domingo, 25 de septiembre de 2011

Capitulo 30. La Diadema Perdida



-¿Que esperamos?—preguntó sirius  mirando al director—vamos ya.

-Tengan cuidado—fue todo lo que dijo el director consciente de que nada de lo que dijera haría que los jóvenes se quedaran allí—apareceremos en los límites de Hogsmeade, encantamientos protectores tan pronto lo hagan.

-Pero ¿y los niños?—preguntaron Lily, Ángela y Alice al tiempo

-Los cuidan ustedes—contestaron Remus, james, sirius y Frank perfectamente sincronizados.

-De ninguna manera—dijeron ofendidas—vamos con ustedes.

-Lils—dijo james con premura—tienes que cuidar a Harry, te necesita!

-Pero—empezó Lily

-Pero nada, cielo—la corto james con ternura pero de forma firme—cuídalo, volveré pronto—se volvió hacia los otros, el director ya se había marchado

-Ángela, acompaña a Lily y Alice, estarán más seguras—indicó sirius.

-Para nada.—contradijo tranquilamente y sirius bufó exasperado—esta casa está bajo el fidelio, nadie puede entrar a menos que tu les digas la dirección, Lily y Alice estarán bien al igual que los niños.

Alice no dijo nada, sabía que debían quedarse con los pequeños.

-Maldición, eres imposible—dijo sirius con frustración.

-Déjala canuto—indicio james apremiándolo—digas lo que digas ira, y es mejor que lo haga con nosotros a que se marche sola, vámonos ya, nos necesitan.

Con una corta y casi insignificante despedida, Frank, Ángela, james, Remus y sirius salieron por donde el director se había marchado. Lily y Alice se miraron con idénticas muestras de preocupación, sostuvieron sus varitas y se dejaron caer en absoluto silencio en los sillones que habían estado ocupando.

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Mientras tanto, sirius, Ángela, james, Remus y Frank aparecieron en donde Dumbledore le indicó, cada uno convocando un escudo protector que fue innecesario, pues el ruido de la batalla les indicaba que era en otra dirección la pelea.

-Quédate conmigo—indicó sirius a Ángela antes de que todos iniciaran una veloz carrera hacia la zona comercial del pueblo, una vez allí no hubo tiempo para nada más.

-¡Desmaius!—Gritó Frank y uno de los mortifagos que estaba atacando a un miembro de la orden cayó sorprendido, eso le salvo al vida al mago que estaba luchando previamente pero también delató la llegada de todos.

James y Remus corrieron en una dirección después de haber intercambiado una mirada con sirius, Frank se aseguró de que el mago que había ayudado recuperará su varita antes de inmiscuirse en la pelea y sirius y Ángela luchaban espalda con espalda esquivando hechizos y atacando a quien se les pusiera a tiro.

Rayos de todos los colores iban en todas las direcciones, los mortifagos intentaban con todas sus ganas asesinar a quienes pudieran, mientras los de la orden se defendían eficazmente e intentaban capturar a quienes pudieran, pero fue cuando james visualizó a Peter que perdió toda la precaución y también se vio afectada su concentración, su ex-amigo luchaba con algún encapuchado, pero tanto james como Remus, que sabían la verdadera naturaleza de Pettegrew, podían ver como los hechizos del mortifago estaban lanzados para pasar a escasos centímetros del traidor, mientras que Peter lanzaba hechizos aturdidores que eran fácilmente bloqueados por el encapuchado.

-¡Aveda Kedavra!—atacó uno a james y Remus tuvo que empujarlo fuera del camino para salvarle la vida.

-¡Expulso!!Jinx!¡Desmaius!¡Protejo!—lanzaban sirius y Ángela sin parar, siempre girando y siempre juntos.

Rayos verdes pasaban rozando a los miembros de la orden, Alastor Moody luchaba contra dos mortifagos, Frank se había deshecho de dos encapuchados y los tenia atados y aturdidos.

-Retirada!—gritó uno de los mortifagos-¡Mosmorde!

Los encapuchados empezaron a desaparecer, algunos se llevaron consigo compañeros caídos otros simplemente se fueron, pero cuando todo parecía controlado, aquel que había estado luchando contra Peter, se volvió hacía james y lanzó la maldición y luego despareció.

Stunning!—gritó el hombre, Peter ni siquiera se movió, sirius y Ángela gritaron su nombre, otros miembros de la orden gimieron pero antes de que alguien más hiciera algo, Remus se interpuso entre la maldición y su amigo, y cayó al piso manando sangre de distintas partes de su cuerpo, james se arrodilló de inmediato junto a su amigo, otros tantos corrieron hacia ellos, pero sirius, con un grito de furia corrió hacia Peter quien se encogió de miedo al ver ese odio en la mirada gris, sin ceremonias, sirius lo tomó y desapareció con él, nadie noto esto pues estaban demasiado ocupados atendiendo a Remus, tan solo Ángela, quien vio angustiada como sirius desaparecía con Pettegrew.

-Ang!, angie!—gritaba james horrorizado—ayúdame.—Ángela se acercó corriendo.

-Tenemos que llevarlo a San mungo—indicó la joven luego de examinarlo, había estudiado para ser sanadora, pero nunca se graduó, pues se unió a la orden antes de hacerlo, por lo tanto había heridas que no podía atender y menos sin los medios y las pociones adecuadas—no hay nada que yo pueda hacer

-Vamos james—dijo el director—yo lo haré.

-No!—lagrimas resbalaban por las mejillas del animago—yo lo hago.

De inmediato el hombre, con la ropa manchada de sangre giró sobre si mismo abandonando Hogsmeade.

-Vayan a casa—indicó Dumbledore a los que quedaban—atiendan sus heridas y recuperen energía, les avisaré cuando será la próxima reunión. Alastor ya sabes que hacer.

Moody ordenó a un par de los presentes y entre el y sus dos ayudantes se llevaron a los pocos mortifagos que pudieron atrapar, por suerte, ninguno de los miembros de la orden ni de los Aurores que ayudaron tenían heridas de gravedad.

Cuando solo quedaron Frank, Ángela y el director, Albus se volvió hacia la chica.

-¿Dónde esta sirius?—pregunto con voz calmada.

-No..yo…no lo sé—dijo con miedo—tomó a Pettegrew y desapareció, los dos vimos como el mortifago atacaba a james, y Peter no hizo nada, sirius estaba furioso.

-Es imperativo que lo encontremos—dijo el director—antes de que cometa alguna imprudencia.

-Yo lo buscaré—dijo Frank—Ángela ve y diles a Lily y Alice lo que ocurrió, luego pasa por san mungo.

-Pero no sabes dónde buscar a sirius—dijo angustiada—además, ¿no era ese el plan? ¿atrapar a Peter y preguntarle lo que supiera?

-¿Crees que sirius no le hará nada a Pettegrew?—preguntó Frank sarcásticamente.

-Creo que no—decidió Ángela—sirius sabe que lo necesitamos para acabar con voldemort.

-Bien—decidió Dumbledore, luego elevo su varita y la marca tenebrosa empezó a desaparecer—creo que el primer lugar al que irá sirius cuando terminé lo que sea que…

Pero Dumbledore no terminó de hablar cuando sirius apareció frente a ellos, su mirada seguía impregnada de un odio profundo, y a ninguno le sorprendió su primera pregunta.

-¿A dónde lo llevaron? ¿San Mungo o lo atiende Pomfrey en el colegio?.

-Sirius ¿Qué hiciste con Peter?—preguntó Dumbledore antes de contestarle.

-Esa rata asquerosa está viva, si es lo que quiere saber—contestó con voz cruda—en Grinmauld place, atado, aturdido y con órdenes a kreacher de encargarse de él en caso de que intente alguna tontería si despierta antes de que yo regrese por él, también de mantenerlo vivo, ahora si no le importa quiero saber a dónde llevaron a mi amigo.

-San Mungo, cielo—le dijo Ángela—ve, Remus te necesita, y james también, Frank y yo iremos a decirle a Lily y Alice lo que ocurrió, deben estar muertas de miedo.

Sirius asintió y se desapareció, Dumbledore les indició que también iría a san Mungo y luego Ángela y Frank, tras una seca cabezada, desaparecieron hacia el número 18 de Valle de Godric.

-¿Qué ocurre? ¿Dónde esta james?—inquirió Lily al ver llegar a Ángela con manchas de sangre en su ropa y a Frank sucio y sudoroso—¿Dónde están sirius y Remus?.

-Lils—dijo Ángela mientras Alice abrazaba fuertemente a su esposo—algo paso.

-¿Qué quieres decir?—parecía histérica—¿están todos bien?, ang, por favor habla!.

-Un mortifago atacó a james por la espalda—Lily y Alice ahogaron un grito—pero Remus se interpuso entre la maldición y james—ahora ambas habían palidecido—esta en San Mungo, fue grave.

-No…no—sollozo Lily—tengo que ir, james ha de estar devastado, y sirius, no puedo siquiera imaginarlo.

-Eso no es todo—indicó Frank luego de una pequeña vacilación—fue culpa de Pettegrew—Lily ya Alice lo miraron exigiendo con sus ojos una explicación.

-Esa rata asquerosa simulaba luchar con uno de los mortifagos—lo relevo Ángela—cuando atacó a james, Peter no hizo absolutamente nada—dijo con rabia—y luego dejó que el maldito mortifago desapareciera.

-Sirius se dio cuenta—explicó esta vez Frank—y se lo llevo, lo tiene atado e inconsciente en Grinmauld place, estaba verdaderamente furioso.

-Con razón—dijo Lily también con furia—james, Remus y sirius son inseparables, si te metes con uno de ellos lo haces con todos ¿ang, puedes cuidar de Harry mientras voy a san mungo?.

-No creo que sea buena idea, Lils—le dijo Ángela apenada—ya es mucho que james este afuera, recuerda que voldemort los busca, no te expongas innecesariamente, estoy segura de que en cuanto haya noticias de Remus nos avisaran.

-No puedo quedarme aquí—contradijo Lily—Remus es mi amigo, además de que le salvó la vida a mi esposo, no podría vivir conmigo misma si algo le ocurre y yo no estoy allí.

-No puedes ayudar—dijo esta vez Alice—Ángela tiene razón, Harry te necesita—la pelirroja miro a su hijo, que la observaba también a ella—sirius y james se cuidaran uno al otro, y Remus es fuerte, confiemos en los medimagos, tengamos fé.

Lily se desplomó en una silla, sabiendo que sus amigas tenían razón, , lagrimas bajaban por sus mejillas, solo rogaba a Merlín que Remus estuviese bien, todos se sentaron abatidos a esperar  noticias.

Mientras tanto en san mungo, james y sirius iban de un lugar  otro frente a la puerta donde varios medimagos atendían a Remus.

-¿A dónde habías ido?—preguntó james cuando pudo hablar.

-Esa rata traidora no se iba a escapar, no después de lo que le paso a Remus por su culpa—explicó con rabia

-¿Dónde está?—inquirió ahora james deteniendo brevemente su caminata.

-En Grinmauld place—contesto sirius—atado, no tiene una varita y kreacher tiene ordenes de vigilarlo, no tiene forma de escapar.

-pero ¿y si lo convoca?—cuestionó james pensando en la forma que tenían los mortifagos de llamar a voldemort.

-No puede—negó sirius—como te digo esta atado, kreacher no se le despega ni un segundo, no tendrá oportunidad de hacerlo.

