Regulus había muerto, también había permitido la muerte de los Potter, no había visto a tiempo las intenciones de Peter y por eso su mejor amigo, su hermano del alma, había muerto junto con su esposa, dejando a su pequeño ahijado al cuidado de unos muggles que lo trataban como escoria, todo eso estaba mas que mal

Lupin pensaba con tristeza, que en su futuro, se había visto obligado a afrontar la muerte de Lily y james, la primera, una de las pocas personas que veían algo bueno en el, que lo apoyaban sin importar su licantropía, el segundo, definitivamente el mejor amigo que había tenido, y el no había podido hacer nada para evitar sus muertes, luego había soportado la traición de Peter, y de esa forma perdió inmediatamente a tres de sus amigos mas preciados, y finalmente estaba sirius, quien también había fallecido en ese oscuro futuro, dejándolo a el, el hombre lobo, como único sobreviviente de los merodeadores, además de que se tenia que volver a enfrentar a una guerra, en la que estuvo involucrado desde su juventud, esperaba haber sido una buena influencia para Harry.

Dumbledore pensaba, tantas preguntas rondaban su cabeza ¿Quién envió el libro? ¿deberían cambiar el futuro?, no podía permitir tantas muertes, teniendo conocimiento de ello, pero ¿y si lo que hacían desestabilizaba todo?, de cualquier forma estaba seguro de que los merodeadores, como ellos mismos se llamaban, harían hasta lo imposible por cambiar ese oscuro futuro, entonces ¿era esa la clave?, ¿el fin de voldemort estaba dentro de esas paginas?, esperaba que si

Finalmente los Longbotton, preocupados por sus amigos, su hijo, y los demás miembros de la orden, indignados con Peter por traicionarlos, orgullosos de Neville, y deseosos de conseguir todas las pistas necesarias para erradicar a voldemort y sus mortifagos de sus vidas, y por las caras de todos los presentas, ese era un pensamiento en común

Sirius se aclaró la garganta y empezó a leer.


Capítulo 17 El secreto de Bathilda

-Parece que encontraron a Bathilda después de todo—opinó Alice

-Harry, Alto
- ¿Qué pasa?
Acababan de alcanzar la tumba del desconocido Abbott.
-Hay alguien allí. Alguien vigilándonos, puedo sentirlo. Allí junto a los arbustos.

-¿Mortifagos?—inquirió Lily preocupada
-Ya los habrían atacado—argumentaron Frank y Remus

-¿Y si estan esperando a que Voldemort venga, y si lo convocaron?—insistió la pelirroja

-Harry lo habría notado—la tranquilizó su esposo—recuerda que su cicatriz esta ligada a la mente de voldemort, supongo que algo bueno tendría que salir de eso

Lily asintió y sirius siguió leyendo.

Se quedaron totalmente inmóviles, aferrados el uno al otro, mirando fijamente al negro y denso límite del cementerio. Harry no podía ver nada.
- ¿Estas segura?
-He visto algo moverse, podría jurar que lo he visto...
Se separó de él para tener libre el brazo de la varita.

-No es muy prudente que bajen la guardia—comentó Frank, todos asintieron.

-Parecemos muggles - señaló Harry.
-¡Muggles que han estado poniendo flores en la tumba de tus padres! ¡Harry, estoy segura de que hay alguien por allí!
Harry pensó que según Historia de la Magia, el cementerio se suponía que estaba embrujado: ¿Y si...? Pero entonces oyó un susurro y vio un poco de nieve arremolinarse en el arbusto que Hermione había estado señalando. Los fantasmas no podían mover la nieve.

-No es posible que de verdad crea que hay fantasmas—murmuró divertido sirius

-¿Por qué?—dijo con sarcasmo Remus—solo es un mago que convivio seis años con fantasmas en su colegio, ¿Por qué habría de pensar que existen?

James rió pero sirius se defendió

-Pero son cuentos para espantar—dijo sirius—si hubiese algún fantasma lo sabríamos, lo mas probable es que los muggles hayan visto algo extraño, causado por algún mago, y regaran el rumor de que eran fantasmas

Remus tuvo que concederle la razón a su amigo, quien con una sonrisa arrogante siguió leyendo.


-Es un gato -dijo Harry, al cabo de un segundo o dos, -o un pájaro. Si fuese un Mortifago ya estaríamos muertos a estas alturas. Pero salgamos de aquí, y podremos volver a ponernos la Capa.

-Creo que tiene razón en cuanto a lo del mortifago—dijo Remus—pero no creo que sea un gato o un pájaro

James miró mal a su amigo, su declaración había hecho que Lily temblara entre sus brazos, Alice también se estremeció

Miraron hacia atrás varias veces mientras se abrían paso fuera del cementerio. Harry, que no se sentía tan tranquilo como había fingido al reconfortar a Hermione, se sintió aliviado al alcanzar la verja y el resbaladizo pavimento. Se pusieron la Capa de Invisivilidad por encima.

-No es muy inteligente que desaparezcan de repente—comentó Frank

-Es mejor que quedarse a la vista siendo un blanco fácil—le replicó su esposa.

-En eso tienes razón—pensó un momento—aunque ¿Por qué simplemente no desaparecen?

-Creo que hermione tiene la intención de intentar encontrar a Bathilda—opinó Remus, Lily desde el capitulo anterior no hablaba mucho.


El bar estaba mas lleno que antes. Dentro, muchas voces cantaban ahora el villancico que habían oído mientras se acercaban a la iglesia. Por un momento Harry consideró sugerir que se refugiaran dentro, pero antes de que pudiera decir nada, Hermione murmuró:
-Vamos por aquí -y tiró de él hacia abajo por la oscura calle que conducía fuera del pueblo, en dirección opuesta a la que habían cogido para entrar.


-No entiendo como esperan encontrar a alguien, que no saben como luce, no saben donde vive y que no los esta esperando—opinó james

-Tal vez confían en que la mujer se dejara ver—contestó Frank sin convicción, la verdad no le parecía un plan nada brillante

-yo solo espero que valga la pena, y que salgan pronto de allí—dijo Lily en un susurro, james la abrazó mas fuerte

Harry podía divisar el punto donde las casas de campo finalizaban y la senda se convertía en campo llano otra vez. Caminaban tan rápidamente como se atrevían, pasando mas ventanas que centelleaban con luces multicolores, viendo los oscuros contornos de árboles de Navidad a través de las cortinas.
- ¿Cómo vamos a encontrar la casa de Bathilda? -preguntó Hermione, que temblaba un poco y seguía mirando sobre su hombro-.

-Hasta que al fin se lo pregunta—dijo bajito Remus—espero que encuentre una solución

-Tal vez deberíamos hacer un map..—inició sirius, pero guardó silencio al recordar que Dumbledore estaba allí, aunque, si lo pensaba, en el libro ya hablaban mucho de el, por lo que pensó que era una tontería guardar el secreto.

-Creo que ya todos saben de la existencia del mapa, canuto—dijo james con una sonrisa triste, evidentemente pensando lo mismo que el

-En ese caso—habló el animago—deberíamos hacer un mapa de valle Godric, y del callejón Diagon y de…

-Claro, ¿Por qué no uno de todo Londres?—dijo Remus sarcástico

-Pero haríamos millones de galeones!—dijo entusiasmado sirius—las mamas, como Lily, los comprarían para saber donde estan sus hijos, y los chicos lo harían para hacer travesuras. ¿verdad que es una buena idea cornamenta?

-Es una gran idea sirius—james le dio la razón a su amigo, pero solo con una sonrisa triste, sirius pensó que era la primera vez que james le contestaba de ese modo, en especial si hablaban de uno de sus logros como merodeadores.

Sirius había empezado a hablar con la intención de levantar un poco el ánimo de su amigo, pero su expresión, y la de Lily evidenciaban el escaso efecto de su intervención

Remus decidió seguir leyendo.

-¿Harry? ¿Qué piensas? ¿Harry?—preguntó Hermione

Le tiró del brazo, pero Harry no prestaba atención. Miraba hacia la oscura masa que se erguía al final de esa fila de casas. Al momento siguiente aceleró, llevando a rastras a Hermione con él. Ella resbaló un poco en el hielo.

Se tensaron, la dirección que describía Harry era exactamente la ubicación de la casa en donde estaban en el momento, Harry había encontrado la casa de sus padres.

-Harry
-Mira… Mira eso, Hermione
-¡No veo… oh!
Podía verla. El hechizo Fidelius debía haber muerto con James y Lily. El seto había crecido salvaje en los dieciséis años que habían pasado desde que Hagrid había tomado a Harry de entre los escombros que yacían dispersos entre la hierba, tan alta que le llegaba a la cintura.

