domingo, 25 de septiembre de 2011

Capítulo 28. Un lugar donde esconderse.



[Seguían en la misma habitación en la que habían estado por las últimas 40 horas, y ya eran varios los cambios que habían notado.

Estaban sentados en silenció, una pelirroja sujetaba la mano de un chico con hermosos ojos verdes cuando escucharon un ruido en la habitación de abajo, todos de inmediato se pusieron en guardia, la pareja se puso en pie con varita en ristre, mientras una castaña hacía otro tanto, el otro joven, alto y de nariz ancha que parecía hermano de la pelirroja soltó el pastelillo que comía, mientras que otra mujer, rubia en este caso miraba la puerta con curiosidad, y su mejor amigo, sentado justo a su lado se apresuraba hacía la puerta, por la que sus amigos ya habían salido.

Una vez en el salón, notaron que un hombre miraba desconcertado a todos lados, y uno de los hombres, el que encabezaba la comitiva, lo apuntó con su varita.

-¿Quién eres?—su voz sonaba tensa, pero sus ojos brillaban con alegría.

-¿Harry?...¿Harry eres tú?—preguntó el hombre.

-Tal vez—contestó—identifícate

-Harry ¿qué está pasando?—se veía bastante confundido—estaba en el callejón Diagon y de repente aparecí aquí.

-Prueba que eres tú—lo retó aquel al que el hombre llamaba Harry.

-¿En serio?—preguntó el hombre más confundido aún, pero al ver las miradas de todos allí supo que era verdad—Soy sirius Orion Black, pero si se te ocurre llamarme Orion puedo olvidarme que soy tú padrino, soy animago no registrado, tomo la forma de un perro.

-Sirius!—gritó el chico lanzándose a sus brazos y llorando con fuerza.

-Harry!—se escandalizó el hombre—¿Estás bien? ¿Qué ocurre?

-Te extrañé mucho—contestó simplemente.

-Pero si nos vimos hace dos días—contestó sirius—sé que soy genial y el mejor padrino del mundo, pero no ha pasado tanto tiempo.

El hombre no tuvo ocasión de decir nada más porque de inmediato una melena castaña se le colgó al cuello, y una pelirroja se unió poco tiempo después.

-¿Piensan decirme que pasa?—preguntó el hombre sonriendo—Ginny, hermione ¿han estado bebiendo? , no puedo creer que se hayan tomado algo sin mí.

-Harry!—gritó el pelirrojo que no había abierto la boca, mientras la rubia y su compañero lo miraban con asombro.

-¿Qué ocurre Ron?—preguntó Harry limpiándose el rastro de lágrimas.

-Tu..tu cicatriz—dijo el otro.

-¿Qué pasa con mi cicatriz, Neville?—cuestionó dirigiéndose a un espejo.

-Creo que se está yendo—contestó la rubia.

-Tienes razón luna—dijo Harry levantándose el flequillo, el espejo mostró una extraña cicatriz en la frente, era como una L al revés.

-Funcionó!—gritó feliz—lo hizo, lo hicimos hermione!.

Sirius observaba curioso la escena.

-¿Qué funcionó?—preguntó

-Nada sirius, olvídalo—contestó abrazándolo.

-Vaya, parece que hoy me quieres más que de costumbre—dijo sirius abrazándolo también.

Hermione apartó un poco a Harry para susurrarle “aún faltan más personas, esperemos que tus padres también regresen” y la mirada esperanzada de Harry le dijo a hermione que si algo llegaba a salir mal destrozaría a su amigo.

Lo que ellos en Grinmauld place no sabían era que, varios kilómetros lejos de allí, un par de tumbas empezaba a desaparecer del cementerio de Godric Hallow.


Tan pronto lograron dejar de reír por lo dicho por sirius respecto al Dragón, james le paso el libro al director, besó a su esposa y miró a su hijo sonriendo y todos se prepararon para discutir lo que habían descubierto.

-Entonces tenemos el diario, el anillo, la serpiente, y ahora la copa de Hufflepuff en la bóveda de los Lestrange—dijo Remus

-No podemos estar tan seguros esto último—les comentó Dumbledore—debemos averiguar si Voldemort ya le ha confiado el horrocrux a Bellatrix o si por el contrario aún no lo ha hecho.

-¿y cómo sabremos eso?—cuestionó Lily
-He investigado un poco—dijo Dumbledore—antes de trasladarnos a esta casa estuve buscando información.

-¿Eso era lo que hacía cuando abandonaba la lectura?—preguntó Remus.

-Un poco de eso, un poco de otras cosas—contestó quitándole importancia.

-¿Y que ha descubierto?—inquirió Frank sentándose más erguido.