No hablaron nada más, y reanudaron sus paseos hasta que finalmente, casi una hora más tarde, una sanadora salió de la habitación.

-¿Cómo está?—preguntaron los dos al tiempo, la sanadora retrocedió dos pasos aturdida.

-El señor Lupin está grave—les dijo y ambos perdieron el poco color que le quedaba en el rostro—la maldición que recibió hizo que perdiera demasiada sangre, lo que lo dejó débil, y como descubrimos su sistema inmunológico no es precisamente fuerte—tomo aire antes de seguir—bien, no se si lo sepan, ni si yo soy la indicada para decírselos, pero para que entiendan la gravedad del la situación debo decirles que el señor Lupin es un hombre lobo.

-Eso ya lo sabíamos—dijeron los dos quitándole importancia, para que sirius continuara con apremio—díganos ¿va a sobrevivir?

-Oh, lo sabían—dijo la sanadora sorprendida—bien, entonces, debo decirles que debido a su condición, las defensas del señor Lupin son escasas, una maldición como ésta ya es altamente letal en personas normales—james y sirius dejaron pasar el comentario “Remus es normal” solo para averiguar la situación de su amigo—en alguien como el señor Lupin es aún peor, su sistema no se recupera fácilmente, los órganos afectados tardan en sanar, las pociones reabastecedoras de sangre que le damos no son suficientes—james y sirius se miraban con terror—de seguir así no hay mucho que podamos hacer en caso de una infección, esta maldición evita que cerremos las heridas completamente, ya no esta perdiendo sangre, pero las heridas continúan en riesgo de infección, en su situación, si esto pasa, la infección podría acabar con el.

-Pero..pero tiene posibilidades ¿verdad?—preguntó james con un hilo de voz, sirius se había dejado caer con el rostro entre las manos en una silla cercana.

-Desde luego—se apresuró a contestar la sanadora—ahora, les aconsejo que se marchen a su casa, se cambien de ropa, descansen—cuando la cabeza de sirius se levantó y james abrió la boca la sanadora se apresuro a continuar—haré que les dejen pasar a verlo en unas horas, por ahora es imposible, pero puedo hablar con mis superiores para que se los permitan.

-Gracias!—dijeron los dos con tal fervor que la bruja no pudo evitar sonreírles.

Salieron de San Mungo en profundo silencio, pero una vez fuera empezaron a tomar decisiones.

-Primero a valle Godric—decidió james—y luego

-Por la rata traidora—terminó sirius.

Se aparecieron en el limite del encantamiento fidelio, ambos intentaron que sus semblantes fuesen un poco más prometedores, con el ánimo de dar un poco de esperanza a los que estaban en la casa esperando por noticias.

-James!—gritó Lily cuando los vio entrar—sirius ¿cómo esta Remus? Por favor díganme que esta bien.

-Lils—dijo james—Remus…el—pero no pudo decir nada más, había intentado ser fuerte por su esposa y por los otros pero se derrumbo, gruesas lagrimas caían por su rostro—los sanadores…dicen que esta grave, Lils el me salvó.

-¿Sirius?—dijo Ángela pues el hombre no había abierto la boca, miraba el piso con actitud derrotada—¿amor? ¿Estas bien?

-Por supuesto que no—dijo con un poco más de acritud de la que debía—lo siento—dijo cuando Ángela lo miro apenada—es que la sanadora dice que el sistema de defensas de Remus esta mal, que es muy probable que contraiga una infección, estoy preocupado por el.

-Todos lo estamos—dijo Ángela con cariño—pero tenemos que estar juntos, Remus nos necesita unidos.

En ese momento apareció Dumbledore, y pidió información por Remus de inmediato.

-Esta muy delicado, Dumbledore—dijo sirius con tristeza.

-Los sanadores dicen que no podrán hacer mucho en caso de infección—terminó james.

-¿Han pensando algo sobre Peter?—preguntó con su calma habitual.

-Vamos a interrogarlo y de paso a advertirle lo que le puede ocurrir si Remus no sale de esta—dijo sirius con decisión.

-Remus no querría que ustedes fueran unos asesinos—dijo Lily decidida.

-Nadie dijo nada sobre matarlo—contestó sirius.

-Solo tendremos…una charla con nuestro viejo amigo—completó james.

-Remus puede recibir visitas en un par de horas,  si todo va bien—les informó sirius a todos—volveremos a tiempo para ir a san mungo.

-Piensen bien lo que van a hacer y cuídense—dijo Ángela para luego besar a sirius, Lily hizo lo mismo con james.

Salieron de valle de Godric y se aparecieron en la vieja plaza que quedaba frente a los números 11 y 13, pero cuando los dos magos se acercaron, lentamente se hizo visible el número 12.

-Odio este maldito lugar—dijo sirius—pero fue el primero que se me ocurrió.

-Descuida, sabes que no tienes que venir aquí si no quieres—lo tranquilizó james—después de hoy puedes vender esta casa.

-No, ya lo he decidido, le diré a kreacher que la arregle, será para Harry, como siempre debió ser—le dijo mientras ingresaban a la casa james tardó un poco en reaccionar.

-Gracias hermano—dijo con devoción—jamás voy a poder agradecerte todo lo que haces por mi hijo.

Cuando entraron a la vieja casa de los Black, james le indició que lo mejor sería hablar con Pettegrew en el despacho que una vez perteneció al Orion Black y sirius fue al segundo piso a buscarlo, una vez allí, kreacher le indicio que se había visto en la necesidad de aturdir al hombre, pues despertó chillando y gritando que lo dejaran ir, además de sus intentos por tocar la marca tenebrosa, sirius le agradeció al elfo, y con su varita levitó a un inconsciente Peter a la habitación que james adecuó para tal fin.

-Ponlo en esa silla, lo ataremos—le indicó james y sirius obedeció

-¡Enervate!—dijo james apuntando a Peter, quien tan pronto abrió los ojos empezó a suplicar.

-James…james..no..no se que le pasa a sirius…el..el..me atacó—dijo con voz suplicante y con la frente perlada de sudor—tienes-..tienes que ayudarme

-Oh, cállate de una vez Peter—dijo james con asco—o terminaremos matándote antes de tiempo—terminó para meterle miedo.

-Asquerosa rata traidora, no te atrevas a insinuar que yo soy el malo aquí—le rugió sirius con furia—así que más te vale cerrar la boca y escuchar, a menos que quieras que te matemos sin más.

-Pe..pero de que hablan—Peter miraba aterrado a todos lados, pero evidentemente no tenia salida: estaba atado, sin varita, el no era lo suficientemente bueno como para poderse convertir en rata sin una varita a la mano—yo..yo no he hecho nada…por…¿Qué-e-e les pasa?

-Pasa, asqueroso traidor—empezó sirius—que descubrimos tu jueguito, y desde hace mucho además.

-Por supuesto—lo relevo james—y tu ni cuenta te diste, me pregunto que dirá tu señor cuando sepa que la dirección que le diste del fidelio para entregarle a los Potter es falsa—sirius y james vieron con placer como palidecía la tez de Pettegrew.

-No va a estar muy contento ¿verdad, Peter?—siguió sirius.

-No..yo…él me obligo—lloriqueó—me habría ma…matado…me amenazó—dijo con pánico confesando todo al verse perdido.

-Entonces deberías haber muerto!—gritaron los dos amigos al unísono para que sirius lo relevara—cualquiera de nosotros tres habría muerto antes de traicionarte a ti

-El…tiene poderes…oscuros poderes—balbuceaba Peter con pánico, era un espectáculo lamentable—ganará…ganará de todas formas…no ganamos nada luchando.

-Por supuesto que ganamos!—rugió sirius.

-Ganamos vidas inocentes, la esperanza de un futuro para nuestros hijos!—le grito james—dime, dime que pensaste cuando nos viste a Lily, Harry y a mi por ultima vez, vamos Peter, dime que sentiste cuando te diste cuenta de que nos traicionabas a muerte, cuéntame que paso por tu mente cuando viste a mi hijo, a Harry, y sabias que lo estabas entregando a voldemort!!

-El…me torturó—sollozaba.

-Lily también ha sido torturada, muchos otros también lo han sido y aún así continúan oponiéndose a el—le gritó sirius mientras Peter seguía sollozando y suplicando perdón.

-Espero que sepas, Peter—dijo james con profundo desprecio.—que si Remus no llega a salir de esta, tu le limpiaras el camino a tu amo hacia el infierno.

-P-pero…yo…yo—n-no ataque a Remus!—gritó cobardemente.

-No—acepto james.

-Pero si dejaste escapar a tu amiguito después de que lo hiciera—dijo sirius con una mirada de desprecio—no moviste un dedo para evitar que ese asqueroso mortifago atacara a james, no hiciste nada cuando Remus se interpuso entre la maldición, es lo que tu debías haber hecho—le reclamó—pero claro, tu eres solo una rata cobarde, viste caer a una de las personas que siempre te protegió y te defendió, y no hiciste absolutamente nada.

-l-lo s-siento—lloraba—no..n-no quería.

-No te disculpes más—le paró james—sabemos que solo lo haces porque temes que te matemos.

-Y no es que no disfrutemos haciéndolo—le aclaró sirius—pero no te daremos ese gusto.

-Tienes razón, canuto—dijo james—será mejor dejárselo a voldemort, no creo que le agrade mucho ahora que no le va a servir para nada ¿Verdad?, me pregunto que le hará.

-Nada agradable eso es seguro—siguió sirius

-N-no…por…p-por favor—rogó Peter—me torturara, por..p-por favor.

-Tal vez…-inició james

-Si nos das alguna información útil—siguió sirius.

-Podríamos considerar perdonarte la vida—terminaron al tiempo para que james siguiera—y solo tal vez ocultarte de voldemort, por supuesto, no aseguramos nada, todavía está el asunto de Remus.

-Esta no será nuestra ultima conversación—le amenazó sirius.

-Por supuesto, te llevaremos a un lugar mas…adecuado para ratas como tú—concluyó james.

-Mientras tanto—sirius alzó su varita mientras hablaba, Peter pegó un chillido de terror—¡Desmaius!

-Ahora a ver a Remus—concluyeron los dos.

Ordenaron a kreacher vigilar a Peter, y encantaron el cuarto de manera que no pudiese escapar, no es que fuese muy fácil, pero no pensaban dejar nada al azar, primero irían a valle de Godric para tranquilizar a todos y de allí irían directamente a san Mungo. Esperaban que Remus estuviese mejor, y con ese mismo pensamiento ambos giraron sobre si mismos y desaparecieron del lugar.

Las cosas en valle de Godric no fueron fáciles de manejar, todos exigían explicaciones al tiempo, y tanto james como sirius se vieron en la necesidad de dar un fuerte grito que terminó por hacer callar a los demás, les contaron todo sobre su charla con Peter, incluyendo la forma en que le habían dejado creer que si los ayudaba lo perdonarían.

-Ahora vamos a San Mungo—anunció Sirius—por noticias de Remus.

-No, no puedes ir Lily—dijo james antes de que su esposa pudiese hablar.

-Eso es completamente injusto—replicó muy alterada—Remus también es mi amigo, yo también quiero saber como está.

-Te enviaremos un patronus cuando tengamos noticias—zangó james sin posibilidad de discusión—tú te quedas aquí con Harry, no olvides que Voldemort nos está buscando.