Lily sollozó de manera casi inaudible, al igual que Alice, se imaginaron a Harry, en medio de una casa en ruinas, rodeado de los cuerpos de sus padres, ambas se estremecieron al instante.

La mayor parte de la casa de campo estaba todavía en pie, estaba enteramente cubierta de oscura hiedra y de nieve, pero el lado derecho del piso superior había sido volado. Allí, estaba seguro, era donde la maldición había impactado. Él y Hermione se detuvieron ante la verja, contemplado la ruina de lo que una vez había sido una casa de campo como las otras que la flanqueaban.

James no sabia que hacer, se sentía impotente ante el sufrimiento de su esposa, sin contar la ola de sensaciones que crecían en su pecho al imaginar a su hijo, parado frente a su casa, con otra apariencia, mirando la casa donde perdió a su familia, no debía ser fácil.

-Me pregunto por qué nadie la  reconstruyó - murmuró Hermione.
-Tal vez no se pueda reconstruir -contestó Harry-. Tal vez sea como las lesiones de Magia Oscura y no se pueda reparar el daño.

-Son un poco difíciles de reparar, pero las cosas con magia siempre se pueden arreglar—dijo Alice

-Entonces, ¿Por qué crees que la dejaron así?—preguntó Frank

-Tal vez por respeto a Lily y james, o tal vez por que respeto al mismo Harry, pensaron que era mejor que el decidiera que hacer con la casa cuando fuera mayor—opinó Alice, y luego en su mente agregó que era muy posible que nadie pensara que cuando Harry tuviese 17 años estaría preparándose para enfrentarse a voldemort, lo mas seguro era que creyeran que el mago tenebroso ya no era una amenaza.

Metió una mano bajo la capa y asió la nevada y muy oxidada verja, sin querer abrirla, solo deseando simplemente ser parte de la casa.
- No iras a entrar ¡Parece peligroso, podría... oh, Harry, mira!
Tocar la verja pareció activarlo. Un letrero había surgido del suelo delante de ellos, alzándose a través de las marañas de ortigas y rastrojos, como una extravagante flor, creciendo rápidamente, y en letras doradas sobre la madera decía:

Sirius no continuo, miró a su amigo y a su esposa antes de decidir que hacer, fue cuando james soltó un suave “Continua” que con un nudo en la garganta, sus labios pronunciaron las palabras que sus ojos ya habían leído pero que su cerebro seguía sin procesar.

En este lugar, en la noche de 31 octubre de 1981

James y Lily supieron que era otro homenaje, y se prepararon mentalmente para el resto, sirius leía en voz extremadamente suave.

Lily y James Potter perdieron sus vidas.
Su hijo, Harry, permanece siendo el único mago que
Alguna vez haya sobrevivido a la Maldición Imperdonable.

-Gracias a ti Lils—dio su esposo, y ella contestó con una tímida sonrisa.

Esta casa, invisible para los muggles, se ha dejado
En su estado ruinoso como monumento a los Potter
Y como recordatorio de la violencia
Que destrozó a su familia.

Por las mejillas de Lily y Alice corrían incontables lagrimas, los ojos avellana de james también soltaban algunas de forma intermitente, la voz de sirius era cada vez mas baja, y Remus sentía un enorme nudo en la garganta, Frank y Dumbledore se preguntaron cuanto mas habría pasado en ese oscuro futuro.

Y alrededor de las palabras pulcramente rotuladas, había garabatos agregados por otras brujas y magos que habían venido a ver el lugar donde El Niño Que Vivió había escapado. Algunos solamente habían firmado con sus nombres con Tinta Eterna; Otros habían grabado sus siglas en la madera, no obstante otros habían dejado mensajes. Los mas recientes de ellos brillaban intensamente sobre los grafittis mágicos de hacía dieciseis años, y todos decían cosas parecidas.

Buena suerte, Harry, dondequiera que estés.
¡Si lees esto Harry, que sepas que todos te apoyamos!
Larga vida Harry Potter.

Todos sonrieron tenuemente, Harry era querido por una gran parte de la comunidad, lo apoyaban al menos en espíritu

- ¡No deberían haber escrito sobre el cartel! -dijo Hermione, indignada.

-Por primera vez no reacciona como tu Lily—dijo sirius intentando aligerar el ambiente y funcionó, Lily le dio una sonrisa, con ojos llorosos, pero de forma agradecida, al igual que james.

Pero Harry le sonrió.
-Es genial. Me alegro de que lo hicieran, yo…
Se interrumpió. Una figura contraecha cojeaba senda arriba hacia ellos, su silueta marcada por las brillantes luces de la plaza distante. Harry creyó, aunque era difícil de juzgar, que la figura era una mujer.

El ambiente creado segundos antes por sirius, despareció tan rápidamente como había llegado. ¿seria ella Bathilda Bagshot?, o tal vez los chicos caerían en una trampa, no lo sabían, sirius leyó con seriedad.

Se movía lentamente, posiblemente temiendo resbalar en la tierra nevada. Su porte, su corpulencia, su forma de andar arrastrando los pies, todo daba la impresión de una edad extrema. Observaron en silencio como se acercaba. Harry esperaba que fuera hacia alguna de las casas de campo junto a las que pasaba, pero sabía instintivamente que no lo haría. Al fin se detuvo a unas pocas yardas de ellos y simplemente se quedó ahí de pie en medio de la congelada carretera, frente a ellos.

-Es imposible que pueda verlos!—exclamaron james, sirius y Remus

-Lo sabemos—dijo divertida Alice—no es necesario que nos recuerden que no se puede ver a alguien cuando tiene una capa invisible

Dumbledore sonrió pero no dijo nada, el podía ver a través de las capas invisibles, pero ninguno de ellos lo sabía. Aunque también era cierto que esos tres jóvenes eran expertos evitando los sitios donde el director los pudiese ver.

No necesitó el pellizco que Hermione le dio en el brazo. Así de cerca no había posibilidad de que esta mujer fuera muggle. Estaba de pie contemplando una casa que habría sido completamente invisible para ella, si no fuera una bruja.

-No puede ser una coincidencia—dijo quedamente Lily—que justo decida salir a ver la casa cuando Harry esta allí


Aun asumiendo que fuera una bruja, sin embargo, salir fuera en una noche así de fría simplemente para mirar unas viejas ruinas era un comportamiento extraño. Según todas las reglas de la magia normal, no obstante, no debería poder verlos ni a Hermione y ni a él en absoluto. Sin embargo, Harry tenía el extraño presentimiento de que sabía que estaban allí y también quiénes eran.

Dumbledore se preguntó por un momento, si Harry sabría que el era capaz de ver a través de su capa, algo le decía que si.

Justo cuando había llegado a esta inquietante conclusión, ella alzó una mano enguantada e hizo señas.
Hermione se acercó mas a él bajo la Capa, su brazo presionando contra el de él.
- ¿Cómo lo sabe?

-La capa no evita que te oigan—dijo Frank preocupado porque la mujer escuchara a hermione, aunque también era obvio que la bruja sabia que estaban allí.

Sacudió la cabeza. La mujer les hizo señas otra vez, mas vigorosamente. A Harry se le ocurrían muchas razones para no obedecer la llamada, aunque sus sospechas acerca de su identidad se intensificaban a cada instante que pasaban mirándose cara a cara en la calle desierta.

-¿Creen que en verdad sea Bathilda?—preguntó Remus

-Es posible—contestó Frank—aunque aun no creo que ella tenga la espada.

-Yo tampoco lo creo—estuvo de acuerdo el director.

¿Era posible que los hubiese estado esperando todos estos largos meses? ¿Qué Dumbledore le hubiera dicho que les esperara, y que al final Harry vendría? ¿No era mas probable que fuera la que se había movido entre las sombras en el cementerio y les había seguido hasta este lugar? Incluso su capacidad para sentirles y verles bajo la capa sugería algún poder que el chico solo había identificado en Dumbledore.

Dumbledore sonrió, al parecer su pupilo conocía mas aspectos de su vida de los que el director pensaba, por algún motivo, ese insignificante hecho le hacía sentirse bien.

Finalmente Harry habló, haciendo que Hermione se quedase sin aliento y saltara.
- ¿Eres Bathilda?
La figura torpe asintió con la cabeza e hizo señas otra vez.


-No se ve muy fuerte—dijo sirius—y yo no creo que el director le hayan confiado algo importante, no parece que se sepa defender muy bien

-No lo hace—volvió a expresar su opinión Dumbledore, que ya lo había mencionado antes—es por eso que creo imposible que ella tenga la espada, me preocupa el motivo por el que quiera hablar con Harry.