-El guardapelo de Slytherin perteneció a la madre de Voldemort al igual que el anillo—explicó.

-Si, algo habíamos leído—explicó Lily

-Desde que nos enteráramos sobre los Horrocruxes he estado buscando información sobre el pasado de Voldemort, su juventud y todo lo que podamos averiguar sobre el—les contó con voz pausada—como ya les había contado, y por supuesto como hemos leído, Tom Riddle es hijo de un muggle del mismo nombre y una bruja llamada Mérope Gaunt—los demás atendían como si se tratara de una clase—por lo que he podido investigar, el padre y hermano de Mérope la trataban de la peor manera, la pobre chica se enamoró de ese muggle y cuando su padre se enteró la atacó, había allí un miembro del ministerio de magia que evitó que la merope muriera, volvió  apresó a Sorvolo Gaunt quien murió en Azkaban—los allí presentes sabían algo del pasado de voldemort pero no con muchos detalles—Morfin, el hermano de Mérope también cayó en Azkaban y Merope aprovechó ese tiempo para huir con el muggle.

-¿Tom Riddle estaba enamorado de mérope?—preguntó Alice.

-Lo dudo mucho—contestó el director—estaba por casarse con una chica de su misma clase social, creo que mérope lo engaño, probablemente con una poción de amor—las miradas de todos eran de idéntica perplejidad—al poco tiempo quedó embarazada, Tom reaccionó, tal vez ella dejó de darle la poción ¿quién sabe?—se encogió de hombros—y la pobre merope vendió la única pertenencia de su familia para sobrevivir: el guardapelo  murió dando a luz a su hijo en un orfanato muggle—finalizó

-Pero ¿y el anillo?—cuestionó Ángela—nos dijo que mérope vendió el guardapelo, pero también nos dijo que el anillo perteneció a ellos.

-Era de Sorvolo—les explicó—Voldemort se hizo con el cuando descubrió su origen y fue a buscar a su familia, por otra parte el guardapelo quedó en manos de borgin y burkes y después cayó en Hepzibah Smith, quien también era dueña de la copa, la asesinó y quedó con esas dos reliquias, pero recordemos—empezó

-Que el asesinato de Hepzibah Smith ocurrió hace solo unos cuantos años—terminó Lily

-Exactamente—corroboró Dumbledore—y no sabemos si Voldemort ya confía lo suficiente en Bellatrix como para darle a guardar algo tan importante para el.

-Creo que sé como podemos averiguarlo—dijo james de repente.

-¿Cómo?—preguntaron todos.

-Peter!—contestó y los demás lo miraron con duda—piénsenlo—insistió cuando nadie más hablo—cuando sepa que descubrimos su farsa tendrá miedo, y más si logramos hacerle creer que lo entregaremos a Voldemort, que le diremos a todos que es un traidor—escupió la última palabra con rabia mientras los demás asentían dándole a entender que seguían el rumbo de sus pensamientos—le diremos que su única opción es ayudarnos, haremos que nos diga todo lo que sabe.

-y tal vez el haya visto o escuchado cuando voldemort le entrego algo a Bellatrix o a cualquiera de sus mortifagos—asintió Remus expresando lo que todos pensaban—aún cuando no tenga idea de porque es tan importante.

-Es una buena idea, vale la pena intentarlo—dijo Frank.

-y cuando acabemos con esto—dijo sirius con determinación—que se pudra en una celda de Azkaban.

James asintió al tiempo que Remus.

-Bien—decidió Lily—profesor Dumbledore, ¿le importaría leer el capitulo que viene?, no podemos hacer nada con Peter por ahora, debemos preparar todo cuidadosamente.

Dumbledore asintió y empezó a leer.


Capitulo 27

Un lugar donde esconderse.

Todos hicieron gestos de idéntica perplejidad preguntándose a que se refería el capitulo pero ninguno intervino y dejaron que el director siguiera leyendo.

No había forma de dirigirlo, el dragón no podía ver a donde iba, y Harry sabía que si giraba repentinamente o daba una vuelta en medio del vuelo encontrarían imposible sujetarse a su amplio lomo.


-Alucinante—murmuró sirius ignorando la mirada de furia que Lily le enviaba—es simplemente genial, yo también quiero montar en un dragón—y todos negaron con la cabeza.

Sin embargo, mientras subían mas y mas alto, Londres se desplegaba debajo como un mapa en gris y verde. El sentimiento que abrumaba a Harry era de gratitud por una fuga que había parecido imposible.

Desde luego todos opinaban los mismo, porque haber logrado robar algo de Gringotts y salir vivo para contarlo no era algo que se pudiese considerar sencillo.