-Pero—quiso insistir.

-James tiene razón, lily—intervino Dumbledore—si sales solo le harás las cosas más fácil a voldemort.

-Pero ya sabemos que no nos quiere a nosotros, sino a Harry—replicó.

-Eso no evitara que intente capturarlos con el fin de poder encontrar a Harry, no vamos a arriesgarnos a eso, yo iré con James y Sirius—terminó Dumbledore.

-Bien—dijo lily aunque seguía sin gustarle la idea—tengan cuidado, James lleva la capa, me sentiré más tranquila.

James hizo caso a su esposa, tomo la capa y con dificultad la uso para cubrirse a si mismo y a sirius, pese a las protestas del último, que james ignoro olímpicamente.

Una vez en San Mungo, y ya sin la capa, que se habían quitado en cuanto estuvieron dentro del centro, fueron directamente a buscar a alguien que pudiese darles noticias de Remus, Sirius localizó a la sanadora con la que habían estado hablando.

-Buenos Dias—Saludó Dumbledore interrumpiendo algo que Sirius iba a empezar a decir y que probablemente no era muy amable—vera estamos buscando información sobre el señor Remus Lupin ¿puede ayudarnos con eso?

La sanadora dirigió su vista hacia Sirius y James antes de contestar.
 -Como le había informado a los señores—dijo señalándolos—a los que por cierto pedí que fueran a cambiarse, cosa que obviamente no hicieron—james y sirius hicieron odios sordos a la acusación—la situación del señor Lupin es grave—iban a interrumpirla pero ella no lo permitió—sin embargo, aún tiene posibilidades, hemos estado monitoreando su situación, para prevenir nuestra mayor preocupación, que como también ya les dije, es el riesgo de infección, por fortuna parece que ha empezado a responder al tratamiento—sirius y james e incluso Dumbledore soltaron suspiros de alivio—pero aún es muy pronto para asegurar nada, creo que podrán pasar a verlo, pero solo de a dos, lo siento—finalizó.

-No será problema—aseguró Dumbledore—James y Sirius pasaran a verlo.

-Siganme, deben usar túnicas adecuadas, sin sangre ni nada que pueda transmitir infecciones—terminó mirando sobre todo a james—por aquí.

Los dos asintieron a Dumbledore y siguieron a la sanadora, quien les entregó túnicas unicolor, que según les explicó, tenían un encantamiento que las mantenía aisladas de toda bacteria o infección, además les indicó que debían lavarse las manos y no tocar nada una vez que lo hicieran; cuando estuvieron listos por fin tuvieron vía libre para entrar a ver a su amigo.

-Solo tienen 15 minutos—les indició la sanadora—luego vendré por ustedes y tendrán que salir.

-Bien—dijeron los dos al tiempo antes de entrar en la habitación.

La primera impresión que tuvieron fue que no era Remus, estaba cubierto de vendas rojizas que tapaban diferentes partes de su cuerpo, y su rostro estaba más pálido que nunca.

-Hola lunático—saludaron al unisono y luego James continuo con una triste sonrisa en los labios—eres un idiota ¿lo sabias?, mira que ponerte frente a una maldición, ya veras si no llegas a salir de esta, canuto y yo te iremos a buscar a donde sea que estes y te daremos tu merecido.

-Así es—dijo Sirius venciendo el nudo en la garganta que se le había formado al ver a su amigo—sabes que cornamenta no esta mintiendo, encontraremos la forma de hacerte pagar si llegas a rendirte, no lo dudes Lunático.

Remus permanecía inmóvil e inconsiente.

-También debes saber que ya atrapamos a la rata asquerosa—dijo james con la voz un poco endurecida—pero no le hemos hecho nada, antes de que nos sermonees.

-Por supuesto, no pensamos quitarte ese honor Lunatico—dijo sirius intentando bromear.—después de todo, nuestras mejores ideas siempre eran aportadas por ti, y eso que McGonagall pensaba que eras el que nos controlaba.

-Tienes muchas cosas por que vivir Lunatico—le dijo james—Lily quiere verte, al igual que angela y los demás.

-Y no olvides que te vas a casar con mi querida sobrina—dijo sirius—no pensarás dejarla viuda antes de que se conozcan siquiera, porque entonces ahí si tendremos problemas.

-Y También tienes que enseñarle a Harry como hacer un patronus—siguió James—ni lils ni yo te quitaríamos ese honor por nada del mundo.

Remus se removió y ambos se miraron esperanzados, pero de inmediato el Hombre Lobo volvió a quedarse inmóvil.

-No tenemos mucho tiempo—le confesó james.

-La sanadora vendrá por nosotros en un rato—explicó sirius—creo que por su cara, puede llegar a ser peor que Pomfrey.

Siguieron mencionándole cosas a su amigo, todas con razones para seguir viviendo, y así los encontró la sanadora cuando ingreso al cuarto.

-Lo siento—dijo al ver la escena—pero ya deben salir, es hora de cambiar los vendajes del Señor Lupin.

-Bien—dijo James y se volvió hacia su amigo—volveremos cuando nos lo permitan.

-y si no, pues nos colaremos—finalizó sirius sonriendo.

Regresaron en silencio hacia donde Dumbledore les esperaba.

-Cualquier cambio por favor, háganoslo saber—le indicó sirius con seriedad.

-Lo haré—le contestó la sanadora—aunque—dudó pero al ver las caras de los otros decidió seguir—hay algo que nos preocupa además de la infección—suspiró—la luna llena es en 3 semanas, si para entonces no esta lo suficientemente fuerte, lo más probable es que no sobreviva.

James y sirius se quedaron sin habla, Dumbledore asintió apesadumbrado y le dijo a la sanadora alguna cosa de ninguno de los dos amigos pudo entender.

-Bien, lo haré—confirmó la bruja—ahora debo volver, tengo otros pacientes además de que tengo que verificar como les fue con el cambio de las vendas.

-¿Cuándo…cuando lo sabra?—dijo james y ante la mirada interrogante de la sanadora aclaró—si está lo suficientemente fuerte.

-Sin contamos con suerte y el señor Lupin pone de su parte—les explicó—en dos semanas lo sabremos, y si todo va bien podrá irse a su casa poco antes de la luna llena—bajo la voz un poco más y se aproximo a Dumbledore, james y sirius—los directivos del hospital han dicho que enfermo o no deberá irse el anterior al de la Luna Llena a más tardar.

-Pero que se creen esos infelices—rugió sirius al tiempo que james decía "malnacidos" en un tono bastante alto.

-James, sirius—los previno Dumbledore.

-¿No escucho lo que acaba de decir?—casi le gritaron.

-Por supuesto que sí—contestó con calma—pero por el modo en que lo dijo dudo que ella este de acuerdo, así que deberíamos escuchar que más tiene que decir—se volvieron hacia la sanadora que había retrocedido un paso .

-Este..hum..gracias—dijo la sanadora con dirección a Dumbledore—bien, había pensado, que si para ese día el señor Lupin aún está grave, yo puedo ayudarlos, aunque no aquí, solo si ustedes tienen un lugar donde pueda atenderlo.

-SI, la casa de mis padres—dijo sirius de inmediato interrumpiendo a la sanadora.

-Bueno, como decía si ese día las cosas siguen igual pueden llevarlo allí y yo me encargare de suministrarle las pociones y los cuidados que requiere para ayudar a darle más posibilidades de sobrevivir luego de la transformación, la idea de sacarlo me gusta tan poco como a ustedes—añadió con el ceño fruncido—pero no hay nada que yo pueda hacer para evitarlo, desde luego—terminó con una sonrisa—eso solo será necesario si no responde al tratamiento, pero esperemos que sí.

-Muchas gracias—dijeron los tres y james y sirius la miraron de tal manera que ella se vio forzada a bajar la mirada, james preguntó—¿cómo te llamas?

-Debra, debra Winghaim—contestó turbada.

-Muchas gracias Debra, por todo—dijo sirius.

-Pues esperemos que mi ayuda no sea necesaria, y que el señor Lupin se recupere pronto, hemos incluido pociones revitalizantes dentro de su tratamiento, confiamos en que eso ayude a que se ponga mejor—terminó con una sonrisa—ahora deben irse, estoy segura de que tienen cosas que hacer, Dumbledore ya me ha dicho como contactarlos.

Ambos asintieron y regresaron a casa con los demás, después de darles una resumida versión de lo ocurrido, ambos fueron a ducharse mientras Dumbledore les explicaba a los demás los detalles que james y sirius habían dejado por fuera, cuando estuvieron listos se reunieron a tomar decisiones.

-Por supuesto no podemos leer nada más hasta que remus regrese—dijo james con autoridad.

-Además esta el asunto de peter, si vamos a llevar a remus a esa casa tendremos que sacarlo de allí—prosiguió sirius.

-De eso me encargó yo—les dijo Dumbledore—o más bien de eso se encargará Moody, confio plenamente en el, no lo dejará escapar—los tranquilizó.

Las siguientes dos semanas fueron angustiantes, lily por fin había conseguido que la dejaran ir a ver a Remus, aunque tuvo que hacerlo usando poción Multijugos, pues james fue inflexible en ese punto y lily no pensaba perderse la oportunidad de visitar a Remus por nada, por lo que terminó accediendo, los demás también lo habían hecho, aunque nadie tan seguido como james y sirius. Dumbledore les había dicho que sus fuentes le informaron que voldemort estaba desconcertado con la desaparición de Peter, y que sospechaba que su fachada se había descubierto, al parecer, había intentado convocar a Peter y el mago, por obvias razones, no había acudido ninguna de las veces, aunque, según les dijo, no fue algo que le hubiese sorprendido a voldemort, y todos estuvieron de acuerdo con eso, pues era conocido que Peter era bastante cobarde y voldemort debía saberlo, por lo que, era fácil suponer que lo habían descubierto y pensar que al hacerlo, el traidor había huido, aunque, voldemort había ordenado que se lo llevaran si llegaban a encontrarlo.

La orden no había conseguido prácticamente nada de los mortífagos capturados el día del ataque, solo lograron averiguar que la idea era sembrar caos y asesinar a tantos miembros de la orden como fuese posible, por fortuna solo el primero de los objetivos fue logrado.

La sanadora les indicó que Remus respondía lentamente al tratamiento, pero aún no despertaba, james, lily (con otra apariencia) , sirius y angela estaban en San Mungo a la espera de poder a ver a Remus, alice y Frank cuidaban a Harry y Neville, cuando la sanadora se acercó presurosa a ellos, quienes no supieron que pensar al ver la agitación de la bruja.

-El señor Lupin—dijo antes de sonreir—acaba de despertar.

-¿Qué?—dijeron sirius y james sin podérselo creer.

-Es genial!—casi gritó Lily.

-Magnificó—la secundó angela.

-¿Podemos verlo?—preguntaron los cuatro al tiempo.

-Solo de a dos—les recordó la sanadora con paciencia y luego agregó—creo que estará bien, ahora lo están revisando, pero si todo sale bien, podrá irse en máximo dos días, de cualquier forma no puede ser ya mismo, primero veremos si es posible pasarlo a una habitación de recuperación en vez de dejarlo en la que esta, pero no tardaremos en decirles cuando puedan pasar.

-Vayan ustedes primero—dijeron lily y angela que sabían que los otros dos no se los pedirían pero que se morirán por entrar primero.

