domingo, 25 de septiembre de 2011

Capitulo 25. El fabricante de varitas



-Kreacher!—murmuró sirius fuerte y claro, hacía años que no llamaba a ese elfo, pues desde pequeño había tenido diferencias con el elfo, nunca se habían llevado bien.

Al instante, con la tensión haciendo presencia en todos, una criatura bastante mayor a Binky hizo aparición en la mitad de la estancia, miró a todos lados sorprendido por el lugar donde se encontraba, antes de que sus ojos, inyectados en sangre, se clavaran en sirius, el elfo abrió los ojos como platos antes de hablar. Los niños observaron curiosos.

-El amo, amigo de los sangre sucia y traidores a la sangre ha llamado a Kreacher—dijo susurrando—y ha traído a Kreacher a la casa de la sangre sucia que mencionó la señorita Bella, la esposa del traidor a la sangre, ese tal Potter, kreacher se pregunta que diría su ama, kreacher no sabe porque después de tantos años el amo sirius lo busca, tal vez quiera que kreacher haga….

Todos escuchaban los insultos y rezongos del elfo, sirius se llenó de coraje, pero la siempre tranquilizadora presencia de Ángela le indicó que debía comportarse.

-Kreacher—dijo alto y elfo guardó silencio pero seguía mirándolo con rabia—te ordeno que no insultes a nadie en esta habitación, y te ordeno que lo que te voy a rebelar no se lo digas a absolutamente nadie.

-Como el amo ordene—el elfo hizo una pronunciada reverencia—kreacher esta para servir al amo, kreacher vive para servir a los Black, aunque el amo se junte con personas que la buena ama Walburga no admitiría en su casa.

-Es suficiente—dijo sirius, Ángela le tomó la mano para tranquilizarlo, sirius suspiró antes de hablar—kreacher te he llamado porque…porque—sirius no sabia como continuar, Lily y Alice le sonrieron para darle seguridad, mientras que james, Remus, Dumbledore y Frank asentían para instarle a continuar—kreacher se trata de Regulus

Al escuchar el nombre, kreacher se estremeció, sin embargo sirius siguió implacable con su relato

-Kreacher—dijo mirando al elfo a los ojos, la mirada de kreacher cambió, si bien seguía habiendo odio en su mirada, ahora se identificaba otro sentimiento, Lily pensó que podía ser nostalgia por el amo perdido—tu sabes que Regulus y yo éramos muy unidos cuando niños—el elfo asintió pero no pronunció palabra—y sabes que por motivos ajenos a los dos terminamos separándonos.

-El amo sirius dio la espalda a su familia—interrumpió el elfo con rabia—el amo Regulus siempre fue fiel a la ama Walburga y siempre estuvo orgulloso de sus sangre limpia

-Kreacher, te ordeno que me escuches y no me interrumpas—dijo sirius pero algo en su voz había cambiado, intentaba ser amable con el elfo, una vez kreacher asintió sirius continuo hablando, todos escuchaban atentamente—Kreacher, sabemos que Regulus se unió a voldemort siendo muy joven, pero también sabemos que murió cuando quiso abandonarlo.

Kreacher abría y cerraba la boca, sin duda quería interrumpir a sirius, decir algo halagador sobre Regulus, pero la orden directa que sirius le dio momentos antes se lo impedía.

-Kreacher—sirius tomó aire antes de seguir—tengo que decirte que todos los que estamos en esta habitación conocemos la historia de Regulus y la cueva, sabemos sobre su guardapelo.

Los ojos de kreacher se abrieron desmesuradamente, y gruesas lagrimas empezaron a bajar, era un espectáculo lamentable.

-Se que no puedes decirme nada, sé que Regulus te prohibió contárselo a nadie de la familia—siguió sirius—y no tienes que hablar de eso, lo sabemos todo, sabemos que Regulus murió en esa cueva, y tenemos—sacó de su bolsillo el guardapelo que recuperaron de la tienda—tenemos el relicario de Regulus, y sabemos cómo destruir el otro. ¿Estarías dispuesto a ayudarnos a hacerlo?.

Kreacher aún llorando asintió.

-¿Hay algo que quieras decirnos?—preguntó amablemente sirius, seguía sin amar completamente al elfo, pero los sollozos y las lagrimas que derramaba por su hermano desaparecido lo conmovían.

-El amo Regulus le ordenó a Kreacher dejarlo—decía el elfo hipando—kreacher no quería abandonarlo, pero el amo se lo ordeno, y kreacher..y kreacher—lloraba mas fuerte cada vez—y kreacher vio como se lo llevaban al fondo del lago—todos sentían pena por el elfo—y kreacher no ha podido cumplir con la orden del amo Regulus—sus pequeños puños empezaron a golpear su cabeza, sirius le ordenó detenerse ante la suplica de Alice, Ángela y Lily—kreacher no ha podido destruir el guardapelo del señor tenebroso.

-Tranquilízate—le dijo sirius con voz suave          -como ya te dije, sabemos cómo destruirlo.

-Kreacher se pregunta cómo encontraron el guardapelo—dijo tembloroso el elfo—el relicario del amo Regulus estaba en una cueva, kreacher lo dejó allí, y nadie mas que el señor tenebroso, el amo Regulus y kreacher sabia donde estaba la cueva, kreacher no le ha hablado a nadie de su existencia.

-Lo descubrimos—dijo sirius y su mirada se ensombreció—el profesor Dumbledore—dijo señalándolo—y yo recuperamos hace poco el guardapelo.

-¿El amo sirius…el amo sirius estuvo allí?—preguntó nervioso el elfo

-Sí—dijo y se estremeció, nunca había contado a los demás que había visto o recordado—estuve allí y..y…-los ojos de sirius brillaban, james se acercó a su hermano, al igual que Lily y Remus, Ángela no soltaba su mano—le vi—confesó sirius con voz débil y los demás temblaron imaginando la escena, Dumbledore pensó que sirius tenía una valentía sin igual—cuando me llevaban al fondo del lago, allí estaba—ahora elfo y amo derramaban lagrimas, pero no eran los únicos—Mi hermano, Regulus, estaba allí, era un guardia mas de la guarida de voldemort—Lily lo abrazó sin poder contenerse, Ángela hacia lo mismo, mientras james y Remus sostenían sus hombros intentando brindarle apoyo, Dumbledore observaba la escena con ojos brillantes, Alice lloraba siendo abrazada por Frank—los inferí me arrastraban al fondo, el…o mejor dicho su cuerpo venía ayudarles, pero cuando lo vi supe que tenía que sobrevivir—todos estaban sin palabras—supe que debía terminar lo que el comenzó, que no iba a permitir que su muerte fuera en vano, así que saqué fuerzas, me libre de ellos y regresé a la superficie—Observó de nuevo al elfo, que lloraba con renovado ímpetu—kreacher, Regulus fue muy valiente al hacer lo que hizo, fue excesivamente valiente al beber esa poción—los demás se preguntaron que había pasado por la mente de sirius al hacerlo, kreacher se estremeció seguramente recordado cuando el mismo la tuvo que beber—y lo fue aún mas al pedirte que lo dejaras allí y que destruyeras el guardapelo, tienes que estar orgulloso de haberle servido.