Agachándose sobre el cuello de la bestia, se aferró con fuerza a las metálicas escamas, mientras la fresca brisa aliviaba su piel quemada y ampollada, las alas del dragón batían el aire como las velas de un molino de viento. A su espalda, ya fuera por deleite o miedo, no podría decirlo, Ron seguía gritando y Hermione parecía estar sollozando.

-Mujeres!—se burló sirius y como consecuencia tres golpes llegaron a distintas partes de su cuerpo cortesía de Lily, Ángela y Alice, mientras james y Remus se desternillaban de risa, Dumbledore los veía divertidos y Frank negaba con la cabeza.

Después de lo que parecieron cinco minutos, Harry perdió algo del instantáneo pavor a que el dragón fuera a tirarlos, ya que al parecer este no intentaba mas que alejarse tanto como fuera posible de su prisión en el subsuelo, pero la cuestión de cómo y cuando iban a desmontar continuaba resultando aterradora.

-Ya verás que todo sale bien—parecía que nadie minaría la emoción de sirius ante el hecho de que su ahijado hubiese escapado del banco montado en un dragón—a minicornamenta siempre le salen las cosas.

No tenía idea de cuándo tiempo podían volar los dragones sin tomar tierra, ni de cómo este dragón en particular, que apenas podía ver, podría localizar un buen lugar para aterrizar. Miraba alrededor constantemente, imaginándose que podía sentir su cicatriz hormigueando…

-Por Merlín!—gritó Lily

-¿Qué pasa, cielo?—preguntó james preocupado

-Se va a enterar—explicó y todos comprendieron—voldemort va a saber que Harry conoce la existencia de los Horrocruxes.

-A lo mejor los duendes no se lo dicen—dijo sirius con esperanza—son unos cobardes, tendrán miedo de las represalias.

-Sirius piénsalo un poco—dijo Alice exasperada—como tu no te has cansado de recordarnos, los chicos escaparon en un dragón—sirius asintió pasando saliva—un dragón!—repitió Alice—¿De verdad crees que voldemort no se va a enterar de eso?

-Tienes razón—dijo finalmente—pero ya verás que todo sale bien, como ya dije, minicornamenta lo logrará, encontrara la forma de salir bien de todo, con hermione y Ron a su lado.

¿Cuánto tiempo pasaría antes de que Voldemort se enterara de que habían irrumpido en la bóveda de los Lestrange? ¿Cuánto tardarían los duendes de Gringotts en notificárselo a Bellatrix? ¿Con cuánta rapidez descubrirían qué era lo que se habían llevado? Entonces, cuándo descubrieran que la copa dorada no estaba… Voldemort sabría, finalmente, que estaban buscando los Horrocruxes…

-Igual de inteligente que su madre—dijo james besando a Lily con cariño, ella le correspondió el beso sonrojada.

-Ey! Par de tortolos—interrumpió sirius—dejen sus cochinadas para después, interrumpen la lectura.

-Cállate—dijo Ángela antes de besarlo también a el logrando las risas en Remus, Alice y Frank y una sonrisa alegre en los labios y ojos del director.

El dragón parecía tener ganas de aire más fresco y limpio, subió sin parar hasta que estuvieron volando entre volutas de nubes frías, y Harry no pudo seguir observando los puntos de colores, que eran coches que fluían hacia dentro y hacia fuera de la capital. Siguieron volando sobre la campiña dividida en parches verdes y marrones, sobre caminos y ríos que serpenteaban a través del paisaje como haces de cintas satinadas.
—¿Qué crees que está buscando? –chilló Ron mientras seguían volando mas y mas hacia el norte.

Todos se preguntaban que seguiría ahora, tenían otro horrocrux, pero no disponían de medios para conseguirlo, sin contar con que les faltaba otro que no tenían ni la menor idea de que era o donde estaba, y a Lily le preocupaba que el libro estaba cerca del final y desde su punto de vista faltaban muchas cosas por conseguir y mucho camino por recorrer, le aterraba pensar que era precisamente por eso que el libro estaba allí, le daba pánico pensar que la razón de la llegada del libro era que a su hijo se le había acabado el camino y Ron y Hermione no habían podido completar la misión.

—Ni idea –gritó Harry en respuesta. Sus manos estaban entumecidas por el frió pero no hizo ningún intento por soltar su asidero. Llevaba un rato preguntándose que harían si veían la costa aparecer bajo de ellos, si el dragón se dirigiera hacia mar abierto. Estaba congelado y entumecido, eso sin mencionar que estaba desesperadamente hambriento y sediento. ¿Cuándo, se preguntaba, había disfrutado la bestia de su última comida? Seguramente necesitaría alimento pronto ¿Y si, en ese momento, se diera cuenta de que llevaba a tres humanos perfectamente comestibles sentados en el lomo?