-Le compraremos algo a Remus, algo de chocolate ¿podemos hacerlo verdad debra?—dijo lily a la sanadora.

-Creo que eso estará bien—se volvió hacia los otros dos—vuelvo en un minuto.

Cuando Debra regresó, con tan solo verle la cara, james y sirius supieron que su amigo estaba mejor.

-Esta en otra habitación—les dijo sonriente—todo esta muy bien, sus defensas están mejor, desde que pudimos cerrar las heridas hace tres días la recuperación avanzo a pasos agigantados.

-No tenemos palabras para agradecerte—le dijo sirius mientras caminaba tras ella recorriendo varios pasillos.

-Es verdad, Remus es como nuestro hermano, no soportaríamos que le pasara algo—confirmó james.

-Confieso que al principio pensé que ustedes no sabían la verdad sobre el, y que solo estaba preocupados por un herido al que conocían—les dijo sonriendo—pero luego, cuando me di cuenta de que lo sabían y aún así seguían igual de preocupados, y al ver sus rostros la primera vez que pasaron a verlo…yo jamás había presenciado algo así, no al menos cuando no se trataba de una relación sanguínea.

-La familia de sangre no es la única que existe—le dijo james mientras ella le indicaba que habían llegado—también están los hermanos que te da la vida a través de la amistad—sirius asintió sonriendo.

-De nuevo, gracias por todo—sirius entró en la habitación seguido de james.

-lunatico!—gritaron los dos cuando lo vieron sentado en la cama.

-¿Cómo te sientes?—preguntó james.

-Como si me hubiese arrollado el autobús noctambulo luego de haber caído de la torre de astronomía—le contestó con una mueca.

Y los tres no pudieron evitar romper a reir, aunque Remus hizo algunos gestos de dolor.

-Y bien ¿Qué me he perdido?—preguntó cuando se calmaron.

-Pues mientras estabas ocupado durmiendo—lo picó sirius con burla—atrapamos a Peter.

-Yo..no fue un sueño—balbuceó Remus.

-¿Qué?—preguntaron los otros extrañados.

-Sí—explicó—mientras estaba inconsciente crei oírlos, me decían que atrapaban a la rata y—sonrió—que si llegaba a rendirme me buscarían donde fuera que tuvieran que hacerlo para hacerme pagar por haberme ido.

-Oh, si—dijeron ambos con vergüenza—creo que fuimos nosotros.

-Lo que me recuerda—dijo James—en que demonios estabas pensando cuando hiciste eso ¿Ponerte frente a una maldición?, ¿eres idiota o que? ¿no pensaste en nosotros? ¿en lily?

-Precisamente en eso pensé—se defendió remus—Lily no habría soportado que te pasara nada, y no podía dejar que después de todo lo que hemos leído Harry se quedara sin padre.

-Pero si querías dejarlo sin tío—negó James.—y ¿crees que Lily ha estado muy tranquila con lo que te pasó?.

-Es cierto—dijo sirius—la pelirroja ha estado histérica.

-Les agradezco que se preocupen tanto por mí—dijo Remus—no lo..

-No se te ocurra decir que no lo mereces porque te dejamos inconsciente de nuevo—lo amenazó sirius.

-Es cierto, tu único trabajo es reponerte—intervino James—debra dice que podrás irte en mañana.

-¿Quién es debra?—preguntó Remus confundido.

-La sanadora que estaba a cargo del equipo que te salvo la vida—contestó una voz desde la puerta.

-Ángela!—dijo Remus —pero ¿Qué haces aquí?

-Visitándote—contestó mientras entraba con una mujer a quien Remus  no conocía—ya han estado mucho tiempo, ahora nosotras queremos verlo, Debra dijo que de a dos, así que fuera!—les ordenó a james y Sirius

Los dos salieron en medio de carcajadas.

-¿Cómo te sientes Remus?—dijo la desconocida.

-¿Debra?—preguntó inseguro.

-Soy Lily!—corrigió en tal tono que Remus no tuvo ninguna duda—el exagerado de James me hizo tomar poción multijugos, debra vendrá en un rato a darte tus pociones, ten -le entregó algo—creímos que te animaría.

-Chocolate!—exclamó muy contento y destapando su dulce—gracias!.

Tal y como Debra les había dicho, Remus pudo irse dos días después de haber recuperado el conocimiento, aún faltaban 5 días para la Luna Llena, y los merodeadores decidieron que debían volver a la casa de los gritos para que Remus lo pasara su transformación, pero mientras llegaba el día, Dumbledore, Lily y el mismo Remus insistieron en seguir leyendo el libro, pues con Peter descubierto, debían empezar a moverse más rápido, y Frank insistió en que debían saber cuales eran los restantes horrocruxes cuanto antes, por lo que, el día siguiente al regreso de Remus, todos estaban reunidos en el salón de los Potter, Ángela tenia el libro en sus manos y se aclaraba la garganta para empezar a leer.

Capítulo 29
LA DIADEMA PERDIDA

-No me digan que Harry encontró una diadema que lleva siglos perdida!—dijo Sirius con escepticismo

-Si dejas leer canuto—se burló Remus—tal vez lo averigüemos—Sirius lo miró mal pero no dijo nada más

-Neville… que dem…. ¿Como?

Frank y Alice eran los más emocionados con el capitulo, pues pese a que tenían miedo debido a la descripción de la situación de su hijo, también querían averiguar tanto como el libro dijera sobre el.

Pero Neville había divisado a Ron y Hermione, y loco de alegría los estaba abrazando a ellos también.

-Parece Que Hermione y Ron no son los únicos amigos de Harry—dijo Alice contenta mirando a su pequeño hijo jugar con su ahijado.

Cuanto mas miraba a Neville, peor lo veía:

-No me gusta como suena eso—dijo Alice con una mueca.

uno de sus ojos estaba hinchado y de un tono violeta amarillento, tenía marcas de arañazos que le estropeaban el rostro, y el aire general de descuido sugería que llevaba tiempo viviendo en pésimas condiciones.

-Las cosas en Hogwarts deben estar peor de lo que pensábamos—dijo Frank con una mezcla de rabia y tristeza en su voz.

-No se lo que esperábamos—dijo Sirius a su vez—con Quejicus de director nada bueno podíamos esperar.

-Tienes razón—apoyó James, Dumbledore y Lily no dijeron nada, uno esperando que sus sospechas fuesen ciertas y la otra demasiado triste y dolida como para pronunciarse.

A pesar de su aspecto maltratado brillaba de felicidad al soltar a Hermione diciendo nuevamente,
-¡Sabía que vendrias! ¡Le dije a Seamus que era una cuestión de tiempo!

-Y parece que muchos más apoyan a Harry—dijo Lily con ilusión.

-¿Neville, que te ha ocurrido?
-¿Qué? ¿Esto? -Neville desechó sus heridas con una sacudida de la cabeza-. Esto no es nada, Seamus esta peor. Ya lo veras. ¿Nos vamos entonces? Oh, -se dio la vuelta-. Ab, puede que haya un par de personas mas en camino.

-Todo un líder—dijo Frank con orgullo—ese es mi hijo

-y el mío—dijo alice con una sonrisa profunda

-y mi ahijado!—dijo Lily orgullosa.


-¿Un par mas? -repitió Aberforth ominosamente-. ¿Que quieres decir con un par mas, Longbottom? ¡Hay un toque de queda y un Encanto Aullador sobre todo el pueblo!

-Pero que humor—se quejó Sirius.

-Siempre ha sido así—dijo Dumbledore con una sonrisa triste—en especial desde su muerte—y todos supieron a la muerte de quien se refería.

-Lo sé, por eso se van a Aparecer directamente dentro del bar, -dijo Neville-. Mándalos por el pasaje cuando lleguen, ¿quieres? Muchas gracias.

No pudieron evitar reír ante las palabras de Neville, que no le daba opción a Aberforth de negarse, Alice negaba con la cabeza mientras Frank sonreía con orgullo.

Neville le tendió la mano  a Hermione y la ayudó a subir a la repisa de la
chimenea y a entrar en el túnel; Ron subió a continuación y luego Neville. Harry se dirigió a Aberforth.
-No sé como agradecértelo. Nos has salvado la vida dos veces.
-Cuida de ellos entonces, -dijo Aberforth malhumorado-. Puede ser que no sea capaz de salvaros una tercera vez.

-Esperemos que no sea necesario salvarlo una tercera vez—dijo Lily con algo de preocupación y mordiéndose el labio, james la abrazó.

Harry se encaramó a la repisa de la chimenea y se metió en el agujero que había detrás del retrato de Ariana. Había peldaños de lisa piedra al otro lado: Parecía como si el pasadizo hubiera estado allí durante años.

-No puedo creer que haya un pasadizo y nosotros nunca lo hayamos descubierto!—se quejó Sirius.

-Lo sé, canuto—lo secundó james—es imperdonable!.

-Ya maduren!—les riñó Lily aunque sonriendo.

-Jamás!—dijeron ambos horrorizados y todos sonrieron.

De las paredes colgaban lámparas de metal y el piso de tierra estaba desgastado y suave; mientras
caminaban, sus sombras ondeaban sobre la pared formando un abanico.
-¿Cuanto tiempo ha estado esto aquí? -preguntó Ron mientras avanzaban-. No figura en el mapa del merodeador, ¿verdad Harry? Pensaba que solo había siete pasadizos que comunicaban con el colegio.

-También nosotros—dijo Sirius con tristeza fingida.

-Todos esos fueron sellados antes de que comenzara el curso -dijo Neville-. Ahora no hay forma de pasar por ninguno de ellos, no con las maldiciones que colocaron en las entradas y los mortífagos y dementores esperando en las salidas.

-Eso es horrible!—dijeron alice y Lily horrorizadas.

Dumbledore mientras tanto esperaba no estar equivocado y no haber dejado el colegio y más aún a sus estudiantes, bajo el mandato de voldemort a través de sus mortífagos.

Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia atrás, radiante, bebiendo de ellos-. Eso no importa, díganme ¿Es verdad que entraron en Gringotts y que escaparon montados en un dragón?  Lo escuchas por todos lados, todo el mundo habla de ello, ¡Carrow golpeó a Terry Boot por gritarlo en el Gran Comedor durante la cena!

-lo ven!—rugió Sirius—ese hazaña pasará de generación en generación!.

-Es una lástima que vayamos a cambiar la historia ¿no?—dijo Lily con malignidad—nadie sabrá que eso alguna vez paso.

-James!—se quejó Sirius—tu esposa es monstruosa.

-Si, es verdad. -dijo Harry.
Neville se echó a reír alegremente.
-¿Qué hicieron con el dragón?
-Lo dejamos en libertad, -dijo Ron-. Hermione quería quedárselo como mascota.
-No exageres, Ron…
-¿Pero que han estado haciendo? La gente decía que habías huido, Harry, pero yo no lo creí. Supuse que estabas planeando algo.

-No saben como me alegra saber que además de la orden hay más gente que apoye a Harry, sobre todo gente que crea en el—dijo Lily agradecida.

-Tenias razón, -dijo Harry-, pero cuéntanos algo de Hogwarts, Neville, no hemos oído nada.

-Que buen movimiento evasivo—alabó Frank.

-Bueno, Hogares ya no parece Hogwarts, -dijo Neville, la sonrisa desvaneciéndose del rostro mientras hablaba-. ¿Conoces a los Carrow?