Lily asintió, seguía triste, junto a su esposo, parecía incapaz de hablar, mientras escuchaba la lectura no apartaba los ojos de su pequeño, james decidió no decir nada frente a este comportamiento, y se limitó a transmitirle su amor a través de su abrazo.

Bajo la capa Harry y Hermione se miraron. Harry arqueó las cejas; Hermione hizo una diminuta inclinación de cabeza, nerviosa.
Dieron un paso hacia la mujer y, de inmediato, ella cambió de dirección y cojeó regresando por donde había venido. Guiándoles junto a varias casas, se giró hacia una verja. La siguieron por el camino delantero a través de un jardín casi tan crecido como el que acababan de dejar.

-Hay algo muy extraño allí—habló el entrenamiento de auror de Frank—describe una casa descuidada, pero la mujer vive allí

-Y Bathilda siempre se preocupó por cuidar su jardín—dijo Dumbledore quien ya pensaba que había algo raro en todo el asunto.

-Tal vez ya no esta en condiciones de cuidarlo—sugirió Alice

-Habría pagado a alguien por hacerlo—dijo seguro Dumbledore—dispone de suficiente dinero, después de todo es la mas grande historiadora del siglo.

Lily que seguía en silencio, maquinaba terribles opciones en su cabeza sobre la actitud de la bruja, cada una menos atractiva que la otra.

Ella tanteó un momento con una llave en la puerta principal, luego la abrió y retrocedió un paso atrás para dejarles pasar.
Olía mal, o quizá fuera la casa. Harry arrugó la nariz mientras pasaban junto a ella y se quitaban la capa. Ahora que estaba junto a ella, se percataba de lo pequeña que era; encorvada por la edad apenas le llegaba al nivel del pecho.

Todos fruncían el ceño, algo muy extraño pasaba con esa bruja, pero ¿qué?, ¿estaría siendo dominada por la maldición imperius?, o tal vez obligada de alguna forma por voldemort o sus mortifagos para retener a Harry en caso de que fuera a valle Godric, esperaban estar equivocados.

Cerró la puerta tras de ellos, sus nudillos eran azules y moteados contra la piel desconchada, entonces se volvió y estudió con atención la cara de Harry. Sus ojos estaban velados por las cataratas y hundidos en pliegues de piel transparente. Se preguntó si podía verle en absoluto. Aunque si podía, sería al muggle medio calvo, cuya identidad había robado, lo que vería.

-No creo que sea muy difícil adivinar que es Harry con poción Multijugos—dijo james con preocupación, Lily suspiró

El olor a vejez, a polvo, a ropas sin lavar y comida rancia se intensificó cuando se desenrolló el chal negro comido por las polillas, revelando una cabeza canosa a través de la cual se veía claramente el cuero cabelludo.

-¿Estará enferma?—una nueva teoría se le había ocurrido a Alice

-Es posible—dijo Remus poco convencido.

-¿Bathilda? -repitió Harry
Asintió con la cabeza otra vez. Harry fue consciente de pronto del guardapelo contra su piel. La cosa que había dentro, que algunas veces hacía tictac o golpeaba, se había despertado, podía sentirla pulsando a través del frío oro.  ¿Sabía, podía sentir, que su destrucción estaba cerca?


Dumbledore palideció, pero todos con su vista fija en sirius no lo notaron. Al parecer había descubierto que era lo que estaba mal con la mujer.

Bathilda pasó junto a ellos arrastrando los pies, echando a un lado a Hermione como si no la hubiera visto, y desapareciendo en lo que parecía una sala de estar.
-Harry, no estoy segura de esto -susurró Hermione.
-Mira su tamaño. Creo que podríamos dominarla si tuviéramos que hacerlo –dijo Harry-. Mira, debería de habértelo dicho. No esta en sus cabales. Muriel la llamó chiflada.

-Sigo pensando que hay algo raro—murmuraron todos al tiempo, logrando sacar una media sonrisa

- ¡Ven! - le llamó Bathilda desde la habitación de al lado.
Hermione saltó y aferró el brazo de Harry.
-Esta bien -dijo Harry tranquilizadoramente, y abrió el camino hasta la sala de estar.
Bathilda se tambaleaba por el lugar encendiendo velas, pero todavía estaba muy oscuro, por no mencionar que estaba sumamente sucio.

-Es imposible que viva así—dijo Alice—algo debe haberle pasado.

Un polvo espeso crujía bajo sus pies, y la nariz de Harry detectó, debajo del malsano, húmedo y enmohecido olor, algo peor, que parecía carne podrida. Se preguntó cuando había sido la última vez que alguien había estado dentro de la casa de Bathilda para comprobar si esta vivía.

Demasiado tiempo, pensó con tristeza Dumbledore, era increíble que la comunidad mágica se preocupara tan poco por quien fue afamada tantas veces por ellos mismos.

Parecía haberse olvidado, además, de que podía hacer magia, pues encendía las velas torpemente a mano, arrastrando constantemente el puño de su camisa de encaje con peligro de que comenzara a arder.

-¿Imperius?—frank expresó lo que varios pensaban

-Tal vez—contestó sirius—lo que no es nada alentador.

-Déjeme hacer eso - ofreció Harry y le quitó las cerillas. Ella se quedó mirando como encendía las velas que se sostenían en platitos alrededor del cuarto, posados precariamente sobre montones de libros y sobre mesitas desconchadas con grietas y mohosos clips.

-Hemos visto que Harry tiene buen instinto—dijo Remus—¿Por qué no ha notado que algo esta mal?

-Tal vez lo notó—sugirió Alice—pero prefiere ignorarlo, después de todo no es que Bathilda se vea como una amenaza.

La última superficie sobre la cual Harry divisó una vela fue una cómoda inclinada precariamente sobre la cual había colocadas un gran número de fotos. Cuando la llama bailó volviendo a la vida, su reflejo fluctuó en un vaso de plata polvoriento. Vio algunos diminutos movimientos en los portaretratos. Mientras Bathilda toqueteaba los leños para el fuego, masculló:
-Tergeo.

-Ahora se pondrá a ver fotos, genial!—masculló sirius, Remus lo asesino con la mirada, cosa que extraño al animago, quien esperaba esa reacción de Lily, pero la mujer seguía contemplando a su hijo jugar con Neville.

El polvo desapareció de las fotos, y vio de inmediato que faltaban media docena, la mayoría de los marcos mas grandes, meticulosamente adornados. Se preguntó si había sido Bathilda o algún otro los había quitado. Entonces la visión de una fotografía cercana, casi en el extremo de la colección, captó su atención, y la cogió rápidamente. Era el ladrón de pelo dorado y cara alegre, el joven que había estado posado sobre el alféizar de la ventana de Gregorovitch, sonriendo perezosamente hacia
Harry fuera del marco de plata.

Contuvieron la respiración, Dumbledore supo que otro de sus secretos estaba próximo en salir a la luz, se preguntó si no seria mejor contarles todo de una vez, pero entonces decidió que lo mejor era dejar que el libro hiciera su trabajo, luego vería que hacer cuando sus ex-alumnos le preguntaran sobre el tema.

Y Harry recordó instantáneamente donde había visto al chico antes: En Vida y mentiras de Albus Dumbledore, abrazando al joven Dumbledore, y ahí debían estar todas las fotos que faltaban: en el libro de Rita.

La reacción fue inmediata, todos a una giraron al ver al director, quien sorprendentemente se sintió intimidado por las miradas ávidas de información que le dirigían todos en la sala, incluso Lily despego los ojos de Harry para mirar de forma interrogante a su director y líder.

-Creo que deberíamos seguir leyendo—dijo Dumbledore—y si es necesario luego daré las explicaciones respectivas, pero solo en caso de ser necesario

El tono de voz del director era tal, que ni siquiera sirius se atrevió a discutir.

-¿Señora... Bagshot... Señora? -dijo, y su voz tembló ligeramente-. ¿Quién es este?
Bathilda estaba de pie en mitad de la habitación observando a Hermione
encender el fuego por ella.
- ¿Señora Bagshot? -repitió Harry, y avanzó con la foto en las manos mientras las llamas volvían a la vida en la chimenea. Bathilda miró hacia su voz, y el Horrocrux se calentó rápidamente sobre su pecho.