-Kreacher se siente orgulloso de haber servido al amo Regulus—dijo el elfo con voz entrecortada—kreacher cree que debió hacer mas por ayudarlo—continuó—pero kreacher esta ahora dispuesto a ayudar al amo sirius—el aludido asintió con los rastros de lagrimas brillando en sus mejillas—y kreacher sabe que el señor tenebroso debe caer, porque es lo que el valiente amo Regulus hubiese querido. Kreacher hará todo lo que pueda para ayudar al amo.

-Gracias kreacher—dijo sirius—ahora, por favor ve por el guardapelo de voldemort, y no le digas a nadie lo que hemos hablado

-Kreacher no le dirá a nadie—dijo el elfo haciendo reverencias—kreacher volverá en un minuto—Acto seguido desapareció con un sonoro Crack.

-Bien hecho, hermano—dijo james, pero sirius se limitó a asentir

-El estará orgulloso de ti—dijo Ángela adivinando sus pensamientos

-Al igual que todos lo estamos—continuó Lily sonriéndole—Regulus no pudo tener un mejor hermano

-¿De que sirve eso pelirroja si lo deje morir?—dijo abatido—¿de que sirve si no lo defendí de mi madre cuando era pequeño?, ¿de que sirve si lo dejé ir por el camino equivocado?

-Sirve—dijo james en voz decidida—porque a pesar de todo lo amas, porque sin importar lo que paso antes estas haciendo todo para que su muerte no sea en vano, vale la pena porque al final, las miles de veces que le dijiste que la sangre no significaba nada tuvieron efecto en el, porque al final, gracias a tu ejemplo, Regulus supo cual era el camino correcto.

-Gracias, cornamenta—contestó después de un segundo de silencio.

El elfo apareció tan pronto sirius dejó de hablar, traía consigo un relicario mas grande del que sirius tenía en sus manos, y en medio de una reverencia se lo ofreció a sirius

-Quiero que tú tengas este—dijo sirius haciendo lo mismo, que años en el futuro había hecho su ahijado, y con el mismo resultado: un elfo llorando descontroladamente a sus pies, cuando lograron calmarlo continúo—es lo que Regulus hubiese querido—se volvió hacia Dumbledore y le paso el guardapelo que kreacher le había dado—y ¿bien?, ¿es autentico?

-Así es—dijo el director después de examinarlo, repasando la S verde que estaba sobre el—es el horrocrux autentico

Todos miraron el objeto con odio, a ninguno le agradaba la idea de que un fragmento de alma de voldemort estuviese allí con ellos, pero sabían que era la única forma de derrotarlo.

-James ¿hay algún sitio donde podamos dejarlo?—preguntó Dumbledore

-Sí—contestó este poniéndose en pie—en mi despacho en la biblioteca, mi escritorio, solo lo podemos abrir, Lily, sirius, Remus y yo—contestó—Pettegrew también sabe cómo, pero no hay forma de que lo haga, y de cualquier forma no sabría lo que es.

Dumbledore se lo entregó, james acarició la cabecita de Harry al pasar por su lado, el niño se pegó a su pierna por lo que finalmente, y ante la sonrisa de Lily, james lo cargó y lo llevó con el.

Una vez james volvió de la biblioteca y dejo a Harry de nuevo junto a Neville, se dispusieron a leer de  nuevo, sirius le dio a kreacher la libertad de quedarse con ellos o volver a Grinmauld place, el elfo sorprendentemente aceptó quedarse, pero pidió permiso para ir a vigilar de vez en cuando sus tesoros en la casa Black, Dumbledore tomó el libro, y nadie tuvo objeciones en que el director leyera.


Capítulo 24 EL FABRICANTE DE VARITAS

Se preguntaron que tenía que ver Ollivander en el asunto, pero nadie hizo cometario alguno.

Fue como hundirse en una vieja pesadilla; por un instante Harry estuvo otra vez arrodillado junto al cuerpo de Dumbledore al pie de la torre mas alta de Hogwarts,

Dumbledore sintió una opresión en el pecho, al saberse tan querido por Harry, además del hecho de que a ni a el ni a ninguno le agrado la imagen que Harry describía, pues si a cualquiera de ellos le afectaba imaginarse el cuerpo sin vida de Dumbledore, no querían imaginar lo que había sentido Harry contemplándolo. El director siguió la lectura.


pero en realidad estaba mirando a un pequeño cuerpo acurrucado
sobre la hierba, perforado por el cuchillo plateado de Bellatrix.

-no comprendo cómo alguien puede ser tan despiadado—dijo Alice con rabia.

-Es Bellatrix—escupió sirius con rabia—es su estado natural.


 La voz de Harry todavía estaba diciendo, -Dobby... Dobby...- a pesar que sabía que el elfo se había ido a donde ya no podía llamarle de regreso.
Después de un minuto o algo así se dio cuenta de que, después de todo, habían llegado al lugar correcto, allí estaban Bill y Fleur, Dean y Luna, reuniéndose alrededor de él mientras se arrodillaban sobre el elfo.

-Al menos estan a salvo—dijo Lily aún consternada por la muerte de dobby

-Pelirroja—inquirió sirius, ya no había rastro de lagrimas en sus ojos, al parecer solo era decisión lo que existía ahora—¿te pondrías muy furiosa si me meto a hurtadillas en la casa de los Malfoy libero a Dobby?

-No—le contestó en el mismo tono, y con una sonrisa—pero estoy segura de que Ángela te mataría por hacer algo tan estúpido.

Sirius volvió su cabeza hacia su novia, y al ver su mirada colérica tragó saliva.

-Era solo un comentario, Ang—dijo haciendo que todos rieran.

Dumbledore, divertido por el comportamiento de sirius siguió leyendo.

-Hermione, -dijo de pronto-. ¿Dónde esta?

Ese libro era increíble, la risa de pocos segundos atrás se había desvanecido, lo último que supieron de hermione era que estaba siendo rescatada de debajo del candelabro, aún inconsciente.

-Ron la ha llevado adentro, -dijo Bill-. Se pondrá bien.

-Menos mal—suspiraron todos al tiempo

-Pobre hermione—se lamentó Lily—la tortura de Bellatrix tuvo que ser espantosa—dijo estremeciéndose

-Es fuerte—aseguró sirius con orgullo—estará bien.

Harry bajó la mirada hacia Dobby. Extendió una mano y tiró de la afilada hoja arrancándola del cuerpo del elfo, luego tomó su propia chaqueta y cubrió a Dobby con ella como si fuera una manta.

-disculpe señor—intervino la voz de kreacher—pero kreacher quiere saber si ese Dobby es el elfo domestico de los Malfoy, kreacher entiende si no le dicen nada, kreacher solo tiene curiosidad.

-Si, kreacher.—contestó Dumbledore—es ese Dobby.