Como la de todos en la habitación, nadie concebía que el colegio, siempre sinónimo de refugio y de aceptación, hubiese caído bajo el control de Voldemort.

-¿Esos dos mortífagos que enseñan aquí?

Todos hicieron un ruidito despectivo, dando a entender que estaban de acuerdo en que enseñar no era una palabra que cupiese junto a mortífagos.

-Hacen mas que enseñar, -dijo Neville-. Están a cargo de la disciplina. A los Carrow le gustan los castigos.

-No quiero siquiera imaginar que tipo de castigos imponen—dijo Ángela
-Tampoco yo—dijeron los demás Dumbledore escuchaba atentamente.

-¿Cómo a Umbridge?

-Espero que no se hayan olvidado de ella—le susurró james a su esposo que sonrió y susurró un "jamás" antes de besarla con cariño en la mejilla.

-Nah, comparada con ellos es mansa. Se supone que los otros profesores deben recurrir a los Carrow si hacemos las cosas mal. Aunque no lo hacen, si pueden evitarlo. Se nota que todos los odian tanto como nosotros.

-McGonagall siempre ha sido muy estricta—dijo Sirius—pero jamás consentiría que lastimen a un estudiante.

-Así es—lo apoyó Dumbledore—estoy seguro de que protegerlos fue la única razón por la que Minerva se quedó en Hogares después de que esta cayera bajo el control de Voldemort.

-Amycus, el hombre, enseña lo que antes solía ser Defensa Contra las Artes Oscuras, salvo que ahora es simplemente Artes Oscuras nos hace practicar la Maldición Cruciatus con los alumnos que han sido castigados…

-Malditos!—rugió james

-No podemos permitirlo!—dijo Remus igual de enfadado.

-Señor..—dijo Lily—señor ¿está bien?

Dumbledore se había aferrado a su asiento con fuerza y sus ojos demostraban una furia que los presentes jamás habían visto.

-Estoy bien, Lily—le dijo—Ángela, continua por favor.

-¿Qué? -las voces de Harry, Ron y Hermione hicieron eco al mismo tiempo a lo largo del pasadizo.
-Si, -dijo Neville-. Así fue como me hicieron esto -dijo apuntando a un corte particularmente profundo que tenía en la mejilla-, No quise hacerlo.
Alice y Frank se debatían entre el orgullo por el temple de su hijo y el miedo por las consecuencias del mismo.

Aunque alguna gente lo hace; a Crabbe y Goyle les encanta. Supongo que es la primera vez que sobresalen en algo.

-Hijos de mortífagos tenían que ser—dijo james con asco.

-Alecto, la hermana de Amycus, enseña Estudios Muggles, lo cual es obligatorio para todos.

-Ya me imagino lo que enseñaran—dijo Lily llenando de sarcasmo la última palabra.


Todos tenemos que escuchar sus explicaciones de cómo los muggles
son como animales, estúpidos y sucios, y como obligan a los brujos a permanecer escondidos, siendo despiadados con ellos, y como esta siendo restablecido el orden natural. Este me lo hicieron -dijo indicando otro corte en el rostro-, por preguntarle cuanta sangre de muggle tenían ella y su hermano.

-Sé que eso es muy valiente—dijo Alice con  miedo—pero pueden hacerle mucho daño.

-Cálmate, Cielo—dijo Frank abrazándola—además, yo me siento muy orgulloso de el.

-No me malentiendas—dijo alice negando con la cabeza—yo también me siento orgullosa, pero me da miedo que puedan hacerle algo.

-Caramba, Neville, -dijo Ron-, a veces uno tiene que saber cuando callarse.
-Eso lo dices tu porque no estabas ahí. -dijo Neville-. Tampoco lo hubieras soportado. Además  ayuda ver que la gente les planta cara, les da esperanzas a todos. Yo aprendí viéndote a ti, Harry.

-Creo que no podemos estar más orgullosas de nuestros hijos—dijo Lily con una mirada cargada de amor y orgullo a su pequeño—son unos verdaderos héroes, muy valientes.

-Parece que en esa generación hay mucho más valor que en esta—aceptó Frank recordando lo difícil que era que la gente presentara resistencia.

-Pero te han usado como afilador de cuchillos, -dijo Ron, encogiéndose
levemente cuando pasaron una lámpara y pudo ver las heridas de Neville en todo su esplendor.
Neville se encogió de hombros.
-No importa. No desean derramar demasiada sangre pura, así que si somos bocazas nos torturan un poco pero realmente no nos matan.

-No se que es peor—dijo james asqueado—si las cosas que Neville esta contando o lo forma tan natural con la que lo hace.

-Te entiendo—dijo Remus

Dumbledore seguía en silencio, preguntándose como había permitido eso.

Harry no sabía que era peor, las cosas que estaba contando Neville o el tono de resignación en el que las decía.

-¿Lo Ves?—dijo Lily—se parece bastante a ti—y james le sonrió.

-Las únicas personas que corren peligro son aquellas cuyos amigos y parientes estan dando problemas fuera de aquí. Se los llevan como rehenes. El viejo Xeno Lovegood estaba siendo un demásiado franco en lo que publicaba en El Quisquilloso, por lo que a Luna la sacaron a rastras del tren cuando regresaba de las vacaciones de Navidad.

-Son unos cobardes—dijo Frank con furia.

-Al menos sabemos que Luna este bien—lo tranquilizó su esposa y este asintió antes de que Ángela siguiera leyendo.

-Neville, ella esta bien, la hemos visto…
-Si. Lo se, se las arreglo para enviarme un mensaje.
De su bolsillo sacó una moneda dorada, y Harry la reconoció como uno de los falsos galeones que el Ejército de Dumbledore había usado para mandarse mensajes entre ellos.

-¿Ejercito de Dumbledore?—dijeron varios extrañados.

-Es lo que dice—confirmó Ángela.

-Parece, señor—dijo Lily sonriendo—que Harry no es el único al que le son fieles.

-Me siento muy alagado—dijo el director con una sonrisa y una reverencia, pero pese a eso sus ojos permanecían sombrios.

-Nos han venido genial, -dijo Neville, sonriéndole a Hermione-.

-¿Por qué no me extraña que ella tenga algo que ver?—dijo Remus sonriendo.

Los Carrow nunca han sabido como nos comunicábamos, se volvían locos. Solíamos salir furtivamente por la noche y poníamos graffitis en las paredes: El Ejército de Dumbledore sigue reclutando, cosas como esa. Snape lo odiaba.

-Ese ejercito de Dumbledore es genial!—dijo Sirius emocionado—y además hacen enojar a Quejicus! ¿Qué más podemos pedir?

-¿Solían? -dijo Harry, que había notado el tiempo pasado utilizado en la oración.
-Bueno, se hizo cada vez mas difícil, -dijo Neville-. Perdimos a Luna en Navidad, Ginny no regresó después de la Pascua, y nosotros tres éramos los supuestos líderes. Los Carrow parecieron darse cuenta de que yo estaba tras muchas de las cosas que estaban sucediendo, así que empezaron a lanzarse sobre mi despiadadamente, y luego atraparon a Michael Corner liberando a un alumno de primer año al que habían encadenado, y lo torturaron muy duramente. Eso asustó a la gente.

El pasado comentario de Sirius pareció no haber sucedido jamás, la rabia los lleno a todos, varios gritaron algunas palabras obscenas, mientras la furia de Dumbledore se dejaba notar mientras se ponía en pie y caminaba de un lugar a otro, albus quien jamás perdía el control de sus emociones estaba completamente ofendido.

-No me digas -murmuró Ron, en el momento que el pasadizo comenzaba a elevarse formando una pendiente.
-Si, bueno, no podía pedirle a las personas que pasaran por lo mismo que había pasado Michael, así que dejamos de hacer ese tipo de cosas. Pero aún seguíamos luchando, haciendo cosas clandestinas justo hasta hace un par de semanas. Supongo que en ese momento fue cuando decidieron que había solo una manera detenerme, y fueron en busca de mi abuela.

-No!—casi gritó Frank preocupado por su madre.

-Seguro que Augusta esta bien—dijo alice—ya sabes como es, es una bruja muy buena, bastante hábil—Frank asintió con la garganta seca.

-¿Qué hicieron que? -dijeron Harry, Ron y Hermione al mismo tiempo.
-Si, -dijo Neville, jadeando un poquito ahora, debido a que el pasadizo se había vuelto muy empinado, -Bueno, puedes adivinar su forma de pensar. El plan de secuestrar niños para forzar a sus familiares a comportarse había funcionado realmente bien. Supongo que era solo cuestión de tiempo antes de que lo hicieran al revés. El asunto fue que -se volvió hacia ellos, y Harry se quedó pasmado al ver que estaba sonriendo- (Frank se relajó visiblemente) mordieron un poco mas de lo que podían masticar cuando fueron a buscar a la abuela. Probablemente pensaron que para atrapar a una pequeña y vieja bruja que vivía sola, no necesitarían mandar a alguien particularmente poderoso. Sin embargo -Neville se echó a reír-, Dawlish todavía esta en St. Mungo y la abuela se dio a la fuga. Me mando una carta -Se palmeo el bolsillo superior de la túnica con la mano-, diciéndome que estaba orgullosa de mi, y que era digno hijo de mis padres, y que siguiera así.

-Mi madre nunca cambiara—dijo Frank entre risas—me alegra que este bien.

-Te lo dije—contestó alice con dulzura.

-Genial, -dijo Ron.
-Si -dijo Neville alegremente-. El único problema fue que cuando se dieron cuenta de que no tenían por donde agarrarme, decidieron que después de todo, Hogwarts podría arreglárselas sin mi. No sé si planeaban matarme o enviarme a Azkaban, de cualquier manera, sabía que era el momento de desaparecer.

-¿Desaparecer?—dijo Remus confundido—¿el pasadizo no llevaba a Hogwarts?

Los demás se encogieron de hombros sin saber que decir.

-Pero, -dijo Ron, viéndose completamente confundido-, ¿no vamos… no vamos directamente hacia Hogwarts?
-Por supuesto, -dijo Neville-. Ya verán. Ya llegamos.

Tenían el ceño fruncido en señal de confusión, y se preguntaban, con cierto temor, a que parte exacta del castillo los llevaría el pasadizo.

Doblaron en una esquina y allí delante de ellos estaba el final del pasadizo. Otro corto tramo de escalones llevaban a una puerta igual a la que estaba escondida detrás del retrato de Ariana. Neville la abrió y pasó a través de ella. Mientras Harry lo seguía, pudo oír a Neville gritándole a unas personas que estaban todavía fuera de su vista: -¡Miren quien es! ¿No se los había dicho?

-Parece un lugar seguro—especuló Frank—para que Neville este gritando a los cuatro vientos que Harry este allí.

-Eso espero—dijo james preocupado por su hijo.

Cuando Harry emergió del pasadizo adentrándose en la habitación, se oyeron varios gritos y alaridos: ¡HARRY! ¡Es POTTER! ¡Ron! ¡Hermione!

-Son populares—intentó bromear Sirius con escaso éxito.

Tuvo una confusa impresión de colgaduras de colores, de lámparas y varios rostros. Al instante, él, Ron y Hermione fueron achuchados, abrazados, palmeados en la espalda, sus cabellos alborotados, sus manos estrechadas, por lo que parecían ser mas de veinte personas. Bien podría haberse tratado de una celebración por haber ganado la final de Quidditch.