-Pero que pesimista nos salió minicornamenta—se burló sirius.

-Sirius—Lily habló con voz peligrosamente baja—te lo advierto, no te burles de mi hijo o si no…-y dejó la frase sin concluir lo que hizo que sirius la mirara nervioso y tragara saliva ocasionando las risas de los demás.

El sol se deslizó mas abajo en el cielo, que estaba volviéndose de color índigo, y el dragón siguió volando, ciudades y pueblos desaparecían de vista bajo de ellos, su enorme sombra se deslizaba sobre la tierra como si fuera una gran nube oscura. Cada parte de Harry se resentía por el esfuerzo que suponía sostenerse sobre el lomo del dragón.

Lily se lamentó en voz baja por la suerte de su hijo.

—¿Es mi imaginación, —gritó Ron después de un considerable rato de silencio—, o estamos perdiendo altura?

-Ya era hora—dijo Remus— no podrán sostenerse por mucho más tiempo.

Harry miro hacia abajo y vio montañas verde profundo y lagos cobrizos por el atardecer. El paisaje parecía hacerse mas grande y detallado mientras miraba por encima del costado del dragón, y se preguntaba si éste habría adivinado la presencia de agua fresca por los destellos de la luz del sol reflejándose en ella. El dragón voló mas y mas bajo, en grandes círculos en espiral, sobre lo que al parecer era uno de los lagos mas pequeños.
—¡Yo digo que saltemos cuando baje lo suficiente! –gritó Harry a los otros—. ¡Directos al agua antes de que se dé cuenta de que estamos aquí!

-Bien pensando, hijo—alabó james—y cuéntale a todos lo que escapaste de Gringotts montado en un dragón—terminó riendo.

-Arrogante—dijeron Lily, Alice y Ángela al tiempo pero sonriendo.

-Pero así me quieren—dijo también sonriendo.

Estuvieron de acuerdo, Hermione un poco débilmente, y Harry podía divisar ahora el amplio vientre amarillo del dragón ondeando en la superficie del agua.
—¡AHORA!
Se deslizo por el costado del dragón y cayó en picado con los pies por delante en la superficie del lago, la caída fue más fuerte de lo que había estimado y golpeó el agua con fuerza, hundiéndose como una piedra en un mundo helado, verde y lleno de juncos. Pataleó hacia la superficie y emergió, resoplando. Vio enormes ondas emanando en círculos desde los lugares donde Ron y Hermione habían caído. El dragón no parecía haber notado nada. Estaba ya cincuenta pies mas allá, descendiendo en picado sobre el lago para tomar agua por su terrorífico morro.

-Brillante—sirius no se cansaba de recordar la futura hazaña de su ahijado.

 Mientras Ron y Hermione emergían del fondo del lago jadeando y escupiendo, el dragón remontó el vuelo, batiendo sus alas con fuerza, y aterrizó finalmente en un montículo distante.
Harry, Ron y Hermione se dirigieron hacia la orilla opuesta. El lago no parecía profundo. Pronto fue mas una cuestión de buscar la salida a través de juncos y fango, que de nadar, y finalmente se desplomaron, empapados, resoplando, y exhaustos sobre la hierba resbaladiza.

Lily suspiró aliviada, pensando que seguramente su hijo tendría un momento de tranquilidad después de todo lo que habían pasado ese día.

Hermione se derrumbó, tosiendo y estremeciéndose. Aunque Harry podría haberse echado felizmente a dormir, se puso en pie tambaleante, saco su varita, y empezó a recitar los hechizos de protección habituales alrededor de los tres.

-Es muy inteligente—felicitó Remus.

-Es mi hijo ¿Qué esperabas?—dijo james arrogantemente ganándose un golpe de Lily.

-¿Qué?—preguntó sobándose la parte donde había recibido el golpe.

-Que también es mi hijo—le contestó Lily—no lo olvides.

Y todos rieron por la respuesta de Lily, pero más por la cara de james cuando su esposa se lo dijo.

Cuando hubo terminado, se unió a los demás. Era la primera vez que podía verlos bien desde que habían escapado de la bóveda. Ambos tenían feas quemaduras rojizas por todo el rostro y los brazos, y su ropa colgaba hecha tirones. Hacían muecas de dolor mientras se aplicaban suavemente esencia de díctamo en sus
muchas heridas.

-Definitivamente sin hermione esa misión no llegaría a ningún lado—comentó Alice.

-Es cierto—la apoyó Remus—Harry es inteligente, intuitivo pero actúa más por impulsos, Ron es leal y seguirá a Harry siempre, pero hermione se prepara, sin ella no tendrían díctamo, ni tienda, no habrían logrado sobrevivir por tanto tiempo.