Kreacher no dijo nada mas, pero se veía confundido, sirius le explicó a grandes rasgos lo que había ocurrido, y entre todos le contaron lo del libro, el elfo se sentía feliz de que confiaran en el, aunque cuando Lily le hablaba, aún se portaba algo reticente, y si bien no la insultaba, tampoco se dirigía a ella, ni le hablaba como a los demás. Después de eso Dumbledore siguió leyendo.


El mar se precipitaba sobre las rocas en algún lugar cercano; Harry lo escuchaba mientras los demás hablaban, discutiendo temas en los que él no podía interesarse, tomando decisiones. Dean llevó al herido Griphook dentro de la casa, Fleur se precipitó tras ellos. Ahora Bill estaba entendiendo realmente lo que Harry le decía. Mientras lo hacía, miraba fijamente al diminuto cuerpo, y su cicatriz punzó y ardió, y en una parte de su mente, visto como por el extremo equivocado de un largo telescopio, vio a Voldemort castigando a aquellos que habían quedado atrás en la Mansión Malfoy.

-Bien merecido se lo tienen—dijo james con rabia—espero que Bellatrix se lleve la peor parte.

Su rabia era terrible y aunque el dolor de Harry por Dobby parecía atenuarla, se convirtió en una tormenta distante que alcanzó a Harry a través del vasto y silencioso océano.


-Quiero enterrarlo como es debido -fueron las primeras palabras que Harry fue consciente de haber pronunciado- Sin magia. ¿Tienes una pala?

-Es un gesto realmente noble—opinó Frank

-Es cierto—apoyó Remus—Harry muestra respeto por todas las criaturas mágicas, incluyendo a los elfos.

-Sea lo que sea que vayamos a cambiar—dijo Lily—me aseguraré de no cambiar esa parte de Harry.

-Esta en sus venas, cariño—dijo james con ternura—siendo hijo tuyo ¿qué mas podíamos esperar?

Lily le sonrió a su esposo, y lo beso con cariño en la mejilla. Dumbledore siguió leyendo.

Y poco después se había puesto a trabajar, solo, excavando la tierra en el lugar que Bill le había mostrado al final del jardín, entre los arbustos. Cavó con cierta furia, disfrutando el trabajo manual, glorificándose en la falta de magia que había en aquello, cada gota de su sudor y cada ampolla los sentía como un regalo para el elfo que había salvado sus vidas.

-No se como lo haremos—dijo Ángela decidida—pero tenemos que encontrar la forma de liberar a Dobby.

-Ten por seguro de que lo haremos—convino james.

-Es una promesa de merodeador—dijo sirius

-Así es—finalizó Remus.

Su cicatriz ardía, pero era dueño del dolor, lo sentía y a la vez era ajeno a él. Había aprendido a controlarlo al fin, aprendido a cerrar su mente a Voldemort, la única cosa que Dumbledore había querido que aprendiera de Snape.

-¿Qué?—casi gritaron sirius y james.

-¿se puede saber por qué le encargo a ese mortifago algo tan importante?—reclamó james

-Estoy seguro de que solo hizo su mente aún mas vulnerable, le facilitó el acceso a voldemort—continuó sirius

-James—dijo Lily al tiempo que Ángela decía:-sirius!

-¿Qué?—protestaron de nuevo juntos

-No le hablen así a Dumbledore—dijeron de nuevo al tiempo

-Pero es un mortifago—hablaban perfectamente sincronizados, y los demás rieron por su tono de niños caprichosos a quien se les niega algo.

-y Dumbledore confiaba en el—refutó Remus

-y ¿que consiguió?—preguntó sirius

-Ser asesinado por el desde la torre de astronomía—concluyó james

-Es suficiente—dijo Dumbledore con firmeza—lo que haya pasado no lo sé, pero debemos seguir leyendo, tenemos que averiguar cuales son los Horrocruxes restantes

-Esta bien—aceptaron ambos de mala gana, los demás negaron con la cabeza divertidos, de nuevo por el tono de los dos, Dumbledore no hizo comentario alguno y siguió leyendo.


Tal como Voldemort no había podido poseer a Harry cuando Harry estaba consumido de dolor por Sirius,

-Lo ves canuto—dijo james con una sonrisa triste—hasta muerto ayudas a Harry.

-Lo sé—dijo este con una sonrisa petulante—soy genial.

Lily le tiró un cojín, que sirius divertido esquivó.

así sus pensamientos no podían penetrar la mente de Harry ahora
que velaba a Dobby. La tristeza, al parecer, expulsaba a Voldemort... aunque Dumbledore hubiera dicho que era el amor.

-A pesar de estar molesto con usted—dijo Frank—Harry lo recuerda mucho.

Dumbledore asintió con una sonrisa y siguió leyendo.

Harry cavaba, cada vez mas profundamente en la dura y fría tierra ahogando su desconsuelo en el sudor, negando el dolor de su cicatriz. En la oscuridad, con nada mas que el sonido de su propia respiración y el agitado mar por compañía, las cosas que habían pasado en la casa de los Malfoy volvían a él, las cosas que había escuchado volvían a él, y la comprensión floreció en la oscuridad...
El constante ritmo de sus brazos batía al ritmo de sus pensamientos. Relíquias..Horrocruxes…Relíquias…Horrocruxes… pero ya no ardía con ese extraño y obsesivo anhelo.

-Al parecer minicornamenta tiene una nueva idea en la cabeza—dijo sirius.

-Así parece—concordaron todos.


La pérdida y el miedo lo habían extinguido. Se sentía como si le hubieran despertado de nuevo. Harry profundizaba mas y mas la tumba, y mientras, sabía dónde había estado Voldemort esta noche, y a quién había matado en la celda mas alta de Nurmengard, y porqué.

-Grindelwald!—dijo Lily

-¿Voldemort asesinó a Gellert Grindelwald?—preguntó Ángela confundida.

-Si Grindelwald tenia la varita de sauco…-empezó Remus atando cabos.

-Es quiere decir que actualmente la varita la tiene—siguió Lily

-Dumbledore!—dijeron todos mirándolo

-aunque Grindelwald no admitió tenerla—razonó Alice viendo que Dumbledore no decía nada.

-Sí la tiene—objetaron los demás, Frank continuo—voldemort lo vio robándosela a Gregorovitch.

-Por lo tanto es verdad—siguió sirius

-Usted tiene la varita de sauco—dijo james dirigiendo su mirada a la varita del director.

-Así es—aceptó este finalmente, recordando como la había ganado—cuando derroté a Gellert—a ninguno se le paso que lo llamo por su nombre—gané la varita, yo sabía que era la varita de sauco la que Gellert estaba usando, y también sabía que debía detenerlo—confesó—así que lo enfrenté, de alguna forma gané—dijo sin entrar en detalles respecto al duelo—y con eso gané la lealtad de la varita, no es algo que muchos sepan.

-Voldemort no tardará en descubrirlo—dijo Lily preocupada.