-Potter tenia que ser—dijo Lily resignada, con una sonrisa en los labios y negando con la cabeza—ni siquiera en medio de una guerra deja de pensar en Quidditch.

-Tu lo has dicho, cielo—james sonreía abiertamente—es un Potter!.


-¡Ok, Ok, calmense! -gritó Neville, y la multitud empezó a alejarse.

-Parece que si es el líder—dijo alice.

-El líder de la resistencia en Hogwarts—confirmó Frank con orgullo.

Harry fue capaz de apreciar lo que lo rodeaba. No reconocía el dormitorio. Era enorme, y parecía mas bien como el interior de una particularmente suntuosa casa de árbol, o tal vez un gigantesco camarote de barco. Hamacas multicolores colgaban del techo y de la galería que corría a lo largo de las paredes cubiertas de paneles de madera y sin ventanas, que estaban cubiertas por brillantes tapices. Harry vio el león dorado de Gryffindor, engalanado de rojo; el tejón negro de Hufflepuff, contrastando sobre un fondo amarillo; y el águila color bronce de Ravenclaw, sobre fondo azul. El plata y verde de Slytherin era el único que estaba ausente.

-Y no me extraña—dijeron james y Sirius al tiempo.

-Es una lástima—dijo Dumbledore que seguía reflexionando—la mayoría de esos niños han sido mal influenciados por sus padres y por eso es que piensan así.


Había estanterías repletas, unas pocas escobas apoyadas contra las paredes, y en una esquina una gran radio inalámbrica recubierta en madera.

-Para oir pottervigilancia, seguro!—se alegró Remus—sea donde sea que estén es genial. ¿me preguntó como hacen para que no los encuentren?.

-Tienes razón—confirmó Frank—porque no parece un sitio armado de un día para otro y que sea fácil de trasladar.

-¿Dónde estamos?
-¡La Sala de Menesteres, por supuesto! -dijo Neville-. Se supero a si misma, ¿verdad?

-Es la segunda vez que nombran esa sala—dijo james—yo quiero saber donde esta!

-Tal vez lo digan en este capitulo—dijo Sirius—en cuanto lo sepamos…


-En cuanto lo sepamos nada—dijo Lily

-Lily tiene razón—apoyó Ángela—tenemos cosas que hacer, no podemos perder el tiempo con un capricho de ustedes solo porque no la conocen.

-Pero—protestaron james y Sirius al tiempo mientras Remus reia.

-Pero nada!—zanjaron Lily y Ángela al tiempo.

 Los Carrow me estaban persiguiendo, y sabía que tenía solo una oportunidad de encontrar un refugio: ¡Me las ingenié para encontrar la puerta y esto fue lo que encontré! Bueno, no era exactamente así cuando yo llegué, era mucho mas chica, había solo una hamaca y los tapices eran todos de Gryffindor. Pero se fue expandiendo a medida que iban llegando mas integrantes del ED.

-Y hasta tiene diminutivo y todo—dijo Sirius que parecía encantado con la idea del ED.

-¿Y los Carrow no pueden entrar? -preguntó Harry, mirando alrededor buscando la puerta.
-No, -dijo Seamus Finnigan, a quien Harry no había reconocido hasta que habló: El rostro de Seamus estaba amoratado e hinchado-. Es un refugio apropiado, siempre y cuando uno de nosotros permanezca dentro, no pueden llegar a nosotros, la puerta no se abre. Todo gracias a Neville. Realmente entiende esta habitación. Tienes que pedir exactamente lo que necesitas… como por ejemplo, "No quiero que ningún partidario de los Carrow sea capaz de entrar"… ¡y lo hace para ti! Solo tienes que asegurarte de ser preciso y prestar atención a los detalles. ¡Neville es genial!

Alice y Frank no pudieron evitar las sonrisas de orgullo al escuchar como hablaban de su hijo, se miraron a los ojos y se sonrieron mutuamente.

-En realidad es bastante sencillo, -dijo Neville modestamente-. Había estado aquí alrededor de un día y medio, estaba realmente hambriento, y deseando conseguir algo de comer, y ahí fue cuando el pasadizo hacia Hog's Head se abrió. Lo atravesé y conocí a Aberforth. Nos ha estado abasteciendo de comida, porque por alguna razón, esa es realmente la única cosa que la habitación no fabrica.

-Ley de Gamp sobre transformación elementales—recitaron Lily y Remus.

-Si, bueno, la comida es una de las cinco excepciones a la Ley de Gamp sobre Transfiguración Elemental, -dijo Ron para asombro de todo el mundo.

Un segundo de silencio luego de esa frase y después todos rompieron a reir.

-Vaya, ¿Quién lo diría?—se burló Sirius—Ron realmente escucha lo que Hermione dice.

-Creo que es como tu, james—se unió Remus a la burla—cuando empezaste a salir con Lily.

-Muy gracioso—dijo james fulminándolo con la mirada y parando de reir, lo que consiguió que los otros rieran más fuerte, cuando se calmaron, Ángela siguió con la lectura.

-Así que nos hemos estado escondiendo aquí durante casi dos semanas, -dijo Seamus-, y simplemente fabrica mas hamacas cada vez que necesitamos espacio, y hasta hizo brotar un baño bastante decente cuando empezaron a venir chicas…

-Esa..—empezó james.

-Sala..—le siguió Sirius.
-Te da todo lo que pidas!—terminaron al tiempo—fascinante!

-… bueno, es que pensamos que nos gustaría asearnos un poco, -añadió Lavender Brown, a quien Harry no había visto hasta ese momento. Ahora que miraba detenidamente a su alrededor, reconoció varios rostros familiares. Ambas mellizas Patil estaban allí, y Terry Boot, Ernie Macmillan, Anthony Goldstein, y Michael Corner.

-Solo puedo decir que me alegra que esa sala le de seguridad a los estudiantes—dijo Dumbledore serio, nunca había estado así, ni siquiera durante las reuniones de la orden.

-No obstante, cuéntanos que has estado haciendo, -dijo Ernie-. Ha habido tantos rumores, hemos tratado de seguirte el rastro con Pottervigilancia. -Dijo apuntando hacia la radio inalámbrica-. ¿ irrumpiste en Gringotts?

Sirius iba a decir algo, pero Ángela y Lily lo silenciaron con la mirada, el animago se limito a mirar a james y sonreir, su amigo le contesto con una sonrisa idéntica

-¡Lo hicieron! -dijo Neville-. ¡Y lo del dragón también era cierto!
Hubo unos pocos aplausos e incluso algunos gritos; Ron hizo una reverencia.

-Ese chico es demasiado parecido a ti para su propio bien—le dijo Lily a Sirius.

-no se parece tanto—negó el otro—yo ya le habría dicho a Hermione lo que siento.

-Sí claro—ironizó Ángela fulminándolo con la mirada—por eso esperaste dos años a decidirte a decírmelo ¿verdad?

-Yo…bueno..este—dijo incomodo—sabes que te amo ¿no?.

-Lo sé—contestó besándolo—y yo a ti—james se guardó la burla solo por la mirada de Lily, aunque por supuesto, el estaba tan contento por sus amigos como su esposa.

-¿Qué estaban buscando? -preguntó Seamus ávidamente.
Antes de que alguno de ellos pudiera eludir la pregunta con una propia, Harry sintió un terrible dolor punzante en la cicatriz con forma de rayo.

-Oh, no!—se lamentó Lily—Voldemort!

Mientras le daba la espalda velozmente a los rostros curiosos y deleitados, la Sala de Menesteres se desvaneció, y se encontró de pie dentro de una ruinosa cabaña de piedra, las podridas tablas del piso que estaban a sus pies habían sido arrancadas, y una caja dorada que había sido desenterrada yacía abierta y vacía al lado del agujero, y el grito de furia de Voldemort vibraba dentro de su cabeza.

-creo que acabamos de descubrir donde esta otro horrocrux—dijo Dumbledore.

-¿Lo hicimos?—preguntaron los otros.

-Oh, desde luego que lo hicimos—contestó con una sonrisa, dejando de lado momentáneamente la futura situación de Hogwarts—estoy seguro de que esa es la vieja casa de los gaunt.

-¿La de la madre de Voldemort?—preguntó Lily y cuando Dumbledore asintió siguió—pero ¿no es un escondite poco seguro?, quiero decir, cualquier podría entrar en la casa y sacar el horrocrux.

-El confía en que nadie conoce su descendencia—le explicó Dumbledore—Voldemort es extremadamente arrogante, cree que nadie puede superar algo que el haga, cree que es invencible.

-Imbecil—dijo Sirius.

-Supongo que entonces allá está el anillo—dijo Lily dándose golpecitos en el labio.

-Eso creo—confirmó Dumbledore.

-Perfecto—dijo Ángela antes de regresar a leer—uno menos del que tenemos que descubrir su paradero.—los demás se mostraron de acuerdo.
Con un enorme esfuerzo se arrancó de la mente de Voldemort nuevamente, regresando a la Sala de Menesteres donde permanecía de pie tambaleándose, el sudor corriéndole por el rostro mientras Ron lo sujetaba.
-¿Estas bien, Harry? -Estaba diciendo Neville-. ¿Quieres sentarte? Supongo que estarás cansado, ¿verdad…?
-No, -dijo Harry. Miro a Ron y a Hermione, tratando de decirles con la mirada que Voldemort acababa de descubrir la pérdida de uno de sus otros Horrocruxes. El tiempo corría deprisa: Si Voldemort elegía visitar Hogwarts a continuación, perderían su oportunidad.

-Es verdad, tienen que darse prisa!—Frank mostraba su talento de auror.

-Es necesario que nos pongamos en marcha, -dijo, y sus expresiones le dieron a entender que habían comprendido.

Remus, james y Sirius se miraron y sonrieron, estando seguros de que, exactamente igual que ellos, Harry, Ron y Hermione se entendían con una sola mirada.

-¿Entonces, que vamos a hacer, Harry? -preguntó Seamus-. ¿Cuál es el plan?
-¿Plan? -repitió Harry. Estaba empleando toda su fuerza de voluntad para evitar ser arrastrado nuevamente por la furia de Voldemort: Su cicatriz aún ardía-. Bueno, hay algo que Ron, Hermione y yo debemos hacer, y luego nos largaremos.

-Eso no les va a gustar nada—dijo Remus—tienen esperanza de que Harry este allí para ayudarlos.

-Y es lo que esta haciendo—defendió Lily a su hijo—buscando la forma de acabar con Voldemort.

-Pero eso ellos no lo saben—le recordó Alice.

-Tienes razón—Lily suspiró y Ángela siguió leyendo.

Ya nadie se reía ni alentaba. Neville se veía confundido.
-¿Qué quieres decir con "nos largaremos"?
-No hemos venido a quedarnos, -dijo Harry, frotándose la cicatriz, tratando de aliviar el dolor-. Hay algo importante que debemos hacer…
-¿Qué?
-No… no puedo decírtelo.

-Eso les gustara aún menos—dijo Remus y los demás asintieron.

Ante esto se alzo un murmullo generalizado: Las cejas de Neville se contrajeron.
-¿Por qué no puedes decírnoslo? Tiene algo que ver con la lucha contra Tu-sabes-quien, ¿verdad?

-Por supuesto!—dijo James—me alegra que todos lo sepan.

-Bueno, si…
-Entonces te ayudaremos.