Dumbledore vio casi confirmadas sus sospechas, de alguna manera, había magia negra en el cuerpo de Bathilda, aunque no se explicaba el motivo o la forma para que el horrocrux la reconociera a menos que…no, era imposible si quiera pensarlo, ella no podía ser…

-¿Quién es esta persona? -le preguntó Harry, empujando la foto hacia adelante. Ella escudrinó la foto solemnemente, después se la devolvió a Harry.
-¿Sabe quién es éste? -repitió él, con voz mucho mas lenta y mas fuerte de lo normal-. ¿Este hombre? ¿Le conoce? ¿Cómo se llama?

-Ya debería haberse dado cuenta de que no le va a contestar—dijo Frank.

Bathilda solo le miró vagamente. Harry sentía una horrorosa frustración. ¿Cómo había desenterrado Rita Skeeter sus recuerdos?

-De ningún modo decente eso es seguro—la declaración de Lily los sorprendió a todos, pues pensaban que solo estaba presente su cuerpo, nadie se atrevió a decir nada.

-¿Quién es este hombre? -repitió ruidosamente.
-¿Harry, qué estas haciendo? -preguntó Hermione.
-¡Esta foto, Hermione, es el ladrón, el ladrón que robó a Gregorovitch! ¡Por favor! -dijo a Bathilda-. ¿Quién es este?
Pero ella sólo clavó los ojos en él.
- ¿Por qué nos pidió que viniéramos con usted? ¿Señora... Bagshot? - preguntó Hermione, alzando su propia voz-. ¿Hay algo que quiera contarnos?


-Deberían marcharse ya—dijo james—es obvio que esa bruja no va a ser de ayuda, y es peligroso que se queden mas tiempo.


Sin dar ninguna señal de que hubiera oído a Hermione, Bathilda se acercó ahora unos pocos pasos mas a Harry. Con una pequeña inclinación de cabeza señaló de vuelta al vestíbulo.
-¿Quiere que nos marchemos? -preguntó.

-Deberían hacerle caso—aceptó remus
Ella repitió el gesto, esta vez señalándole a él, en primer lugar, luego a sí misma, luego al techo.

-Es extraño—dijo Remus—¿Por qué no habla?

-Llamó a Harry desde la otra habitación—contradijo Alice

-Y viste la reacción de hermione—replicó el hombre lobo—tienes que admitir que es extraño.

-No lo había pensado—reconoció—pero tienes razón.

Esto encendió un nuevo bombillo en el cerebro de Dumbledore, después de todo, era un acto muy digno de voldemort, hacer lo que el director pensaba que había hecho Riddle con Bathilda.

-Oh, bien… Hermione, creo que quiere que yo vaya arriba con ella.
-Bien -dijo Hermione-, vamos.
Pero cuando Hermione se movió, Bathilda negó con la cabeza con asombroso vigor, una vez mas señalando primero a Harry, y luego a sí misma.

-Lo ves—dijo Remus mirando a Alice, esta asintió

-Quiere que yo vaya con ella, solo.
-¿Por qué? -preguntó Hermione, y su voz se oyó brusca y clara en el cuarto iluminado por las velas. La vieja señora sacudió la cabeza un poco ante el fuerte ruido.
-¿Tal vez Dumbledore le dijo que me diera la espada a mí, y sólo a mí?

-No es posible que sigan pensando que tiene la espada—dijo irritado Remus

-Es la única esperanza que tienen—sirius habló para asombro de todos.-¿Qué?—reclamó pues todos lo seguían mirando

-Es solo que—Remus sacudió la cabeza—nada olvídalo, sigue leyendo

Sirius los miró receloso pero hizo caso a su amigo.

-¿Crees realmente que sabe quién eres?
-Sí -dijo Harry, bajando la mirada a los ojos lechosos fijos en los suyos-, creo que lo sabe.

-Yo también lo creo—dijo james—y por algún motivo eso no me tranquiliza.

-Bien, de acuerdo entonces, pero que sea rápido, Harry.
-Guíeme -dijo Harry a Bathilda.
Ella pareció entenderle, porque le rodeó arrastrando los pies hacia la puerta. Harry volvió la mirada hacia Hermione con una reconfortante sonrisa, pero no estaba seguro de que ella lo hubiera visto; estaba de pie abrazándose a sí misma en medio de la inmundicia iluminada por las velas, mirando hacia las estanterías de libros. Cuando Harry salió de la habitación, sin que le vieran ni Hermione y ni Bathilda, se deslizó la foto con el marco de plata del desconocido ladrón dentro de la chaqueta.

-¿y de que le va a servir la foto?—inquirió sirius

-Para saber quien es el ladrón—contestó Alice con un tono de voz que dejaba claro que la consideraba una pregunta estúpida

-Ah!, claro!—dijo sirius fingiendo darse cuenta de algo—cuando salgan de la casa de Bathilda ira a tocar a la puerta de cada mago que conozca y no conozca, les enseñara la fotografía y preguntara quien es, solo hay un fallo en el plan—simuló considerarlo un segundo—por supuesto, es el mas buscado del mundo mágico y esta escondiéndose en campamentos improvisados sin ningún tipo de contacto con nadie y si…

-Ya, creo que tu punto quedó claro—dijo enfadada Alice, su esposo sonrió

Las escaleras eran pronunciadas y estrechas. Harry estuvo medio tentado de colocar las manos en la corpulenta espalda de Bathilda para asegurarse de que no perdía el equilibrio y caía encima de él, lo cual parecía muy probable.

Sirius sonrió al imaginar la escena, pero no fue el único, en los rostros de todos, excepto Lily, james y Dumbledore se dibujo una sonrisa burlona.

Lentamente, respirando con un poco de dificultad, ella ascendió al rellano superior, giró inmediatamente a la derecha, y le guió hasta un dormitorio de techo bajo.
Estaba oscuro como un pozo y olía horriblemente. Harry solo pudo divisar una habitación con algo sobresaliendo de debajo de la cama antes de que Bathilda cerrara la puerta y entonces incluso eso fue tragado por la oscuridad.

-Creo que Harry esta demasiado confiando en que podrá dominar a Bathilda si hace falta—dijo Remus

-No ha pensado que si esta bajo un Imperius, podrá hacer cosas que normalmente no haría, como tener un duelo por ejemplo—estuvo de acuerdo Frank

-Creo que simplemente esta confiando en que encontrará respuestas—dijo Lily con tristeza—creo que todos las necesitamos.

-Lumos, -dijo Harry, y su varita se encendió. Tuvo un sobresalto, Bathilda se había acercado a él en esos pocos segundos de oscuridad y no la había oído acercarse.
-¿Eres Potter? -murmuró ella.
-Sí, lo soy.

-¿Por qué ahora que no esta Hermione si habla?—preguntó Alice—crees que es posible que solo Harry le entienda

-Creo que es imposible que en una habitación con tres personas, una no entienda lo que dicen, y mas si es alguien como hermione—opinó james—debe haber otro motivo

“Claro que lo hay”, pensó Albus, pero no exteriorizaría sus suposiciones hasta estar cien por ciento seguro.

Ella asintió lentamente, solemnemente. Harry sentía al Horrocrux palpitar rápidamente, mas rápido que su propio corazón. Era una sensación desagradable, perturbadora.

-¿Por qué hace eso el horrocrux?—dijo Alice-¿es posible que de verdad sienta la presencia de la espada?

-No creo que sea eso—dijo Frank—aunque no es que sepa mucho sobre Horrocruxes

-No es eso—dijo el director—continua sirius—el aludido obedeció

-¿Tiene algo para mí? -repitió.
Luego ella cerró los ojos y varias cosas ocurrieron a la vez. La cicatriz de Harry latió dolorosamente. El Horrocrux se sacudía tanto que la parte delantera de su jersey realmente se movía, el cuarto oscuro y fétido se disolvió momentáneamente. Dió un salto de alegría y oyó una voz alta, fría: ¡Entretenle!

-Oh!, No!—dijeron varias voces al tiempo

-pero como es posible que voldemort sepa donde esta Harry—dijo Remus

-Bathilda de algún modo se lo dijo—aseguró Frank

Harry se tambaleó. La hedionda habitación oscura pareció cerrarse a su
alrededor otra vez. No sabía qué estaba ocurriendo realmente.
-¿Tienes algo para mí? -pidió por tercera vez, mucho mas fuerte.
-Por allí -murmuró ella, apuntando hacia la esquina. Harry sacó su varita y vio el contorno de un desordenado tocador bajo la acortinada ventana.
Esta vez ella no le guió. Harry avanzó entre ella y la cama sin hacer, con la varita levantada. No quería apartar la vista de ella.

-Parece que al fin noto que algo no esta bien—dijo Remus—debería llamar a hermione.