-Espero que Harry lo evite—arguyó sirius

-No creo que lo haga—dijo james entendiendo correctamente la mirada de Dumbledore—¿verdad, señor?

-Así es james—estuvo de acuerdo Dumbledore

-¿Quieres decir que es mejor que voldemort la tenga?—preguntó horrorizado sirius

-No exactamente, canuto—le contestó—creo que lo mejor es que leamos, así entenderemos mejor el asunto y sabremos a ciencia cierta que va a pasar.

Y pensaba en Colagusano, muerto a causa del pequeño e inconsciente impulso de piedad... ¿Dumbledore había previsto eso?... ¿Cuánto mas había sabido?

Mientras leían las cavilaciones de Harry, ellos hacían lo mismo: elaboraban teorías sobre el nuevo paso a seguir de Harry y sus amigos.

Harry perdió el sentido del tiempo. Sólo supo que la oscuridad se había aligerado algunos grados cuando se reunió por fin con Ron y Dean.
-¿Cómo esta Hermione?
-Mejor -dijo Ron-. Fleur se esta ocupando de ella.
Harry tenía su réplica preparada para cuando preguntaran por qué no había creado simplemente un sepulcro perfecto con su varita, pero no la necesitó. Bajaron al agujero que había hecho con la pala y comenzaron a trabajar juntos en silencio hasta que el agujero pareció lo bastante profundo.

-Me encanta como Ron y Harry se entienden—dijo Lily—me recuerda a ustedes—terminó mirando a Remus, james y sirius

-Claro, pelirroja—sirius sonreía de manera burlona—era necesario, de lo contrario nos habrían atrapado en muchas bromas.


Harry envolvió al elfo mas cómodamente en su chaqueta. Ron se sentó en la orilla del sepulcro y se quitó los zapatos y calcetines que colocó en los pies desnudos del elfo. Dean produjo un sombrero de lana que Harry colocó cuidadosamente en la cabeza de Dobby, cubriendo sus orejas de murciélago.

Todos estaban asombrados por el respeto mostrado hacia el elfo muerto, no era que ellos no respetaran a los elfos, de hecho ofrecieron a kreacher sentarse antes de iniciar la lectura, pero lo que hacían los chicos, parecía tener un significado especial, pues todos sabían que las prendas para un elfo significaban libertad.

-Deberíamos cerrarle los ojos.
Harry no había oído a los otros aproximándose a través de la oscuridad. Bill vestía un abrigo de viaje, Fleur un largo delantal blanco, de uno de sus bolsillos sobresalía una botella que Harry reconoció como una Poción Crece-Huesos.

-¿Por qué no me extraña que un Potter conozca la poción crece huesos?—inquirió con ironía            Ángela.

-Como  dijiste—explicó james—es un Potter, esta en sus genes, al igual que volar y el cabello indomable.

Pese a la situación triste que describía el libro, no pudieron evitar sonreír ante la respuesta de james.

Hermione estaba envuelta en un vestido prestado, pálida e inestable sobre sus pies. Ron la rodeó con un brazo cuando ella le alcanzó. Luna, vestida con uno de los abrigos de Fleur, se agachó y posó los dedos tiernamente sobre cada uno de los párpados, deslizándolos sobre su mirada cristalina.
-Ya esta -dijo suavemente-. Ahora podría estar durmiendo.

-Esa chica es realmente extraña—dijo sirius con el ceño fruncido

-Por supuesto—aportó james—es hija de Xenophilus—terminó como si eso explicara todo.

Harry colocó al elfo en el sepulcro, acomodó sus pequeños miembros como si estuviera descansando, luego salió y lanzó una última mirada al pequeño cuerpo. Se obligó a sí mismo a no desmoronarse mientras recordaba el funeral de Dumbledore, y las filas y filas de sillas doradas, y al Ministro de Magia en la fila principal, la enumeración de los logros de Dumbledore, la magnificencia de la blanca tumba de mármol. Sentía que Dobby se merecía un funeral tan grandioso como ése, y el elfo yacía entre los arbustos en un agujero precariamente cavado.

-no puedo creer cuántas muertes ha tenido que ver—se lamentó Lily

-Es el precio de la guerra—dijo Dumbledore solemne—es una lástima que un peso tan grande este sobre sus hombros, pero es una suerte que Harry sepa afrontarlo.

-No debería hacerlo—protestó Lily

-Sin embargo, en ocasiones—insistió Dumbledore—la vida nos exige mas de lo que sería justo, y cuando respondemos correctamente ates estas situaciones, mostramos la calidad de persona que somos. Harry ha demostrado ser de la mejor clase.

Y ante eso Lily no pudo decir nada. Dumbledore siguió la lectura.

-Creo que deberíamos decir algo, -dijo Luna-. Yo lo haré primero, ¿puedo?.
Y puesto que todos la miraban, dirigió su discurso a los pies de la tumba del elfo muerto.
-Muchas gracias Dobby por rescatarme de ese sótano. Es injusto que tuvieras que morir cuando eras tan bueno y tan valiente. Siempre recordaré lo que hiciste por nosotros. Espero que ahora seas feliz.

-Si sirius es extraña—acordó Remus—pero una gran persona.

-Nunca dije lo contrario—respondió sirius con una sonrisa.

Se dio vuelta y miró expectante a Ron, que se aclaró la garganta y dijo con voz ronca
-Sí... gracias Dobby.
-Gracias -murmuró Dean.
Harry tragó.
-Adiós Dobby -dijo, era todo lo que podía hacer, ya que Luna lo había dicho todo por él. Bill alzó su varita y la pila de tierra que había junto al sepulcro se elevó en el aire y cayó limpiamente sobre él, en un pequeño montón rojizo-. ¿Les importa si me quedo aquí un momento? - preguntó a los demás.
Murmuraron palabras que no alcanzó a oír; sintió gentiles palmadas en la espalda, y luego todos volvieron a la casa, dejando a Harry solo junto al elfo.

-Debía ser realmente unido a Dobby—expuso Lily—para que este tan afectado

-Tal vez después de liberarlo podríamos ofrecerle vivir con nosotros—propuso james

-Es una gran idea—acordó Lily con una sonrisa.—esta decidido, cuando logremos liberar a Dobby, este vendrá a vivir con nosotros.

Miró alrededor. Había un buen número de grandes piedras blancas, pulidas por el mar, que marcaban el linde de los lechos de flores. Tomó una de las mas grandes y la colocó como si fuera una almohada sobre el lugar donde ahora descansaba la cabeza de Dobby. Luego tanteó en su bolsillo en busca de una varita. Tenía dos allí. Lo había olvidado, perdido el rastro; ahora no podía recordar de quien eran esas varitas; podía recordar arrancarlas de la mano de alguien. Eligió la mas corta, la que sentía mas cómoda en su mano, y apuntó a la roca. Lentamente, bajo su susurrada instrucción, profundos cortes aparecieron en la superficie de la roca. Sabía que Hermione podía haberlo hecho mas limpiamente,  y probablemente mas rápidamente, pero quería marcar él la piedra como había querido cavar el sepulcro. Cuando se detuvo de nuevo, leyó en la piedra: AQUÍ YACE DOBBY, UN ELFO LIBRE.