No pudieron evitar sonreir, que los chicos estuviesen tan dispuestos a ayudar a derrotar a Voldemort les daba esperanza, les hacia creer que si era posible terminar con esa guerra.

Los otros miembros del Ejercito de Dumbledore asentían, algunos con entusiasmo otros solemnemente. Un par de ellos se levantó de sus sillas para demostrar su disposición para entrar inmediatamente en acción.

-No lo convencerán—dijo James—si se parece en a mí en las cosas que creo, no aceptara que otros se pongan en peligro, para el ya es demasiado duro que lo hagan Ron y Hermione.

-Es cierto—dijo Lily—pero tampoco debe hacerlo todo solo, tampoco tu debes hacerlo.

James le sonrió antes de que Ángela siguiera leyendo.

-No lo entienden -a Harry le parecía que había dicho lo mismo muchas veces en las pasadas horas.-No… no podemos decíñp. Debemos hacerlo… solos.

-si claro, y eso los va a calmar—dijo Frank sarcástico.

-¿Por qué? -preguntó Neville.
-Porque… -en su desesperación por empezar a buscar el Horrocrux que les faltaba o al menos tener una conversación privada con Ron y Hermione acerca de donde podían comenzar a buscar, Harry encontraba difícil coordinar sus pensamientos. La cicatriz todavía le quemaba-. Dumbledore nos dejó una tarea a nosotros tres, -dijo cuidadosamente-, y se supone que no debemos divulgarlo… quiero decir, deseaba que la hiciéramos nosotros, solamente nosotros tres.

Dumbledore se preguntó de nuevo, como lo había hecho tantas otras veces, porque había dicho que tan solo ellos tres, era cierto que era información que no se podía compartir con cualquiera, pero muchos miembros de la orden eran de su entera confianza, sin ir muy lejos, estaba seguro de que Remus Lupin estaría totalmente dispuesto a ayudar a Harry en su misión, al igual que los weasley y muchos otros, esperaba encontrar respuesta a esa pregunta pronto.

-Nosotros somos su ejército -dijo Neville-. El Ejército de Dumbledore. Estabamos todos juntos en esto, lo mantuvimos funcionando mientras ustedes tres estaban por ahi…
-No ha sido exactamente un paseo por el campo, compañero, -dijo Ron.

-no creo que Neville quisiera decir eso—dijo Alice defendiendo a su hijo de Ron.

-Nunca dije eso, pero no veo porque no pueden confiar en nosotros. Cada uno de nosotros ha estado luchando, y nos hemos visto forzados a venir aquí porque los Carrow nos estaban cazando. Todo el mundo aquí dentro ha probado su lealtad a Dumbledore… su lealtad a ti.

Y vaya que son leales, pensaban todos, se asombraban sobre todo de que los chicos que más apoyaban a Harry, estuviesen aun en el colegio.

-Mira, -comenzó Harry, sin saber muy bien que iba a decir, pero no importó. La puerta que daba al túnel se acababa de abrir detrás de él.
-¡Recibimos tu mensaje, Neville! ¡Hola a ustedes tres, pensé que podrían estar aquí!

-¿Qué creen que pase ahora?—preguntó Lily—estan llegando todos, ¿y si hay una batalla?

-Todos estarán bien—dijo james para converse a su esposa y a si mismo.

Eran Luna y Dean. Seamus soltó un gran rugido de felicidad y corrió a abrazar a su mejor amigo.

-Deben llevar tiempo sin verse—dijo Sirius entendiendo perfectamente a Seamus—siempre se extraña a los amigos, pero en tiempos oscuros aún más.

-¡Hola, a todo el mundo! -dijo Luna alegremente-. ¡Oh, es grandioso estar de vuelta!
-Luna, -dijo Harry distraído-, ¿Qué estas haciendo aquí? ¿Cómo supiste…?

-eso! ¿Cómo supo?—preguntó Frank sospechando la respuesta.

-Yo la mande a buscar, -dijo Neville, sosteniendo el falso galeón-. Le prometí a Ginny y a ella que si aparecías se lo haría saber. Todos pensamos que si volvías, iba a significar la revolución. Que íbamos a derrotar a Snape y a los Carrow.

-Ponen todas sus esperanzas en Harry—dijo Lily sin saber exactamente como sentirse al respecto.

- Por supuesto que eso es lo que significa, -dijo Luna vivamente-. ¿No es así, Harry? ¿Lucharemos para expulsarlos de Hogwarts?
-Escuchen, -dijo Harry con un creciente sentimiento de pánico-. Lo siento, pero no he vuelto para eso. Hay algo que debemos hacer y después…

-Pobres!—se lamentó Alice—están convencidos de que se van a librar por fin de Snape y de los Carrow y ahora Harry les dice que no puede, es una pena.

-¿Nos vas a dejar en este enredo? -reclamó Michael Corner.
-¡No! -dijo Ron-. Lo que estamos haciendo beneficiará a todo el mundo al final, se trata de intentar librarnos de Ya-sabes-quien…
-¡Entonces déjennos ayudar! -dijo Neville enfadado-. ¡Queremos tomar parte en ello!
-No cualquiera se ofrece a ayudar a derrotar a Voldemort—dijo Remus admirado—esos chicos son muy valientes.

Hubo otro ruido detrás de ellos, y Harry se giró. Pensó que se le paraba el corazón: Ginny estaba saliendo del agujero en la pared, siguiéndola de cerca venían Fred, George y Lee Jordan. Ginny obsequió a Harry con una radiante sonrisa. Se había olvidado, o nunca había apreciado realmente lo guapa que era, pero nunca se había sentido menos contento de verla.

-Pobre Harry—dijo Lily con tristeza—debe ser una tortura estar lejos de la persona que ama.

-Más aún cuando sabe que ella también lo ama—opinó james mirando a Lily con profundo amor.

-Aberforth esta un poco enfadado, -dijo Fred, levantando la mano en respuesta a varios gritos de bienvenida-. Quiere dormir un poco, y su bar se ha convertido en una estación de trenes.

Dumbledore medio sonrió pensando en la cara que debía estar poniendo su hermano.

Harry se quedó con la boca abierta. Justo detrás de Lee Jordan venía la antigua novia de Harry, Cho Chang. Le sonrió.

-Eso le va a encantar a Ginny—se burló Sirius.

-Me llegó el mensaje, -dijo, sosteniendo en alto su propio galeón falso y avanzó para sentarse al lado de Michael Corner.
-¿Así que cual es el plan, Harry? -dijo George.
-No hay un plan, -dijo Harry, aún desorientado por la súbita aparición de toda esa gente, incapaz de absorberlo todo mientras la cicatriz continuaba ardiéndole fieramente.
-Entonces improvisaremos, ¿verdad? Esos son mis preferidos, -dijo Fred.

-No se hacen una idea de lo mucho que me gustan estos gemelos—dijo Sirius sonriendo con socarronería.

-¡Tienes que detener todo esto! -le dijo Harry a Neville-. ¿Para que les has pedido que volvieran? Esto es una locura…
-Vamos a luchar, ¿verdad? -dijo Dean, sacando su falso galeón-. ¡El mensaje decía que Harry había regresado, y que íbamos a luchar! Aunque tengo que conseguir una varita…
 James no pudo evitar recordar la parte en la que se leyó su muerte, desarmado ante Voldemort pero con ganas de luchar, espantó esos pensamientos de su mente y prestó atención a la lectura.

-¿No tienes varita? -comenzó Seamus.
Repentinamente Ron se volvió hacia Harry.
-¿Por qué no pueden ayudarnos?
-¿Qué?
-Pueden ayudar. -bajo la voz, para que nadie aparte de Hermione, que estaba parada entre los dos, lo escuchara, y dijo-. No sabemos donde esta. Debemos encontrarlo rápido. No tenemos que decirles que es un Horrocrux.

-eso podría funcionar—aprobó Frank.

Harry miró de Ron a Hermione, que murmuró
-Creo que Ron tiene razón. Ni siquiera sabemos que es lo que estamos buscando, los necesitamos. -y como Harry no parecía muy convencido, añadió-, No tienes que hacerlo todo tú solo, Harry.

-eso hijo, escúchala!—le instó Lily como si el Harry del libro pudiese escucharla.

Harry pensó rápido, su cicatriz aún ardiendo, su mente amenazando con volver a dividirse. Dumbledore le había advertido que no le contara a nadie lo de los Horrocruxes exceptuando a Ron y Hermione. Secretos y mentiras, así era como había crecido, y en Albus… era innato… ¿Se estaba convirtiendo en Dumbledore, manteniendo secretos apretados en el pecho, temiendo confiar? Pero Dumbledore había confiado en Snape, y ¿Adonde lo había llevado eso? A ser asesinado en la cumbre de la torre mas alta…

-Bueno, pero es que Quejicus es un caso aparte—dijo Sirius de inmediato.

-Así es—aprobó james—y como dijo Neville, todos allí han probado su lealtad hacia Harry y hacia Dumbledore.

-Esta bien, -dijo en voz baja a los otros dos-. Ok, -gritó hacia la totalidad de la habitación, y todo ruido cesó: Fred y George, que habían estado gastando bromas a aquellos que tenían mas cerca, se quedaron en silencio y todos permanecían alerta, excitados.
-Hay algo que debemos encontrar, -dijo Harry-. Algo… algo que nos ayudara a derrocar a Ya-sabes-quien. Esta aquí en Hogwarts, pero no sabemos donde. Puede haber pertenecido a Ravenclaw. ¿Alguien ha oído hablar acerca de un objeto como ese? ¿Por ejemplo, alguien ha visto algún objeto que llevara su águila?

-Es Imposible que alguno de ellos sepa sobre la diadema—dijo Lily—pero entonces no me explico el titulo del capitulo, si la mencionan será por algo.

Miro esperanzadamente hacia el pequeño grupo de Ravenclaws, a Padma, Michael, Terry y Cho, pero fue Luna, que estaba encaramada sobre el brazo de la silla de Ginny, la que contestó.
-Bueno, esta su diadema perdida. Te hable sobre ello, ¿recuerdas Harry? ¿La diadema perdida de Ravenclaw? La que papá estaba tratando de duplicar.
-Si, pero la diadema perdida, -dijo Michael Corner, poniendo los ojos en blanco-, esta perdida, Luna. Es lo malo.

-no me gusta la actitud que tiene ese chico con Luna—dijo Lily indignada.

-¿Cuándo se perdió? -preguntó Harry.
-Dicen que hace siglos, -dijo Cho, y Harry sintió que se le hundía el corazón-. El Profesor Filtwick dice que la diadema se desvaneció junto con la misma Ravenclaw. La gente la ha buscado, pero -apeló a sus compañeros de Ravenclaw- . Nadie ha encontrado ni rastro de ella, ¿verdad?
Todos asintieron.
-Lo siento pero, ¿Que es una diadema? -preguntó Ron.

-Ay, Ron por favor, ubicate!—se burló Sirius—oigan—dijo cuando todos rieron—¿qué es una diadema?

-Ay, Sirius—negó Lily—eres imposible.

-Es una especie de corona, -dijo Terry Boot-. Se supone que la de Ravenclaw tenía propiedades mágicas, acrecentaba la sabiduría del portador.
-Si, los Wrackspurt siphons de papá…
Pero Harry interrumpió a Luna.

-Harry no seas grosero—regañó Lily.

-Pelirroja ¿sabes que le estas hablando a un libro?—dijo con burla.