Hermione le pasó a Harry el frasco, después sacó tres botellas de zumo de calabaza, que había traído de Shell Cottage; y túnicas secas y limpias para los tres. Se cambiaron y después engulleron el zumo.

-Lo dicho—comentó Remus—hermione es brillante.

—Bien, mirándolo por el lado bueno, —dijo Ron finalmente, sentado y
examinando como la piel de las manos le volvía a crecer—, conseguimos el Horrocrux. Por el malo…
—…no tenemos la espada —dijo Harry apretando los dientes, mientras dejaba caer díctamo a través de un agujero chamuscado en sus vaqueros hasta la fea quemadura de debajo.

Lily hizo una mueca de dolor al imaginarse el estado de su hijo, y de nuevo se tranquilizó mirando al niño que se encontraba por allí con Neville.

—No tenemos la espada —repitió Ron—. Esa pequeña rata traicionera…
-Bien dicho Ron—lo felicitó sirius asintiendo enérgicamente—ese duende es una rata traidora—y luego con rabia terminó—pero no es la única rata traidora de la que tenemos conocimiento.

-Relájate canuto—pidió james—ya verás que cada quien recibirá su merecido.

Harry sacó el Horrocrux del bolsillo de la chaqueta empapada que acababa de quitarse y se sentó en la hierba frente a ellos. Destellaba bajo el sol, y atrajo sus miradas mientras bebían a tragos sus botellas de zumo.
—Al menos este no podemos llevarlo puesta, quedaría un poco raro colgando alrededor de nuestros cuellos, —dijo Ron, limpiándose la boca con el dorso de la mano.

-Estoy seguro de que Ron es pariente tuyo, sirius—dijo un Frank muy divertido.

-Pues en realidad si—contestó el otro—somos parientes, aunque yo soy más genial!—terminó haciéndolos reír a todos

Hermione miró hacia el otro lado del lago, al distante montículo donde el dragón seguía bebiendo.
—¿Qué creen que pasara con él? —preguntó—. ¿Estará bien?

-Ya parece Hagrid—dijo sirius burlándose—por supuesto que estará bien, por si no lo había notado es un dragón!


—Pareces Hagrid, —dijo Ron—, es un dragón, Hermione, puede cuidar de sí mismo. Es por nosotros por quien debemos preocuparnos..

-En serio—dijo Alice—¿estás seguro de que Ron no es tu hijo perdido?

-Más le vale que no—lo amenazó Ángela y todos rieron

—¿Qué quieres decir?
—Bueno no sé como explicártelo —dijo Ron—, pero creo que tal vez hayan notado que irrumpimos en Gringotts.
Los tres estallaron en carcajadas, y una vez empezaron, fue difícil parar.
-Este chico es genial—decía sirius entre risas.

A Harry le dolían las costillas, se sentía débil por el hambre, pero se recostó sobre la hierba bajo el cielo rojizo y rió hasta tener la garganta en carne viva.
—¿Qué vamos a hacer al respecto? —dijo Hermione finalmente, hipando y retomando la seriedad. —Él lo sabrá, ¿no? Quien-ustedes-saben no tendrá duda de que sabemos lo de sus Horrocruxes.

-Exactamente—dijo Lily con seriedad—estarán en más peligro que nunca.


—¡Tal vez tendrán demasiado miedo como para decírselo! —dijo Ron
esperanzado—, tal vez lo encubran…

Todos miraron a sirius pero no dijeron nada, sin embargo fue evidente que cada vez el parecido entre ron y Sirius se hacía más notorio y eso le causaba gracia a todos.

El cielo, el olor del agua del lago, el sonido de la voz de Ron se extinguieron. Un dolor atravesó la cabeza de Harry como el golpe de una espada. Estaba de pie en una habitación débilmente iluminada, y un semicírculo de magos estaba de cara a él, y en el suelo a sus pies estaba arrodillada una pequeña y temblorosa figura.
—¿Qué acabas de decirme? —Su voz era fría y fuerte, pero furia y temor ardían dentro de él. Lo único que había temido… pero no podía ser cierto, no podía entender cómo…

-Resulta que el cara serpiente si tiene miedo—se burló sirius intentando como siempre cortar la tensión.

El duende estaba temblando, incapaz de mantener la mirada de los ojos rojos que estaban por encima de los suyos.
—¡Repítelo! —murmuró Voldemort—. ¡Repítelo de nuevo!
—¡M… mi Señor, —tartamudeó el duende, sus ojos negros muy abiertos de terror— , m… mi Señor… t… tratamos de de… detenerlos. Im… impostores, mi Señor irrumpieron… irrumpieron dentro de la… dentro de la bóveda de los Lestrage…

-Le dicen “mi señor”—espetó james con furia—malditos duendes cobardes, asquerosos rastreros, maldit…

-james, creo que quedó claro tu punto—le interrumpió Lily acariciando su brazo—tranquilízate—y besó tiernamente su mejilla consiguiendo que su esposo se  calmara.