Lily se sentía excesivamente orgullosa de su hijo, pues a pesar de haber vivido 10 años en compañía de los Dursley, que lo trataban realmente mal, Harry era una gran persona, se preocupaba por los demás y no se sentía superior a nadie, eso la hacía sentirse feliz, se alegraba de que su hijo fuese esa clase de persona.

Examinó su trabajo un par de segundos mas, luego se alejó, la cicatriz todavía le dolí un poco, y su mente estaba llena de esas cosas que habían llegado a él en el sepulcro, ideas que habían tomado forma en la oscuridad, ideas tan fascinantes como terribles.

Se extrañaron ante esa exclamación y se preguntaron que pensamientos rondaban por la mente de Harry, que ideas se le había ocurrido mientras cavaba la tumba de Dobby.

Estaban todos sentados en la sala de estar cuando entró al pequeño salón, su atención se concentró en Bill, que estaba hablando. El cuarto estaba pintado luminosamente, bonito, con un pequeño fuego de madera ardiendo brillantemente en la chimenea. Harry no quería dejar barro en la alfombra, así que se quedó en la puerta, escuchando.

Kreacher escuchaba en silenció, miraba a todos lados moviendo sus orejas, y envuelto en la toalla sucia con que había llegado.

-... por suerte Ginny estaba de vacaciones. Si hubiera estado en Hogwarts, podrían haberla cogido antes de que la alcanzáramos. Ahora sabemos que también esta a salvo-. Miró alrededor y vio a Harry allí de pie-. Los he estado sacando a todos de la Madriguera -explicó-. Los trasladé a la casa de Muriel. Los mortífagos saben ahora que Ron esta contigo, se limitaron a marcar a la familia… no te disculpes -añadió al ver la expresión de Harry-. Siempre fue una cuestión de tiempo, Papá lleva meses diciéndolo. Somos la mayor familia de traidores de sangre que ha habido.

-Y también una de las familias con los mejores principios que existe—dijo Ángela

-No podría estar mas de acuerdo—convino Lily que se sentía personalmente agradecida con Molly y su familia.

-Y lo mejor es que se sienten orgullosos de serlo—dijo james—y que no culpan a Harry por tener que esconderse.

-¿Cómo se les ha protegido? -preguntó Harry.
-Encantamiento Fidelius.

-Me preguntó porque voldemort no ha atacado aún la casa de Remus—preguntó Lily

-Voldemort debe creer que ustedes tienen las defensas totalmente preparadas—dijo Dumbledore—y que la orden los protege, no ha creído conveniente atacar, debe estar esperando que pase un tiempo, que ustedes se sientan confiados y bajen sus defensas, para entonces poder actuar.

-Me preguntó que le pasara a Pettegrew—dijo james—cuando voldemort se entere de que su tapadera se descubrió.

-¿Estas preocupado por el?—inquirió atónito sirius

-Canuto, tu mismo lo oíste—dijo james—el tuvo la oportunidad de matar a Harry, y no lo hizo, algo bueno debe quedar en el

-¿Piensas perdonarlo?—preguntó alzando la voz

-Por supuesto que no—dijo negado enérgicamente, era algo que tenía claro—pero no estoy muy seguro de querer que voldemort se encargue de él, tal vez deberíamos atraparlo y mantenerlo encerrado mientas voldemort cae y cuando eso pase podemos enviarlo a Azkaban, y que se pudra allí para siempre

-Tal vez no sea tan mala idea—razonó Remus

-Lo discutiremos después—dijo Lily—profesor, continúe.

El Guardián Secreto es Papá. Y nosotros lo hemos hecho aquí también, yo soy el Guardián Secreto aquí. Ninguno de nosotros puede ir al trabajo, pero eso no tiene mucha importancia. Una vez Ollivander y Griphook estén lo suficientemente bien, nos mudaremos a la casa de Muriel también. No hay mucho espacio aquí, pero ella tiene mucho. Estamos curando las piernas de Griphook. Fleur le ha dado Poción Crece-Huesos, así que probablemente podamos moverlo en una hora o…
-No -dijo Harry y Bill pareció asustarse-. Los necesito a ambos aquí. Necesito hablarles. Es importante. -Oyó la autoridad en su propia voz, la convicción, la voz de la determinación que había llegado a él mientras cavaba la tumba de Dobby.

Todos supieron que Harry había tomado una decisión, algo les decía que había escogido los Horrocruxes por encima de las reliquias, pero no los tranquilizaba el hecho de que voldemort se hiciera con la varita de sauco, de hecho era una posibilidad que les aterraba.

Todos los rostros se giraron hacia él con aspecto confundido.
-Voy a bañarme -dijo Harry a Bill mirándose las manos todavía cubiertas de fango y de la sangre de Dobby–. Después necesitaré verles, inmediatamente. Caminó hacia la pequeña cocina, el fregadero bajo la ventana tenía vistas al océano. El ocaso se perdía en el horizonte, un color entre rosado y dorado. Mientras se lavaba, seguía otra vez el tren de pensamientos que había llegado a él en el oscuro jardín.

-¿Quién escribió eso?—preguntó irritado sirius—¿no pueden decir de una vez cual fue la decisión que tomó? ¿Tienen que dar tantas vueltas?

-Supongo que intentan contarlo tal y como ocurrió—dijo Alice con un encogimiento de hombros.

Dobby ya nunca podría decirles quién le había enviado al sótano, pero Harry sabía lo que había visto. Un penetrante ojo azul le había mirado a través del fragmento de espejo, y entonces la ayuda había llegado. Hogwarts siempre ayudará a aquellos que lo pidan.

Dumbledore sonrió cuando leyó eso, pues era lo que solía decirle a sus alumnos en ese tiempo, en tiempos de guerra, siempre les recordaba que Hogwarts era su refugio, y que los ayudaría siempre que lo requirieran.

Harry se secó las manos, indiferente a la belleza de la escena que se desplegaba fuera de la ventana y a los murmullos de los demás en la sala. Miró hacia fuera mas allá del océano y sintió mas cerca, este atardecer, mas que ninguna otra, mas cerca al corazón de todo. Y su cicatriz todavía dolía, y sabía que Voldemort estaba sacando las mismas conclusiones.

Se preguntaban porque si Harry sabía que voldemort iba a hacer lo mismo que el, el joven se quedaba tan tranquilo, ya habían descubierto que no era de los que se quedan sin hacer nada. Harry era un mago de acciones.

Harry lo entendía pero no lo entendía. Su instinto le decía una cosa, su cerebro otra. El Dumbledore de su cabeza sonreía, examinando a Harry sobre la punta de sus dedos unidos en un ademán de rezo.
Le diste a Ron el Desiluminador... le entendías... le diste una salida...