- ¿Qué es eso? -preguntó cuando alcanzó el tocador, el cual se veía abarrotado y olía como un montón de ropa sucia.
-Allí -dijo ella, señalando hacia la informe masa.
Y en el instante en que apartó la mirada, y sus ojos buscaron en el enmarañado desorden en busca de la empuñadura de la espada, o un rubí, ella se movió extrañamente. La vio de reojo, aterrorizado, se dio la vuelta y el horror le paralizó cuando vio el viejo cuerpo derrumbarse y la gran serpiente saliendo del lugar donde había estado su cuello.

Todos, a excepción del director, soltaron gritos ahogados, los mas pequeños miraron intrigados a sus padres, pero ninguno, por primera vez, prestó atención a la cara de los niños

-Nagini—murmuraron a una voz

-Pero ¿Cómo es posible que Harry le entienda?—dijo preocupada Alice—ni Lily ni james pueden hablar parsel, y esa es una habilidad que se hereda

-tal vez algún antepasado lejano—sugirió Remus

-Imposible—contestó james

-Además—dijo el director—estoy seguro de que no es coincidencia, su cicatriz y voldemort deben tener algo que ver. Estoy seguro de eso.

Todos estaban horrorizados, al parecer voldemort y Harry estaban mas conectados de lo que suponían

-Claro, por eso no hablaba frente a hermione—recordó Remus—la chica se habría dado cuenta

-y por eso se estremeció cuando llamó a Harry desde el otro salón—apoyó sirius—escuchó el silbido aunque no entendió lo que dijo.

-Continua por favor sirius—pidió Lily con voz contenida.

La serpiente golpeó cuando levantaba la varita. La fuerza del mordisco en su antebrazo envió la varita girando hacia el techo, su luz vagó por toda la habitación y después se extinguió.

-Lo mordió!—gritó Lily, el hecho de que su hijo fuese atacado por una serpiente pareció sacarla de su ensimismamiento—una serpiente mordió a mi hijo

-Cálmate Lily—dijo su esposo, pues su mujer se estaba poniendo histérica—mírame—ordenó con voz dulce—si no te calmas no vamos a poder saber que pasa, además, como te hemos dicho varias veces, eso ya no va a suceder, y mira—señalo a su hijo—esta allí, jugando, tranquilo con tu ahijado, nada le va a suceder.

Lily lloraba con fuerza, y james la abrazó, en cuanto la pelirroja se calmó un poco, sirius continuo la lectura.


Entonces un golpe poderoso de la cola en su pecho le dejó sin aliento. Cayó hacia atrás sobre el tocador, en el montón de ropa asquerosa. Rodó de lado, evitando por poco la cola de la serpiente, que se agitaba hacia la
mesa donde había estado él un segundo antes. Llovieron fragmentos de un vaso que cayó al suelo. Oyó a Hermione llamándole desde abajo.
- ¿Harry?

-Que suba a ayudarlo por favor—murmuró Lily,  y los demás hicieron eco en su pensamiento.

No pudo meter suficiente aire en sus pulmones para contestarle. Entonces una pesada y suave masa le aplastó contra el suelo y sintió como se deslizaba sobre él, poderosa, musculosa.
- ¡No! -jadeó sin aliento, inmovilizando contra el suelo.
-Sí, -murmuró la voz-. SSSi.... creo que te quedarasss

Lily temblaba en brazos de su esposo, Alice pensaba que no había forma de que salieran de allí antes de que voldemort apareciera, curiosamente ninguno pensó mucho en que Bathilda estaba muerta, al parecer desde un buen tiempo atrás.

- Accio... Accio Varita.
Pero nada ocurrió y necesitó las manos para tratar de quitarse de encima a la serpiente cuando esta se enrrolló alrededor de su pecho, impidiéndole respirar, presionándole el Horrocrux con fuerza contra el pecho, un círculo de hielo latiendo con vida, a pulgadas de su frenético corazón, y su cerebro inundándose de una fría luz blanca, todo pensamiento se extingió, su respiración se ahogada, pasos distantes, todo se volvía...

-SIRIUS!!!—gritó james atrayendo su atención—lee mas despacio, nos cuesta entenderte

-Lo siento—en medio de la emoción, y el miedo, sirius había acelerado su velocidad de lectura, convirtiendo sus palabras en un torrente de oraciones escasamente entendibles, ajustó la velocidad de la lectura.

Un corazón de metal estaba explotando de su pecho, y de repente estaba volando, volando con triunfo en su corazón, sin necesidad de escoba o thestral.

-Voldemort debe estar muy cerca—dijo preocupado Frank—tiene que salir de allí ahora mismo!

De repente estaba despierto en una oscuridad que olía a agrio. Nagini le había soltado. Se levantó y vio a la serpiente dibujada contra la luz del rellano. Golpeó y Hermione se lanzó a un lado con un chillido.

Lily se relajo solo un poco, al menos hermione conservaba su varita y podría repeler los ataques de la serpiente mientras su hijo encontraba su propia varita.

Su maldición desviada golpeó las ventanas acortinadas, lo cual las hizo pedazos. Un aire congelado llenó el cuarto mientras Harry se agachaba para evita otra lluvia de cristal roto y su pie resbaló con algo parecido a un lápiz... su varita...

-Al menos recuperó su varita—dijo Remus, pero nadie se tomó el trabajo de contestar, atentos a la lectura de sirius.

Se inclinó y la cogió rápidamente, pero ahora el cuarto estaba lleno con la serpiente, su cola golpeaba a Hermione en alguna parte fuera de la vista y por un momento Harry pensó lo peor, pero entonces su produjo un fuerte bang y un destello de luz roja, y la serpiente voló por el aire, abofeteando a Harry en la cara con fuerza al pasar, enrollándose en una gruesa espiral que se alzó hasta el techo.

-Desaparézcanse de una buena vez—rugió james

Harry alzó la varita, pero mientras lo hacía, su cicatriz quemó dolorosamente, mas dolorosamente de lo que había hecho en años.
-¡Él viene! ¡Hermione, viene!

-No!—gritó Lily—voldemort ya esta cerca, salgan Ya!—al parecer ninguno de ellos era consciente de que le hablaban a un libro.

Mientras gritaba la serpiente se alzó, siseando salvajemente. Todo era caos. Hizo pedazos los estantes de la pared, y la porcelana china astillada voló en todas direcciones mientras Harry saltaba sobre la cama y agarraba la oscura forma que sabía que era Hermione.

-¿Qué demonios esperan?—preguntó Frank

Ella gritó de dolor cuando tiró de ella a través de la cama. La serpiente se irguió otra vez, pero Harry sabía que algo peor que la serpiente estaba en camino, que quizás ya estuviera ante la verja, su cabeza se iba a partir por el dolor de la cicatriz.

Date prisa Harry, pensaban todos, no se habían sentido tan impotentes, ni siquiera en la persecución donde cayó ojo loco.

La serpiente se abalanzó cuando Harry  saltó corriendo, arrastrando a Hermione con él; cuando la serpiente golpeó, Hermione gritó,
-¡Confringo! -y su hechizo voló por la habitación, haciendo explotar el espejo del armario y rebotando hacia ellos, saltando del suelo al techo.

-¿Le dio?—preguntó Alice

-No lo creo—respondió sirius antes de seguir leyendo.

Harry sintió un ardor en la parte de atrás de la cabeza. El cristal le cortó el cuello mientras arrastraba a Hermione con él. Saltó de la cama al tocador roto y después sin titubear por la ventana destrozada hacia la nada. El grito de Hermione reververó a través de la noche mientras se retorcían en medio del aire.

-Saltó por la ventana!!—gritaron todos

-Era su única opción—lo defendió el director, habían olvidado su presencia. De nuevo.

Y entonces su cicatriz se abrió de golpe y él fue Voldemort y estaba corriendo a través del fétido dormitorio, sus largas manos blancas agarraban el alféizar de la ventana mientras veía al hombre medio calvo y a la mujer pequeña retorcerse y desaparecer, y gritó de rabia, un grito que se entremezcló con los de la chica, que resonó a través de los oscuros jardines sobre las campanas de la iglesia que tocaban señalando el día de Navidad.

-Al menos desaparecieron—dijo aliviada Lily y james y Remus decidieron que era mejor no recordarle que ya los habían localizado una vez después de desaparecer, sin saber como.

Y su grito fue el grito de Harry, su dolor fue el dolor de Harry… lo que podría haber pasado aquí, donde había ocurrido antes... aquí a la vista de esa casa donde había estado tan cerca de saber lo que era morir... morir... El dolor era tan terrible… desgarraba su cuerpo… Pero si no tenía ningún cuerpo, por qué la cabeza le dolía tanto; si estaba muerto, cómo podía sentir algo tan insoportable, no podía, cesaría con la muerte, no podría seguir...