—¿Impostores? ¿Qué impostores? ¿Creía que Gringotts tenía formas de descubrir a los impostores? ¿Quiénes eran?
—Eran… eran… el ch… chico P… Potter y sus d… dos cómplices…

-Que bueno que los Weasley están protegidos por el fidelio—dijo Lily con alivio—de lo contrario voldemort iría por ellos de inmediato.

—¿Y que se llevaron? —dijo, su voz se elevó, un terrible temor le inundó—, ¡Dime! ¿Qué se llevaron?
—U… una p… pequeña c… copa dorada m… mi Señor…
Gritó de furia, de negación, le sonó como si hubiera surgido de un extraño. Estaba enloquecido, frenético. No podía ser cierto, era imposible, nadie se había enterado. ¿Cómo era posible que el chico hubiera descubierto su secreto?

-Porque mi hijo es mejor que tu—dijo james como si sus palabras fueran a llegar a la mente de voldemort a responder su pregunta.

La Varita de Sauco cruzó rotundamente el aire y luz verde estalló por toda la habitación, el arrodillado duende cayó de lado, muerto.

-Digan lo que quieran—habló sirius—pero la verdad no lo lamento, esos cobardes están de su lado.

-Solo tienen miedo—apuntó Lily.

-No pelirroja—la contradijo sirius—esos duendes asquerosos no necesitan una excusa para ser crueles.

Y Lily, sabiendo que sirius estaba en lo cierto, no tuvo más remedio que asentir, Dumbledore se mantenía al margen de la conversación, pues mientras leía seguía elaborando teorías en su mente.

Los magos que observaban se dispersaron detrás de el, aterrorizados. Bellatrix y Lucius Malfoy adelantaron al resto en su carrera hacia la puerta, y una y otra vez la varita caía y aquellos que quedaban atrás fueron asesinados, todos ellos, por llevarle la noticia, por oir hablar de la copa dorada…

-Lástima—dijo sirius—habría sido bueno que Bellatrix cayera por mano de su propio amo—y todos asintieron de acuerdo con el.

Solo, en medio de la muerte que había dispensado a diestro y siniestro, pasaron ante sus ojos sus tesoros, sus salvaguardas, sus anclas a la inmortalidad, el diario había sido destruido y la copa robada. ¿Y si… y si el chico sabía lo de los demás? ¿Podría saberlo, habría hecho ya algo al respecto, habría encontrado mas? ¿Había sido Dumbledore el origen de esto?

-Por supuesto—dijo Frank—Dumbledore siempre será el origen de la falla en tus planes.

-Es el mejor mago del mundo, el más poderoso—continuó Remus.

-Por eso siempre le has tenido miedo—aseguró james—sabes que Dumbledore es capaz de vencerte.

-Gracias—musitó Dumbledore sonrojado.

 Dumbledore, que siembre había sospechado de él; Dumbledore, muerto a sus órdenes; Dumbledore, cuya varita era suya ahora, que se alzaba mas allá de la ignominia de la muerte a través del chico, aquel maldito chico…

-Maldito tú—rugió Lily con furia—no te metas con mi hijo.

Pero seguramente si el chico hubiera destruido cualquiera de sus Horrocruxes, él, Lord Voldemort, lo hubiera sabido, ¿lo hubiera sentido? Él, el mago mas grandioso de todos, él, el mas poderoso, él, el asesino de Dumbledore y de muchos otros de menor valía, hombres sin nombre. ¿Cómo podría Lord Voldemort no haber sabido, que él, su ser, lo mas importante y preciado, había sido atacado, mutilado? Cierto, no había lo sentido cuando el diario había sido destruido, pero había creído que eso se debía a que no tenía un cuerpo con que sentir, al ser menos que un fantasma… No, seguramente el resto estaba a salvo… Los otros Horrocruxes tenían que estar intactos…

-Me Alegra saber que está asustado—comentó sirius con una sonrisa.


Pero tenía que saber, tenía que estar seguro… Se paseó por la habitación, apartando de una patada el cadáver del duende al pasar, y las imágenes se desdibujaron y ardieron en su cerebro en ebullición: el lago, la casa y Hogwarts…

-Lo sabia!—dijeron todos al tiempo.

-Lord Voldemort siempre ha tenido gran cariño a Hogwarts—dijo Dumbledore asintiendo—fue el primer lugar donde se sintió importante, donde se impuso, el primer sitio donde tuvo el control.