Dumbledore, al igual que el de la cabeza de Harry, sonreía mientras leía, dejando a los que estaban con el intrigados, pues esa sonrisa era anticipatoria, como si ya supiera el siguiente paso de Harry.

Y entendías a Colagusano también... sabías que había un atisbo de
remordimiento allí, en alguna parte...

La sonrisa no se borraba de los labios del director, ni su orden lo conocía tan bien.

Y si los conocías a ellos... ¿Qué sabías acerca de mí, Dumbledore?
¿Estoy destinado a saber pero no a buscar? ¿Sabías lo que sentiría al respecto? ¿Por eso me lo pusiste tan difícil? ¿Para que tuviera tiempo de pensarlo?

Empezaban a entender un poco la sonrisa de Dumbledore, pese a tener todavía interrogantes en su cabeza.

Harry estaba inmóvil, sus ojos congelados, observando el lugar donde un brillante rayo de luz dorada del sol se alzaba en el horizonte. Luego miró sus manos limpias y estuvo momentáneamente sorprendido de ver el aspecto que tenían. Las bajó y regresó al salón, y mientras lo hacía, sintió su cicatriz palpitar furiosamente, y luego correr rápidamente a través de su mente, veloz como el reflejo del vuelo de un dragón sobre el agua, el contorno de un edificio que conocía extremadamente bien.

El silencio de la habitación solo era roto por las ocasionales risas de Harry y Neville y la voz pausada y clara de Dumbledore  pero los adultos e incluso el elfo se mantenían en silencio, escuchado atentamente lo que el libro consignaba.

Bill y Fleur estaban a los pies de las escaleras
 -Necesito hablarles a Griphook y Ollivander -dijo Harry.
-No -dijo Fleur-. Vas a teneg que espegag Haggy. Ambos estan muy cansados…
-Lo siento -dijo él calmadamente, -pero no puedo esperar. Necesito hablarles ahora. En privado… y por separado. Es urgente.
-Harry, ¿qué demonios esta pasando?- preguntó Bill-. Llegaste aquí con un elfo doméstico muerto y un duende semi-inconsciente, Hermione esta como si la hubieran torturado, y Ron acaba de negarse a contarme nada…

-No debe ser nada fácil para Bill ayudarlos sin tener respuestas—dijo Frank

-No—estuvo de acuerdo Remus—pero que Harry sea el mejor amigo de su hermano puede ayudar, además la orden sabe que Harry tiene una misión de Dumbledore, y que Ron y Hermione le acompañan.

-Aún así—dijo Lily—me gustaría que contaran con alguien mas.

-A todos nos gustaría—la apoyó su esposo—pero Dumbledore debe tener sus motivos para haberlo enviado solo.

Nadie rebatió, pues escuchar a Dumbledore usualmente era lo correcto.

-No podemos decirte lo que estamos haciendo -dijo Harry llanamente-. Estas en la Orden, Bill, tu sabes que Dumbledore nos dejó una misión. Se supone que no podemos hablar acerca de eso con nadie mas.
Fleur hizo un ruido de impaciencia, pero Bill no la miró; estaba mirando a Harry. Su profundamente asustado rostro era difícil de descifrar. Finalmente, Bill dijo
-Esta bien. ¿Con quién deseas hablar primero?.

-Es increíble—dijo Frank—como confían en Harry, solo tiene 17 años, pero confían en el

-Es porque saben la clase de persona que es—dijo Ángela—saben que pueden confiar en él.

-y mas si dice que es una misión de Dumbledore—apoyó Frank.

Harry dudó. Sabía lo que pesaba su decisión. No había tiempo; era el momento de decidir; ¿Horcruxes o Reliquias?
-Griphook -dijo Harry-. Hablaré con Griphook primero.

-Horrocruxes—dedujeron todos

-Pues creo que es la decisión correcta—opinó Lily

-Si—dijo sirius pensativo—aunque una varita invencible no le haría mal.


El corazón le latía como si hubiera hecho una carrera y acabado de evitar un enorme obstáculo.
-Aquí arriba- dijo Bill, enseñándole el camino.
Harry había subido varios escalones cuando se paró y miró atrás.
-¡Los necesito a ustedes dos también! -les dijo a Ron y Hermione, quienes se habían estado escondiendo, medio cubiertos, en el camino a la puerta de la sala de estar.
Ambos se movieron hacia la luz, muy aliviados.

-No pensarían que Harry los iba a dejar fuera—se indignó sirius—y yo que creía que hermione era inteligente.

-Es Harry—explicó Lily—ya vieron que siempre quiera hacer todo solo, no quiera arriesgarlos, menos después de lo que paso con hermione.

-¿Cómo estas? –le preguntó Harry a Hermione-. Estuviste sorprendente… contando esa historia con el daño que te estaba haciendo esa bruja
Hermione esbozó una débil sonrisa mientras Ron le daba un apretón de una mano.

-¿Creen que esos dos por fin se decidan?—preguntó sirius con su habitual tono burlón.

-No lo sé, canuto—lo secundó james—pero si no lo hacen ahora es porque son mas lentos de lo que pensábamos.

Los demás negaron, esos dos nunca cambiarían, el futuro del mundo mágico esta por decidirse y esos dos se preocupaban por si Ron y Hermione eran lentos para demostrarse lo que sentían.

-¿Que vamos a hacer ahora Harry? -preguntó.
-Ya verás. Ven.
Harry, Ron y Hermione siguieron a Bill escaleras arriba hasta un pequeño piso que daba a tres puertas.
-Aquí -dijo Bill, abriendo la puerta que daba al cuarto de él y Fleur. También tenía vista al mar, ahora la puesta de sol de un vivo dorado. Harry se dirigió hacia la ventana, y dio la espalda a la espectacular vista, y esperó, sus brazos cruzados, su cicatriz punzando. Hermione se sentó en una silla junto al vestidor; Ron se sentó en el reposabrazos.

-Cornamenta, creo que ahora si se dirán todo—dijo sirius divertido

-Mmmm, no lo sé, canuto—expresó el otro dudoso—no lo creo.

-Te apuesto 10 galeones a que no pasa del tiempo que estén en casa de bill y fleur—dijo sirius extendiendo la mano.

-Hecho—dijo james tomándola—te apuesto a que se van del refugio y siguen igual.

-Niños!—murmuraron Alice, Ángela y Lily negando con la cabeza divertidas.

-Vamos!—dijo sirius sonriendo—saben que por eso es que nos quieren.
 Eso logró que los demás rieran, después de intentar si éxito no hacerlo.


Bill reapareció, trayendo el pequeño duende, a quien sentó cuidadosamente sobre la cama. Griphook gruñeó un gracias, y Bill se fue, cerrando la puerta sobre ellos.
-Siento sacarlo de su cama -dijo Harry-. ¿Cómo estan sus piernas?.
-Doloridas -replicó el duende-. Pero sanando.
Todavía asía la espada de Gryffindor, y tenía un aspecto extraño: medio enfadado, medio intrigado. Harry notó la piel enfermiza del duende, sus largos dedos delgados, sus oscuros ojos. Fleur le había quitado los zapatos: sus grandes pies estaban sucios. Era mas grande que un elfo domestico, pero no por mucho. Su curva cabeza era mucho mas grande que la de un humano.