-¿Qué?—dijeron los miembros de la orden al tiempo

-Creo que los pensamientos de Harry y Lord Voldemort estan siendo súper puestos—explicó el director.

La noche era húmeda y ventosa, dos niños disfrazados de calabazas caminaban bamboleándose a través de la plaza, y los escaparates estaban cubiertos de arañas de papel, todos adornos muggle de mal gusto de un mundo en el cual no creían…

-Oh!, No!—dijo Lily horrorizada—lo esta recordando, Harry lo esta recordando.

-Es Voldemort—dijo james

-Da igual!—respondió Lily—Harry puede ver lo que voldemort esta pensando, es octubre, tan cerca…, morir…—Lily soltaba ideas inconexas, pero todos sabían lo que intentaba decir.

Y él se deslizaba hacia delante, con esa sensación de resolución y poder
y corrección que siempre sentía en estas ocasiones… no furia… que era para almas mas débiles que las de él... sino triunfo, aunque... había anhelado esto, lo había esperado...,
- ¡Bonito disfraz, señor!
Vio la sonrisa del pequeño niño vacilar cuando se acercó lo suficiente como para ver bajo la capucha de la capa, vio el miedo nublar su cara pintada: Entonces el niño se giró y huyó… Bajo la túnica sostenía el mango de su varita… Un movimiento simple y el niño nunca alcanzaría a su madre…

-Maldito hijo de—james se contuvo solo como deferencia a su hijo y a Neville-¿Qué daño le ha hecho el pequeño?

Lily, llorando lo abrazo, todos estaban llenos de furia, los ojos de sirius reflejaban una ira asesina, Alice se debatía entre el llanto y la rabia y Frank decididamente sintió una ola de odio que jamas había experimentado.

pero era innecesario, realmente innecesario...

Todos bufaron molestos.

Y recorrió una calle nueva y mas oscura, y ahora su destino estaba a la vista a fin de cuentas, el Encantamiento Fidelius roto, aunque ellos no lo supieran aún…

Los merodeadores odiaron de nuevo a Peter, con mayor intensidad que antes, Lily que se caracterizaba por su carácter noble y bondadoso, deseo matar a Peter con sus propias manos.

 E hizo menos ruido que las hojas muertas, reptando sobre el pavimento hasta llegar al nivel del oscuro seto y miraba por encima de él.

Sirius tenía la voz rota, sus ojos iban un poco mas allá que sus labios, por lo que sabia que estaba próximo a relatar los últimos minutos de vida de sus amigos. Tragó saliva

No habían corrido las cortinas, los veía muy cariñosos en su pequeño salón, el hombre alto de pelo negro con sus gafas, haciendo que ráfagas de humo de colores salieran de su varita para diversión del pequeño de pelo negro en su pijama azul.

Lily sollozo, y para sorpresa de todos sirius bajó el libro

-Lo siento—dijo apenado—pero no puedo leer la muerte de mi mejor amigo, y de la mejor mujer que he conocido en la vida

Frank, pese a que también se sentía afectado por el hecho, se puso en pie y recibió el libro, se volvió a hacia los Potter

-¿Estan seguros de que quieren que lo lea?—preguntó dudoso

-Sí—contestaron con el coraje típico de Gryffindor

-No será agradable—empezó james

-Pero tengo que saber exactamente que ocurrió—terminó Lily con voz entre cortada
-De cualquier forma—siguió james—los tenemos a ustedes, mientras hablaba, sirius y Remus ya se habían puesto en pie, sirius se sentó al lado de james, y Remus lo hizo junto a Lily, ambos pasando un brazo sobre los hombros de sus amigos. El director los observó triste, pero complacido.

El niño se reía y trataba de coger el humo, agarrándolo en su pequeño puño. Una puerta se abrió y la madre entró, pronunciando palabras que él no podía oír, su largo pelo rojo oscuro le caía sobre la cara.  Ahora el padre cogía en brazos al hijo, y se lo entregaba a la madre.

Alice lloraba, su esposo con una mano sostenía el libro y con la otra abrazaba a su esposa, Lily no estaba mejor, incluso sirius tenía lagrimas recorriendo su cara, y no se molestó en quitarlas u ocultarlas.

Arrojó su varita al sofá y se desperezó, bostezando. La verja rechinó un poco cuando la abrió, pero James Potter no lo oyó.

James brincó cuando escuchó su nombre, pese a saber que estaban hablando de el, de su esposa y de su familia.

Su mano blanca aferró la varita bajo su capa y apuntó a la puerta, la cual se abrió de golpe.

Lily no podía evitar los sonoros sollozos que emitia, james era un poco mejor controlando sus sentimientos, debía hacerlo por ella, por su esposa. Remus apretó mas su abrazo en torno a Lily.

Estaba en el umbral cuando James llegó corriendo al vestíbulo. Fue fácil,
demásiado fácil, ni siquiera había recogido su varita.

-No!, james—sollozó Lily, su esposo moriría primero, el aludido le dio una tímida sonrisa

-Siempre te dijo que moriría y mataría por ti—sus ojos estaban llenos de lagrimas—parece que cumplí mi promesa

Lily lloró con mas fuerza

-¡Lily, coge a Harry y vete! ¡Es él! ¡Vete! ¡Huye! ¡Le retendré!

Remus también lloraba, y vaya que eso era raro en el, estaba acostumbrado al dolor y al sufrimiento, pero no a ese tipo de dolor, no a ese tipo de heridas en el alma.

¡Retenerle, sin una varita en la mano! … Se rió antes de lanzar la maldición.
-¡Avada Kedavra!

-NO!—dijeron todos al tiempo, Dumbledore se contuvo pero escuchaba con atención, la maldad de voldemort no conocía limites.

La luz verde llenó el estrecho vestíbulo, dibujando la silueta del cochecito de niño contra la pared, hizo que los pasamanos brillaran intensamente igual que relámpagos, y James Potter cayó como una marioneta cuyas cuerdas hubieran sido cortadas.

-Por favor no!—decía Lily sollozando—eso no sucedió, ya lo habíamos enfrentado tres veces

-y difícilmente salimos con vida Lils—dijo james con ternura—sin una varita a mano no era mucho lo que podía hacer

Lily abrazó a su esposo con un brazo y se sujetó a Remus con el otro, sirius acarició su cabello con la mano, al tiempo que no soltaba los hombros de su amigo.

Podía oirla gritar en el piso de arriba, atrapada, pero mientras fuera sensata, ella, al menos, no tenía nada que temer…

-¿Qué?—la sorpresa los paralizo a todos

-Yo debería estar peor parada que james—dijo Lily consternada—james es sangre limpia en cambio yo no

Dumbledore pensó en Severus, cuando le había pedido ayuda, también le había dicho que ya se había encargado de pedirle a su amo que le perdonara la vida a Lily.

subió las escaleras, notando con diversión sus débiles intentos por bloquearle con una barricada desde dentro…

james aparte de dolor sentía rabia, una rabia infinita por saber que ese bastardo se había burlado del miedo de su esposa, Lily era valiente, pero si la vida de su hijo estaba de por medio las cosas cambiaban.

No llevaba encima la varita… Qué estúpidos habían sido, y qué confiados, creyendo estar seguros confiando su seguridad a sus amigos, desprenderse de sus almas aunque fuera por un  momento...

-Creo que deberíamos encargarnos nosotros mismos de Peter—dijo sirius—ni el mismo voldemort puede hacerle pagar de la forma en que lo haremos nosotros.

-No puedo asesinarlo—dijo con tristeza james—no soy como él, voldemort ya se encargará de ese cobarde cuando vea que su única utilidad como espía se ha ido al traste

Sirius no estaba convencido, pero james tenia razón, no podían cambiar su forma de ser por ese canalla traidor, se lo dejarían a voldemort, y el destino mismo le haría pagar sus actos.

Forzó la cerradura de la puerta, arrojó a un lado la silla y las cajas precipitadamente amontonadas contra ella con una perezosa onda de su varita…

-Qué estúpida—murmuro Lily aún llorando—mira que poner cajas, como si una varita no bastara para moverlas todas al tiempo

-Tu solo intentabas proteger a Harry—dijo su esposo con la voz cortada.

y allí de pie estaba ella, con el niño entre sus brazos. Al verle, dejó a su hijo en la cuna tras ella y abrió los brazos, como si eso fuera a ayudar, como si ocultándole a su vista esperara ser elegida en su lugar...
-¡Harry no, Harry no, por favor Harry no!