-Cállate Black!—le dijo.

-Lo que tu digas, EVANS!—resaltó Sirius.

-Soy Potter!—reclamó Lily.

-Lo sé, pero tu me llamaste Black, así que yo puedo llamarte Evans.

Lily dio un bufido exasperado pero no discutió más: sabia que era un caso perdido.

-¿Y ninguno de ustedes ha visto nunca nada parecido?
Todos sacudieron la cabeza nuevamente. Harry miró a Ron y Hermione y su propia desilusión se vio reflejada en ellos. Un objeto que había estado perdido tanto tiempo, y aparentemente sin dejar rastro, no parecía un buen candidato para ser el Horrocrux escondido en el castillo… Sin embargo, antes de que pudiera formular la siguiente pregunta, Cho habló nuevamente.

-esta chica quiere que Ginny la asesine—dijo Sirius.

-Si quieres hacerte una idea de cómo se supone que es la diadema, puedo llevarte a nuestra sala común y mostrártela, Harry. Ravenclaw la lleva puesta en la estatua que tenemos de ella.
La cicatriz de Harry ardió nuevamente. Por un momento la Sala de Menesteres osciló ante el, y en cambio se vio volando con la negra tierra debajo de él y sintió a la gran serpiente enrollada sobre sus hombros. Voldemort estaba volando otra vez, si hacia el lago subterráneo o hacia aquí, al castillo, no lo sabía.

-Espero que sea hacia el lago subterráneo—dijo Frank.

-Y ojala se ahogué—añadió Sirius logrando algunas risas.

De cualquier forma, apenas le quedaba tiempo.
-Se esta moviendo, -dijo quedamente a Ron y Hermione. Miró a Cho y luego volvió su vista hacia ellos-. Escuchen, se que no es una gran pista, pero voy a echarle un vistazo a esa estatua, al menos para saber como es la diadema. Espérenme aquí y manténganse a salvo el..otro

-No creo que saber como es sirva de algo—negó Sirius.

-No estoy tan segura—contradijo Lily—hay miles de diademas, de diferentes formas, saber como es, sí es que ese es el horrocrux, ayudara.

Cho se había puesto de pie, pero Ginny dijo bastante ferozmente,
-No, Luna guiará a Harry, ¿verdad Luna?

-Ginny esta celosa—se burló Sirius en medio de carcajadas.

-Eso le pasa a esa niña por dárselas de inteligente con Harry—dijo James—mi hijo estará con Ginny, y como buen Potter se enamorará una sola vez.


-Oooh, si, me gustaría, -dijo Luna alegremente, mientras Cho se sentaba
nuevamente, desilusionada.
-¿Cómo salimos? -le preguntó Harry a Neville.

-No parece que a Harry le moleste que no sea Cho—dijo Sirius de nuevo burlándose.

-Por aquí.
Llevó a Harry y a Luna hacia un rincón, donde un pequeño armario se abría hacia una empinada escalera. -Cada día aparece en un lugar distinto, por eso nunca han podido encontrarla, -dijo-. El único problema es que nunca sabemos exactamente donde vamos a terminar cuando salimos. Ten cuidado, Harry, siempre patrullan los corredores por la noche.

-si, ten cuidado—dijo Lily tensa y Sirius supo que no era una buena idea bromear.

-No hay problema, -dijo Harry-. Nos vemos en un rato.
Luna y el se apresuraron a subir la escalera, que era larga, estaba alumbrada por antorchas, y presentaba esquinas en lugares inesperados. Al final llegaron a lo que aparentaba ser una pared sólida.
-Ponte aquí debajo, -le dijo Harry a Luna, sacando la capa de invisibilidad
y colocándola por encima de ambos.

-No me voy a cansar de decir lo útil que es esa capa—Lily miró a su esposo que le contestó con un encogimiento de hombros como queriendo decir "lo sé"

Le dio un pequeño empujón a la pared.
Cuando la tocó se desvaneció y se deslizaron afuera. Harry miró hacia atrás y vio que se había vuelto a cerrar herméticamente. Estaban de pie en un oscuro corredor. Harry tiró de Luna hasta estar entre las sombras, busco dentro del bolsito que tenía alrededor del cuello y saco el Mapa del Merodeador.

-Y también el mapa, tienes que reconocerlo pelirroja—dijo Sirius.

-Esta bien, también el mapa—concedió.

Sosteniéndolo cerca de la nariz busco y al fin localizó los puntitos que eran él y Luna.
-Estamos en el quinto piso, -susurró, mirando como se movía Filch alejándose de ellos a un corredor de distancia. -Vamos, por aquí.
Partieron. Harry había merodeado muchas veces por el castillo de noche antes,

-Bien hecho hijo!—dijo james—perdón Lils!—se apresuró a añadir ante la mirada de su esposa.

pero nunca le había latido el corazón tan rápidamente, nunca nada tan importante había dependido de que realizara su travesía a salvo por él.
A través de cuadrados de luz de luna que brillaban en el piso, pasaron frente a piezas de armadura cuyos cascos crujían ante el sonido de sus suaves pisadas, doblando esquinas al otro lado de las cuales quien sabía lo que acechaba. Harry y Luna caminaron, examinando el Mapa del Merodeador cada vez que la luz lo permitía, deteniéndose dos veces para permitir que un fantasma siguiera su camino sin prestarles atención.

-Espero que sirva de algo el que se haya arriesgado—dijo Lily preocupada.

-Descuida, ya sabes como es su instinto, saldrá bien de esta—dijo james y luego le sonrió—además, aunque no quieras, Harry es hijo de un merodeador, de algo debe servir ¿no?

Esperaba encontrar algún obstáculo en cualquier momento; su peor temor era que apareciera Peeves, y a cada paso aguzaba los oídos para ver si oía alguna señal que le indicara que el poltergeist se aproximaba.
-Por aquí, Harry, -jadeó Luna, agarrándole la manga y tirando de él hacia una escalera en espiral.

-Bueno, eso dejaría solo a hufflepuff—dijo Sirius.

-¿Qué?—dijeron los demás preocupados por su salud mental.

-Que antes leimos que Harry estuvo en la sala común de las serpientes, ahora va para la de ravenclaw, es un gryffindor, entonces solo le queda conocer la sala común de hufflepuff—explicó.

Ángela le dio un ligero golpe en la cabeza, Sirius murmuró un "ay", los demás rieron y la chica siguió leyendo.

Subieron siguiendo cerrados, vertiginosos círculos; Harry nunca había estado allí arriba antes. Al final llegaron a una puerta. No había pestillo ni agujero de cerradura: nada, solo una lisa extensión de madera antigua, y una aldaba de bronce en forma de águila.
Luna sacó la pálida mano, que parecía sobrenatural flotando en el medio de la nada, sin estar aparentemente conectada a un brazo o un cuerpo. Golpeó una vez, y en el silencio sonó como lo que a Harry le pareció un disparo de cañón. En seguida el águila abrió el pico, pero en vez de un piar de pájaro, una voz suave y musical, dijo, -¿Qué fue primero, el fénix o la llama?

-¿Cómo no lo pensamos antes?—James se dio un golpe en la frente—no conocen la contraseña.

-Oh, creo que no necesitaran una—dijo Dumbledore enigmáticamente.

-¿Qué quiere decir?—preguntó Sirius.

-Ya lo verán—contesto sin dar más detalles.

-Hmm… ¿Que piensas, Harry? -dijo Luna, pareciendo pensativa.
-¿Qué? ¿No tienen una contraseña?
-Oh no, tienes que responder una pregunta, -dijo Luna.

-¿Y Que pasa si no das la respuesta correcta?—preguntó james

-Supongo que tendrás que esperar a que llegue alguien que la conozca—dedujo Lily—por algo la inteligencia es vital para estar en esa casa.

-¿Qué pasa si das la respuesta incorrecta?
-Bueno, tienes que esperar a alguien que de la respuesta correcta, -dijo Luna-. De esa forma aprendes, ¿te das cuenta?
-Si… el problema es que no nos podemos permitir el lujo de esperar a nadie mas, Luna.
-No, ya veo lo que quieres decir, -dijo Luna seriamente-. Bueno entonces, creo que la respuesta es que un círculo no tiene comienzo.

-esa chica es…-dijo Sirius.

-Extraña, pero brillante—terminó james por el con la voz teñida de admiración.

-Bien razonado, -dijo la voz, y la puerta se abrió.
El desierto salón común era una habitación amplia y circular, mas etérea que cualquier otra que Harry hubiera visto nunca en Hogwarts. Graciosas ventanas abovedadas resaltaban sobre las paredes, de las que colgaban sedas de color azul y bronce. Durante el día, los Ravenclaw debían gozar de una vista espectacular de las montañas que los rodeaban.

-Suena genial—dijo Sirius—pero me quedo con la de gryffindor!

El techo era abovedado y tenía estrellas pintadas, que se repetian en la alfombra color azul medianoche. Había mesas, sillas y estanterias, y en un nicho que estaba en frente de la puerta se elevaba una alta estatua de mármol blanco.
Harry reconoció en ella a Rowena Ravenclaw por el busto que había visto en la casa de Luna.

-Tanto que se burlaron del busto—dijo Lily—y les sirvió para reconocer la estatua.


La estatua estaba al lado de una puerta que, supuso, llevaba a los dormitorios en el piso superior. Caminó a zancadas derecho hacia la mujer de mármol, que pareció devolverle la mirada con una burlona media sonrisa grabada en el hermoso aunque algo intimidante rostro.

-siempre se ha dicho que Ravenclaw era sumamente hermosa—dijo Lily.

-Así es -confirmó Dumbledore—la belleza de ravenclaw siempre ha sido aclamada, desde hace varias generaciones.


Sobre la cabeza llevaba una diadema de aspecto delicado que había sido reproducida en mármol. No era muy distinta de la tiara que Fleur había usado en su casamiento. Había diminutas palabras grabadas en ella. Harry salió de debajo de la capa y se trepó sobre el zócalo de la estatua para poder leerlas.
-Una inteligencia sin limietes es el mayor tesoro de los hombres.

-No lo creo—negó james—hay cosas más importantes.

-Como la amistad—secundaron Sirius y james

-O el amor—dijeron Lily y Ángela.

-La amistad es un tipo de amor—Dumbledore les sonrió—y cuento con la suerte de haber visto una de las amistades más fuertes en ustedes tres—señaló a Remus, james y Sirius—y al parecer la historia se repetirá en algunos años—terminó viendo al pequeño Harry.

-Lo que significa que tú eres bastante pobre, tonto, -dijo una voz cascada.

-No!!!—gritó Lily—lo van a atrapar! Lo van a atrapar!

-Tranquilizate, no esta solo!—le recordó james

Harry se giró, se resbaló del zócalo, y aterrizó en el piso. La figura de hombros inclinados de Alecto Carrow estaba de pie frente a él, e incluso mientras Harry levantaba la varita, presionó el rechoncho dedo índice sobre el cráneo y la calavera grabados en su antebrazo.

-Voldemort va a saber donde esta!!!—dijo Lily preocupada—irá por el.

-Calma—dijo Sirius antes de que james hablara—aún esta lejos, Harry tiene tiempo de escapar.

-Ángela por favor—pidió Lily—leamos el siguiente capitulo.

-No, ang descansa—negó Sirius y antes de que Lily replicará—leeré yo.

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