-Nunca me han gustado los duendes—dijo Alice frunciendo el ceño.

-tampoco a mi—dijo Lily—me parecen sanguinarios y siempre quieren pelear.

-Son una raza peligrosa—dijo Dumbledore antes de seguir leyendo.

-Usted probablemente no recuerde…- comenzó Harry.
-…¿que yo fui el duende que te guió a tu cámara, la primera vez que visitaste Gringotts? -dijo Griphook-. Lo recuerdo Harry Potter. Incluso entre los duendes, eres muy famoso.

-Vaya—dijo james—si hasta los duendes lo conocen es que es realmente famoso.

-Es cierto—apoyó Remus—los duendes nunca se interesan en los asuntos de los magos, y si saben todo el asunto de Harry es porque es mas famoso de lo que pensábamos

Harry y el duende se miraron, examinándose el uno al otro. La cicatriz de Harry todavía punzaba. Quería terminar la entrevista con Griphook rápidamente, y al mismo tiempo estaba temeroso de hacer un movimiento en falso. Mientras trataba de pensar la mejor manera de hacerle su petición, el duende rompió el silencio.
-Tú enterraste al elfo -dijo, sonando inesperadamente rencoroso-. Te vi desde la ventana del cuarto que esta junto a este.

-Lo dicho, no me gustan los duendes—repitió Alice

-No eres la única—dijo Ángela.

-Sí- dijo Harry.
Griphook lo miró por el rabillo del ojo.
-Eres un mago inusual, Harry Potter.
-¿En qué sentido?- preguntó Harry, rascándose la cicatriz inconscientemente.
-Cavaste el sepulcro.
-¿Y?-
Griphook no respondió. Harry pensó que estaba siendo despreciado por actuar como un Muggle, pero no le importó si Griphook aprobaba el sepulcro de Dobby o no. Se decidió a pasar a la ofensiva.

-Digno Potter, con carácter Evans—opinó sirius

-Cállate—dijo Lily—tu actuarias de la misma forma

-Si—dijo sirius—pero algo de Black debería heredar, además que desde los 11 estoy con un Potter, y a partir de los 16 viví con su familia, así que está en mi sangre, y si no, cornamenta tiene toda la culpa

-No culpes a mi esposo—dijo Lily divertida—tu venias con defecto de fábrica!

Sirius amaba las veces en que bromeaba, pese a ser el objeto de las bromas por lo que fue el primero en iniciar a reír, antes de que Dumbledore les pidiera que se tranquilizaran y volvieron a leer.

-Griphook, necesito preguntarle…
-También rescataste a un duende...
-¿Qué?
-Me trajiste aquí, me salvaste.
-Bueno, ¿le debo una disculpa? -dijo Harry un poco impaciente.

Sirius no dijo nada, pero dirigió a Lily una mirada de te lo dije, que la pelirroja ignoró olímpicamente.

-No, Harry Potter- dijo Griphook, y con un dedo torció su delgada barba negra sobre su barbilla-, pero eres un mago muy extraño.
-Bien -dijo Harry-, Necesito algo de ayuda, Griphook, y usted puede dármela.

-No estoy muy seguro de que un duende acepte ayudar a un mago—dijo Frank

-Tal vez Harry lo consiga—opinó Remus—después de todo Griphook también huye de voldemort, no lo haría por ayudar a Harry, lo haría por ayudarse a si mismo.

-Viéndolo desde ese punto de vista—aceptó Frank luego de considerarlo—tal vez tengas razón.

El duende no dio ninguna señal de perturbarse, pero continuó con el ceño fruncido hacia Harry como si nunca hubiera visto algo como él.
-Necesito abrir una cámara de Gringotts.

-ESTA COMPLETAMENTE LOCO!—Dijeron todos al tiempo, Dumbledore y kreacher eran los únicos que permanecía en silencio.

-Cornamenta, tu hijo esta definitivamente loco—dijo sirius entre la admiración por lo que pretendía Harry y la sorpresa por lo imposible de la misma—eso es algo que nadie en su sano juicio haría.

-Tienes razón, canuto—dijo james entre preocupado y admirado por la aspiración de su hijo—es una locura

-Es un suicidio!—gritó Lily—espero que el duende se niegue a ayudarles

-Debe ser importante—opinó Remus—aunque no quita lo arriesgado—finalizó al captar la mirada asesina de Lily

-Aunque siempre se las arregla para salir bien librado de todo—opinó Ángela

-Pero eso que plantea es imposible—repitió Lily al borde de la histeria—nadie, absolutamente nadie se ha atrevido a robar en Gringotts, por algo es el lugar mas seguro del mundo.

-Después de Hogwarts—dijeron Alice, Frank y Ángela al tiempo

-Como sea—dijo Frank—seré mejor que leamos, así averiguaremos que paso, profesor por favor continúe.


Harry no había tenido la intención de decirlo tan mal: las palabras salieron forzadas de él como un disparo de dolor a través de su cicatriz y vio, otra vez, el contorno de Hogwarts. Cerró su mente firmemente. Necesitaba hacer el trato con Griphook primero. Ron y Hermione miraban a Harry como si se hubiera vuelto loco.

Era evidente que no solo Ron y Hermione lo creían loco, todos lo pensaban, Dumbledore pensaba que era intrépido, esperaba que todo le saliera bie.

-Harry… -dijo Hermione, pero fue interrumpida por Griphook.
-¿Abrir una cámara de Gringotts? -repitió el duende, haciendo una mueca mientras se acomodaba en la cama-. Eso es imposible.

-Exactamente—dijo Lily de manera triunfal

-No, no lo es -dijo Ron-. Ya lo han hecho

-¿Qué?—todos estaban asombrados

-¿Qué decías pelirroja?—preguntó sirius con suficiencia—ah!, sí, que nunca NADIE había robado en Gringotts.

-Sí -dijo Harry-. El mismo día en el que le conocí, Griphook. Mi cumpleaños, hace siete años.

-Técnicamente—rebatió Lily la anterior afirmación de sirius—no lo han hecho aún, faltan aún diez años para eso.

-El caso es que Harry no va a ser el primero en intentar robar en Gringotts—dijo sirius decidido a no perder—así que tu pierdes

-Eres imposible—dijo Lily decidiendo que no valía la pena discutir con sirius

-Lo sé—dijo de forma arrogante, Ángela sonrió y besó su mejilla mientras Lily negaba divertida.

-La cámara en cuestión estaba vacía en ese momento -impuso el duende y Harry entendió que incluso aunque Griphook hubiera dejado Gringotts, estaba ofendido con la idea de sus defensas siendo violadas-. Su protección era mínima.
-Bueno, la cámara a la que queremos llegar no esta vacía, y adivino que su protección debe ser muy poderosa -dijo Harry-. Le pertenece a los Lestrange.