Una pizca de calma enfrió su furia ahora. ¿Cómo podría el chico averiguar que había ocultado el anillo en la casa de los Gaunt? Nadie supo nunca que estuviera relacionado con los Gaunt, había ocultado la conexión, los asesinatos nunca habían sido rastreados hasta él. El anillo, seguramente, estaba a salvo.

-Exactamente, esta a salvo—comentó Alice—porque Dumbledore lo destruyó, así que nos salvó a todos.

¿Y cómo podría el chico, o cualquiera, averiguar lo de la cueva o penetrar su protección? La idea del medallón siendo robado era absurda…

-Pues fue robado hace mucho—dijo sirius con orgullo—mi hermano lo descubrió y logró conseguirlo, te traicionaron desde adentro.

En cuanto al colegio, solo él sabía en donde había guardado el Horrocrux de Hogwarts, porque solo él había penetrado los secretos mas profundos de ese lugar…

-Idiota—dijeron los merodeadores.

Y todavía quedaba Nagini, quien ahora debía permanecer cerca, sin ser enviada a cumplir mas órdenes, bajo su protección…

-Bueno, eso complica todo—se lamentó Ángela.

-Y seguimos sin saber cual es el otro horrocrux—comentó Remus.

-Lo averiguaremos, no te preocupes—lo tranquilizó Lily

-y entonces por fin podremos vencerlo—terminó james.

Pero para estar seguro, completamente seguro, debía regresar a cada uno de sus escondites, debía redoblar la protección alrededor de cada uno de sus Horrocruxes… Un trabajo, como la búsqueda de la Varita de Sauco, que debía realizar en solitario…
¿Cuál debía visitar primero, cual estaba en mayor peligro? Una vieja inquietud osciló dentro de él. Dumbledore había conocido su segundo nombre… Dumbledore pudo haber hecho la conexión con los Gaunt… La casa abandonada era, tal vez, el menos seguro de sus escondites, era allí a donde debía ir primero…

-Bien, ahora sabemos a ciencia cierta donde buscar el anillo—concluyó Frank.

El lago, seguramente imposible… pensar que existiera la mas leve posibilidad de que Dumbledore hubiera conocido alguna de sus pasadas fechorías, durante su época en el orfanato.

-No fue tan discreto como pensaba—comentó Frank.

-Para nada, la directora del orfanato tenía una buena idea de lo que pasaba con Tom—les contó el director—a pesar de que no lo sabía con exactitud.

Y Hogwarts… pero sabía que el Horrocrux estaba seguro. Sería imposible para Potter entrar a Hogsmeade sin ser detectado, ni que decir tiene al colegio. Sin embargo, sería prudente alertar a Snape del hecho de que el chico podría intentar volver a entrar al castillo…

La mayoría bufó ante la mención de Snape, Lily por su parte estaba dividida entre la furia, la tristeza y la decepción.

 Contar a Snape por qué el chico podría desear volver sería absurdo, por supuesto. Había sido una grave equivocación confiar en Bellatrix y Malfoy. ¿No habían probado con su estupidez y descuido cuan imprudente era siempre confiar?

James pensó en Peter Pettegrew, y lo que ese hombre les habría hecho en el futuro, de hecho, lo que estaba seguro les había hecho en ese mismo momento, tan pronto lo nombraron guardián del encantamiento fidelio, pero también observó a Remus y sirius, sus amigos incondicionales, esos que morirían antes de traicionarlo, definitivamente Voldemort estaba equivocado, pues el problema no era confiar, sino la gente en la que se confía, y james estaba seguro de que podía confiar en todos en esa habitación, especialmente en sirius y Remus.

Visitaría primero la casa de los Gaunt entonces, y llevaría Nagini con él. No volvería a separarse de la serpiente… avanzó a zancadas por la habitación, a través del vestíbulo, y afuera hacia el oscuro jardín donde estaba la fuente en funcionamiento.

La tensión crecía conforme Dumbledore leía, sabían que el enfrentamiento de Harry con voldemort estaba cada vez más cerca, y quien saliera vencedor era algo que los preocupaba en sobremanera.

Convocó a la serpiente en lengua parsel y esta se deslizó para reunirse con él, como una larga sombra…

Los ojos de Harry se abrieron mientras se empujaba a sí mismo de vuelta al presente. Estaba acostado en el montículo del lago bajo el sol, y Ron y Hermione le miraban. A juzgar por sus miradas preocupadas, y por el punzar continuo de su cicatriz, su súbita excursión dentro de la mente de Voldemort no había pasado inadvertida. Empezó a ponerse en pie penosamente, temblando, vagamente sorprendido de que siguiera estando mojado, y vio la copa que yacía inocentemente tras él en la hierba, y el lago, azul profundo bañado en dorado por los rayos del sol.