Las lagrimas de james cayeron con mas velocidad cuando escuchó a Frank relatar como su esposa le rogaba a voldemort por la vida de su hijo, Alice tampoco había parado de llorar ni un momento.

-Apártate, muchacha estúpida... hazte a un lado, ahora.
-Harry no, por favor no, llévame, mátame en su lugar...

Dumbledore tuvo totalmente claro que era lo que había salvado al bebe, el amor.

-Ésta es mi última advertencia
-¡Harry no! ¡Por favor… ten misericordia… ten misericordia. ¡Harry no! ¡Harry no! Por favor, haré cualquier cosa

Lily se estremecía por el llanto convulsivo del que era presa, Frank quiso darle unos momentos, pero ella se lo negó

-Por favor—dijo llorando—entre mas rápido lo leas, mas rápido va a acabar.

-Apártate. ¡Apártate, muchacha!
Pudo haberla apartado a la fuerza de delante de la cuna, pero parecía mas prudente matarlos a todos....

-Lo voy a matar—rugieron Remus, james y sirius al tiempo

La luz verde brilló intermitentemente en toda la habitación y cayó como su marido.

-Lily!—gritó james—y apretó mas el brazo alrededor de su esposo, mas feliz que nunca de tenerla a su lado.

El niño no había llorado en todo ese tiempo. Estaba de pie, aferrando firmemente los barrotes de su cuna, y levantando la mirada hacia la cara del intruso con brillante interés, quizá pensando que era su padre el que se escondía bajo la capucha, para hacer mas luces bonitas, y que su madre se levantaría en cualquier momento, riendo.

-Harry—dijo Lily—el tiene que estar viendo todo esto

James no dijo nada, pero se sintió morir por dentro, si había sido duro para el solo escuchar la muerte de su esposa, no podía imaginar lo que sería para Harry ver todo como si estuviese allí.

Apuntó con mucho cuidado la varita a la cara del niño. Quería ver como ocurría, la destrucción de este inexplicable peligro.

Nuevas oleadas de furia, mas intensas si era posible, que las anteriores se instalaron en todos los presentes, los ojos del director brillaban, siendo testigos de la rabia que sentía en ese momento.

El niño comenzó a llorar. Había visto que no era James. No le gustó que llorase, nunca había podido soportar a los pequeños lloriqueando en el orfanato.
-¡Avada Kedavra!

-NO!—gritaron pese a saber que Harry sobreviviría, no pudieron evitarlo, Alice también gritó

Y entonces se rompió. Él no era nada, nada excepto dolor y terror, y debía esconderse, no aquí entre los escombros de la casa en ruinas, donde el niño estaba atrapado y gritando sino lejos… muy lejos...
-No - gimió.
La serpiente murmuraba en el piso asqueroso y desordenado, y él había matado al niño, y sí él era el niño…

-Harry—repitió Lily con tristeza, fijando los ojos en su pequeño, que jugaba con Neville indiferente a lo que pasaba a su alrededor.

-No.
Y ahora estaba de pie ante la ventana rota de la casa de Bathilda, inmerso en los recuerdos de su mayor pérdida, y a sus pies la gran serpiente murmuraba sobre los cristales y la porcelana china rota… Bajó la mirada y vio algo … algo increíble...
-No
-¡Harry, esta bien, estas bien!
Se agachó y recogió la foto hecha pedazos. Allí estaba, el desconocido ladrón, el ladrón al que buscaba...


No  tenían el ánimo suficiente para lamentar el hecho de que Voldemort tuviera la foto del ladrón que buscaba con tanto esmero, la descripción de la muerte de los Potter flotaba en la habitación como una presencia, la presencia de la misma muerte que sentían vendría por ellos con impresionante rapidez.

-No… la dejé caer… la dejé caer...
-¡Harry, estas bien, despierta, despierta!
Él era Harry… Harry, no Voldemort… y la cosa que murmuraba no era una serpiente… Abrió los ojos.

-Creo que quiero que nos mudemos de casa cuando todo esto acabe—dijo Lily con voz rota y james asintió se sentía igual

-Veo todo con tal claridad que en verdad parece que hubiese pasado—dijo su esposo

-No paso james—dijeron sirius y Remus al tiempo, y siguieron también al tiempo—y tampoco pasará

-Aún así—dijo james limpiando de su cara las lagrimas, Lily no tuvo éxito en parar de llorar—tenemos varias propiedades para elegir, no tenemos que estar aquí por mucho tiempo, mataremos a ese desgraciado, y luego podremos vivir lejos de todo esto.

Lily hundió su cabeza en el pecho de su esposo, para amortiguar los sollozos, Frank les concedió tiempo de recuperarse antes de volver a leer, solo cuando Remus y sirius volvieron a sus anteriores asientes, el esposo de Alice volvió a leer.

-Harry, -murmuró Hermione. - ¿Te sientes... bien?
-Sí -mintió.
Estaba en la tienda de campaña, tendido sobre una de las literas inferiores bajo un montón de mantas. Supo que estaba amaneciendo por la quietud y la calidad fresca y uniforme de la luz mas allá del techo de lona. Estaba empapado en sudor, podía sentirlo en las sábanas y mantas.
-Escapamos.
-Sí -dijo Hermione-. Tuve que usar a un Encantamiento Levitatorio para meterte en la litera, no te podía levantar. Has estado… Bueno, no has estado muy...

-Nos acaba de ver morir james—dijo Lily sollozando—no es justo que pase por eso

James no dijo nada, y una idea se estaba formando en la mente de Lily.


Había sombras púrpuras bajo sus ojos café y advirtió una pequeña esponja en su mano. Le había estado enjuagando la cara.
-Has estado enfermo -terminó-. Muy mal.
-¿Cuánto hace que salimos?
-Han pasado horas. Es casi de día.
-Y he estado… ¿qué?, ¿inconsciente?
-No exactamente, -dijo Hermione con inquietud-. Has estado gritando y gimiendo y… diciendo cosas -añadió en un tono que hizo que Harry se sintiera intranquilo. ¿Qué había dicho? ¿Había gritado maldiciones como Voldemort, había llorado como el bebé de la cuna?

Lily se estremeció al recordar el momento en que voldemort apuntó su varita hacia su hijo.

-No podía quitarte el Horrocrux, -dijo Hermione, y vio que quería cambiar de tema-. Estaba pegado, pegado a tu pecho. Te ha quedado una marca, lo siento. Tuve que usar un Hechizo Separador para quitártelo. La serpiente te mordió también, pero he limpiado la herida y he puesto algo de díctamo en ella…

-Es realmente inteligente—dijo llorosa Alice—es una suerte contar con ella

-Es una suerte que ella exista—dijo con misterio Lily, pero no añadió nada mas—por favor Frank, continua.

Tiró de la sudorosa camiseta que llevaba puesta y se miró. Había un óvalo de color escarlata sobre su corazón donde el guardapelo le había quemado. También podía ver las marcas de colmillos medio cicatrizadas en el antebrazo.
-¿Dónde has puesto el Horrocrux?
-En mi bolso, creo que deberíamos mantenerlo a distancia durante algún tiempo.

-Gran idea—apoyó Remus, sirius, desde que leyeron la muerte de los Potter no había abierto la boca.

Harry se recostó contra las almohadas y examinó la cara gris de ella.
-No deberíamos haber ido al Valle de Godric. Es culpa mía. Todo es culpa mía, Hermione. Lo siento.
-No es culpa tuya. Yo también quería ir. Realmente creí que Dumbledore podía haber dejado la espada allí para ti.

Dumbledore sintió una punzada de culpabilidad, eso se habría podido evitar si le hubiese dado mas pistas al muchacho, de nuevo sus secretos cobraban de la peor manera.

-Si, pues bueno… nos equivocamos en eso, ¿no?
-¿Qué sucedió, Harry? ¿Qué sucedió cuando ella te llevó arriba? ¿Estaba la serpiente escondida en alguna parte? ¿Simplemente apareció y la mató y te atacó?
-No -dijo-. Ella era la serpiente… o la serpiente era ella…

Un estremecimiento general recorrió el grupo, y por primera vez pensaron en Bathilda, como había salido afectada por el juego de poder de Voldemort, por el simple hecho de vivir en valle de Godric.

Cerró los ojos. Todavía olía la casa de Bathilda en él. Eso hacía vívido todo ese horror.
-Bathilda debe llevar muerta algún tiempo. La serpiente estaba… estaba dentro de ella. Quien-Tu-Ya-Sabes la dejó allí, en el Valle de Godric, a esperar. Tenías razón. Sabía que volvería.

-Ella siempre tiene razón—dijo Lily con una sonrisa triste.