-Hora de ponerse en movimiento—anunció james preocupado.

-Según lo que leímos—expresó Lily aterrada—Harry no puede entrar en Hogsmeade sin ser detectado.

-Y si es como sabemos que es—comentó Remus igual de preocupado—eso no le importará y de todas formas intentará entrar en el colegio.

—Lo sabe. —Su propia voz sonaba extraña y débil después de los fuertes gritos de Voldemort—. Lo sabe y va a comprobar donde estan los otros, y el ultimo, —ya estaba sobre sus pies—, esta en Hogwarts. Lo sabía. Lo sabía.

-Todos lo sabíamos—dijo Remus

—¿Qué?
Ron le miraba fijamente; Hermione se incorporó, con aspecto preocupado.
—¿Pero que viste? ¿Cómo lo sabes?
—Lo vi enterándose de lo de la copa, yo… yo estaba en su cabeza, él esta —Harry recordó los asesinatos—, seriamente enfadado, y asustado también, no puede entender como lo averiguamos, y ahora va a ir a comprobar que los demás están a salvo, el anillo primero. Cree que el que esta en Hogwarts es el que esta mas seguro, porque Snape esta allí, porque será muy difícil entrar sin ser vistos. Creo que comprobará éste el último, pero podría estar allí en cuestión de horas…

-Espero que los estudiantes estén a salvo—dijo Alice preocupada y por la forma en que Dumbledore la miró, supo que el director deseaba exactamente lo mismo.

-Minerva los protegerá—dijo Dumbledore asintiendo—ella se encargará de ponerlos a salvo.

—¿Viste en que lugar de Hogwarts esta? —preguntó Ron, luchando por ponerse también sobre sus pies.
—No, estaba concentrado en advertir a Snape, no pensaba en dónde esta exactamente…
—¡Esperen, esperen! —gritó Hermione mientras Ron levantaba el Horrocrux y Harry sacaba la Capa de Invisibilidad de nuevo—. No podemos ir sin mas, no tenemos un plan, tenemos que…

-No tienen tiempo para un plan—refutó sirius—tienen que actuar ya.

-No pueden irse a la desesperada—contradijo Lily—necesitan un plan.

-No tienen tiempo de elaborar un plan, pelirroja—insistió sirius tercamente—si lo hacen voldemort les tomará ventaja.

-Yo..lo se….pe…pero—Lily suspiró—tengo miedo—confesó y sirius se sintió culpable, james abrazó a su esposa.

-No te preocupes, cielo—Lily lo miró con duda—ya verás como sale bien, nuestro hijo será un héroe, ya vas a ver.

-Es cierto, Lily—estuvo de acuerdo sirius—y si no, pues recuerda que podemos cambiarlo, minicornamenta va a estar bien, te lo juro.

Lily asintió y Dumbledore reemprendió la lectura.

—Tenemos que ponernos en marcha, —dijo Harry firmemente. Había esperado poder dormir, lograr meterse en la nueva tienda, pero eso era ahora imposible—. ¿Puedes imaginarte lo que va a hacer una vez se de cuenta de que el anillo y el medallón han desaparecido? ¿Y si mueve el Horrocrux de Hogwarts, si decide que no esta lo suficientemente a salvo?
—¿Pero como vamos a entrar?
—Iremos a Hogsmeade, —dijo Harry—, e intentaremos idear algo una vez veamos cómo es la protección alrededor del colegio. Métete debajo de la Capa, Hermione, quiero que vayamos juntos esta vez.
—Pero no nos cubre bien…
—Estará oscuro, nadie notara nuestros pies.

-Espero que no le ocurra nada a Ron ni Hermione—dijo Alice preocupada—Harry no soportaría perderlos.

El aleteo de unas alas enormes hizo eco a través del agua oscura. El dragón había bebido suficiente y había alzado el vuelo. Se detuvieron brevemente en sus preparaciones para verlo subir mas y mas arriba, ahora oscuro contra el cielo que se oscurecía rápidamente, hasta que desapareció sobre una montaña cercana.
Entonces Hermione avanzó y ocupó su lugar entre los dos chicos. Harry estiró hacia abajo la Capa tanto como pudo, y juntos dieron vuelta sobre el terreno hacia la abrumadora oscuridad.

-Es el fin—anunció Dumbledore

-y bien ¿Qué esperamos?—preguntó Lily—leamos el siguiente capitulo.

-Director, si no le importa—ofreció Frank—puedo leer el siguiente capitulo.

-Por supuesto—contestó el director y le entregó el libro al auror, todos se dispusieron para escuchar el capitulo que seguía, con avidez por averiguar lo que ocurriría a continuación.

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