- ¿La serpiente estaba dentro de ella?
Abrió los ojos otra vez. Hermione parecía revuelta, asqueada.
-Lupin dijo que habría magia que nunca habíamos imaginado -dijo Harry-. No quiso hablar delante de ti, porque hablaba Parsel, todo en Parsel, y yo no me di cuenta, pero por supuesto la podía entender. Una vez que subimos a la habitación, la serpiente envió un mensaje a Quien-tu-ya-sabes, lo oí en mi cabeza mientras lo hacía, le sentí entusiasmarse, dijo que me entretuviera allí … y luego...

Otro estremecimiento, recordaban todo lo que sirius había leído momentos antes.

Él recordó a la serpiente saliendo del cuello de Bathilda y decidió que Hermione no necesitaba saber los detalles.
-... cambió, se transformó en la serpiente, y atacó.
Bajó la mirada a las marcas punzantes.
-Se suponía que no tenía que matarme, sólo mantenerme allí hasta que Quien-tuya-sabes llegara.

-Es espeluznante la tranquilidad con la que lo habla—dijo Alice, todavía con rastros de lagrimas en sus mejillas.

-Ten en cuanta que voldemort lo persigue desde que era un bebe—dijo James con la mirada sombría, Alice deseó no haber dicho nada.

Si al menos hubiera logrado matar a la serpiente, entonces habría valido la pena, todo… Con el corazón dolorido, se sentó erguido y apartó las mantas.

-Es cierto!—dijo Remus recordándolo—la serpiente es un horrocrux. Lo había olvidado

-También yo—dijeron los demás, Lily mostró una tímida sonrisa al ver que todos hablaron al tiempo

-No Harry. ¡Estoy segura de que debes descansar!
-Tú eres la que necesita dormir. Sin ofender, pero estas horrible. Estoy bien. Me quedaré de guardia un rato. ¿Dónde esta mi varita?
Ella no contestó, simplemente le miraba.
- ¿Dónde esta mi varita, Hermione?

-¿Qué ocurrió con su varita?—dijo Remus, lo de la muerte de los Potter los había distraído momentáneamente del enfrentamiento con la serpiente—¿la recogió verdad?

-Sí, recuerdo que tropezó con ella y la recogió—contestó sirius

Hermione se mordió el labio, y sus ojos se inundaron de lágrimas.
-Harry...
- ¿¡Dónde esta mi varita!?
La vio extender el brazo hacia abajo por un lado de la cama y se la ofreció. La varita de acebo y fénix estaban casi partida en dos. Una frágil hebra de pluma del fénix mantenía unidos ambos pedazos. La madera se había roto completamente. Harry la sostuvo entre sus manos como si fuera una cosa viva que sufriera una terrible lesión. No podía pensar correctamente. Todo era un borrón de pánico y miedo. Después le tendió la varita a Hermione.

-No puede ser!—dijo Remus—ahora se ha quedado sin varita

-Y voldemort resolvió el problema de los núcleos centrales idénticos—dijo con amargura sirius.

-Es verdad—exclamó Lily horrorizada—ahora Harry ya no tiene esa ventaja en un duelo

-Sin olvidar lo que hizo la varita el día de la persecución, cuando salieron de Privet Drive—agregó Remus, los Longbotton se sentían perdidos.

-¿Núcleos centrales idénticos?—preguntó Frank

-los núcleos  de la varita de Harry y de la varita de voldemort son iguales

-¿Cómo lo saben?

-Cuando la orden sacó a Harry de casa de mi hermana—explicó Lily—voldemort lo alcanzó al final, uso la varita de Lucius Malfoy, pero por algún motivo, que no logramos entender, la varita de Harry actuó por su cuenta, destrozando la de Malfoy, ya en la madriguera Harry entró en la mente de voldemort, y lo vio reclamándole a Ollivander, le dijo que había mentido, que el problema de los núcleos no se solucionaba con usar otra varita.

Alice escuchó atónita lo que su amiga explicaba, y entendió la dimensión del problema: Harry había perdido esa protección

-Repárala. Por favor.
-Harry, no creo, cuando esta así de rota...
-¡Por favor, Hermione, inténtalo!
-R-Reparo.
La rotura de la varita se selló. Harry la levantó
-¡Lumos!
La varita se encendió débilmente, luego se apagó. Harry señaló a Hermione.
-¡Expelliarmus!
La varita de Hermione dio un pequeño tirón, pero no abandonó su mano. Ese débil intento de magia fue demásiado para la varita de Harry, que se partió de nuevo en dos.

-El problema del núcleo no es el único—dijo Remus con preocupación—ahora Harry no tiene una varita en caso de un enfrentamiento.

Clavó los ojos en ella, consternado, incapaz de aceptar lo que veía… la varita que había sobrevivido a tantas cosas...
-Harry -murmuró Hermione tan quedamente que apenas la oyó-. Lo siento muchísimo, creo que fui yo. Cuando salíamos, ya sabes, la serpiente venía a por nosotros, así es que lancé una Maldición Explosiva, y rebotó por todas partes, y debió de golpearla.

-No es su culpa—dijo Lily, aunque entendía como se debía sentir la joven.

-Fue un accidente -dijo Harry mecánicamente. Se sentía vacío, estaba conmocionado-.En... encontraremos una forma de repararla.
-Harry, no creo que seamos capaces -dijo Hermione, las lágrimas corrían por su cara-. ¿Recuerdas… recuerdas a Ron? ¿Cuándo rompió su varita, al estrellar el coche? Nunca volvió a ser la misma.  Tuvo que hacerse con una nueva.

-¿y de donde va a sacar Harry una varita nueva?—dijo james consternado—es imposible que consiga otra

-además de que la afinidad mago-varita es importante en un duelo—afirmó Frank

Harry pensó en Ollivander, secuestrado y mantenido como rehén por Voldemort, y en Gregorowitch, que estaba muerto. ¿Cómo se supone que iba a encontrar una varita nueva?

Una preocupación mas se instalo en la mente de los lectores.

-Bueno -dijo, con una voz falsamente práctica-, entonces, simplemente te pediré prestada la tuya por ahora, mientras estoy de guardia.
Con la cara cubierta de lágrimas, Hermione le entregó su varita, y la dejó
sentada junto a su cama, deseando mas que nada alejarse de ella.
-Es el final—anunció Frank
-James—dijo Lily—todo lo que le ha pasado a har..
-No va a pasar—la interrumpió james

-No lo entiendes—dijo Lily y el la miró extrañado—solo el pudo haber descrito esa sensación, solo el pudo haber dado tantos detalles de lo que pasaba por la mente de voldemort, por lo que solo él pudo haber dado la descripción a quien escribió el libro, tal vez el pequeño que tenemos frente a nosotros no lo haya vivido, pero años en el futuro, nuestro hijo lo hizo, y tal vez fue el mismo quien envió el libro, si es que—su voz se cortó—si es…si sobrevivió a su encuentro final con Voldemort—dijo con dificultad

-Quieres decir que si no sobrevivió—dijo Remus con un nudo en la garganta—alguien, hermione, Ron o incluso Neville o alguno de la generación futura envió el libro—Lily asintió

-Quieren que cambiemos esto—dijo sirius—y lo vamos a hacer
-Nos estan dando la información necesaria, para evitar muchas muertes de nuestro bando, y asegurar la caída de voldemort—aseguró Alice
-Tuvo que ser Harry, o alguien muy cercano a el—opinó Frank.
-No importa quien fue—dijo el director—lo que importa es lo que vamos a hacer con ese conocimiento.
-Esta claro lo que vamos a hacer—dijeron todos y sirius continuo—tenemos pendiente la visita a la cueva ¿ya sabe donde esta?
-Sí—contestó el director
-Después de ponerle la trampa a Peter, iremos—dijo decidido y se volvió a sus amigos—y ustedes no leerán una palabra en mi ausencia.
Sus amigos asintieron, luego Alice les recordó la hora
-Creo debemos hacer una pausa para almorzar—dijo mirándolos a todos—Neville y Harry también necesitan comer algo
Entonces Alice y Lily, se pusieron en pie, y fueron a la cocina a preparar algo para los presentes, angustiadas aún, pero con un ligero rayo de esperanza.

4 comentarios:

  1. Puedo hurarte que lloré a mares con este capitulo...
    ¡Me encanta!
    Jajaja

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  2. Ay la muerte de los Potter siempre me hace llorar :'(

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  3. Ah la muerte de los Potter siempre es triste, mas leyendo la reacción de los Potter a su muerte.

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  4. Este capítulo siempre me da ganas de llorar. Me gusto como lo llevaste

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