-¿Para que querrá entrar en la cámara de los Lestrange?—preguntó Ángela completamente intrigada

-Creo…creo que Harry piensa que podría haber un horrocrux allí—dijo Lily preocupada

-Sí es así vamos a tener muy difícil conseguirlo—se lamentó Remus

-Encontraremos la manera de hacerlo—los tranquilizó Dumbledore

-Sí—dijo sirius con optimismo—además será una gran aventura entrar en Gringotts

-Eso, si en verdad hay un horrocrux allí, y si voldemort ya se lo dio a guardar a Bellatrix—concluyó Frank

Vio a Ron y Hermione mirarse el uno al otro, asombrados, pero ya habría tiempo para explicárselo cuando Griphook hubiera dado su respuesta.
-No tienes ninguna posibilidad -dijo Griphook llanamente-. Ninguna posibilidad en absoluto. Si buscas bajo nuestros suelos, un tesoro que nunca fue tuyo…-
-Mago, has sido advertido, cuidado…sí, lo sé, lo recuerdo -dijo Harry-. Pero no estoy tratando de coger ningún tesoro, no estoy tratando de coger nada como ganancia personal. ¿Me crees?.

-Se nota que no ha tratado antes con duendes—dijo james

-es cierto—aceptó Frank—no sabe que no son muy propensos a confiar en los magos


El duende miró a Harry, y la cicatriz en forma de rayo en la frente de Harry ardió, pero lo ignoró, negándose a reconocer el dolor o su invitación.

-Si hay un mago del que creería que no busca una recompensa personal –dijo Griphook finalmente-, ese serías tú, Harry Potter. Los elfos y los duendes no han sido tratados con la protección o el respeto que tú has mostrado esta noche. No de gente con varitas.

-Parece que su nobleza le va a servir para conseguir la ayuda de Griphook—dijo Alice.

-No estoy muy segura de que eso me alegre—contestó Lily

-Gente con varitas -repitió Harry: la frase sonó extraña a sus oídos mientras su cicatriz ardía, mientras Voldemort situaba sus pensamientos hacia el norte, y mientras Harry ardía de curiosidad por preguntarle a Ollivander, que estaba en la puerta de al lado.
-El derecho a llevar una varita -dijo el duende tranquilamente-, ha sido una larga pelea entre duendes y magos.-

-Ya empezamos—sirius suspiró—la eterna discusión.

Nadie contestó, por lo que Dumbledore siguió leyendo.

-Bueno, los duendes pueden hacer magia sin varitas -dijo Ron.
-¡Eso es insustancial! Los magos rehúsan compartir los secretos de la sabiduría de las varitas con otros seres mágicos, nos niegan la posibilidad de extender nuestros poderes.
-Bueno, los duendes tampoco comparten nada de su magia -dijo Ron-. Ustedes no nos dirán cómo hacer espadas y armaduras como las que hacen. Los duendes saben trabajar el metal de una forma en la que un mago nunca…

-Si quieren que los ayuden—dijo lentamente Frank—ese es un muy mal camino para convencerlo.

Los demás asintieron de acuerdo.

-No importa -dijo Harry, notando la cara de Griphook subir de color-. Esto no trata acerca de magos contra duendes, o algún otro tipo de criatura mágica…
Griphook hizo una sucia risa.
-¡Pero es eso! ¡Es precisamente eso! Según crece el poder del Señor tenebroso, su raza se afirma con mas fuerza sobre la mía. Gringotts cae bajo el imperio de los Magos, los elfos domésticos son asesinados, ¿y quién entre los que llevan varita protesta?.

-Nosotros!!—gritaron

-Y no puede decir que Harry este contento—dijo Alice

-Sobre todo después de lo que paso en la mansión Malfoy—Lily estaba indignada—no puedo creer que diga que a nadie le importa—james la abrazó logrando que se calmara.

-¡Nosotros lo hacemos! -dijo Hermione. Se había sentado erguida, sus ojos brillantes-. Nosotros protestamos. ¡Estoy tan asustada como cualquier duende o elfo, Griphook! ¡Soy una Sangresucia!.
-No te llames así… -murmuró Ron.
-¿Porqué no puedo hacerlo? -dijo Hermione-. ¡Sangresucia, y orgullosa de serlo!

-Amó a esta chica—dijeron james y sirius al tiempo

-Me recuerda a ti Lils—dijo james con cariño—orgullosa de su origen, igual que yo, estoy orgulloso de decir que mi esposa es hija de muggles, y es la mejor bruja de nuestra generación.

-Es cierto—apoyo sirius—mi cuñada es la mejor, sin ofender ang—dijo volviéndose a su novia

-No me ofendes, cielo—dijo con una sonrisa—esa la verdad

Todos asentía de acuerdo con lo dicho, Lily se sonrojo por las palabras de esposo y sus amigos. Agachó la mirada apenada, james la besó en la mejilla y Dumbledore siguió leyendo.

¡No tengo una posición mas alta que usted bajo este nuevo orden, Griphook! ¡Es a mí a quien eligieron torturar, en casa de los Malfoy!
Mientras hablaba, echó a un lado el cuello del vestido para revelar el pequeño corte que Bellatrix le había hecho, rojo en contraste con su garganta.
-¿Sabía que fue Harry quien liberó a Dobby? –preguntó-

-Era de suponerse—dijo sirius ante esa nueva información

. ¿Sabías que buscamos la libertad de los elfos durante años? -(Ron se sintió incómodo en el brazo del sillón de Hermione)- ¡Usted no puede desear que Quién-Ud-Sabe sea derrotado mas que nosotros, Griphook!-

-Esa es la actitud!—sirius dio un puño al aire—insisto, me encanta esta chica.


El duende miró a Hermione con la misma curiosidad que había mostrado por Harry.
-¿Qué buscan en la cámara de los Lestrange? -preguntó abruptamente-. La espada que se encuentra en el interior es una  copia. Esta es la real -Miró a cada uno de ellos-. Pero creo que eso ya lo saben. Me pediste que mintiera por ti allí.
-Pero la falsa espada no es lo único que hay en la cámara, ¿verdad? –preguntó Harry-. A lo mejor ha visto otras cosas allí.

-De nuevo, mal movimiento—Frank negaba con la cabeza mientras hablaba.

Su corazón latía mas fuerte que nunca. Redobló sus esfuerzos para ignorar el ardor de su cicatriz.
El duende giro su barba alrededor de su dedo nuevamente.
-Va contra nuestro código revelar los secretos de Gringotts. Somos los guardianes de fabulosos tesoros. Tenemos un deber con los objetos puestos bajo nuestro cuidado, los cuales muy  menudo han sido hechos por nuestras propias manos.

-Ese es otro tema que los duendes siempre discuten—dijo Alice—que las cosas que ellos hicieron les deben ser devueltas cuando la persona que las compró muere.

El duende movió la espada, y sus negros ojos vagaron de Harry a Hermione y a Ron y luego de vuelta.
-Tan jóvenes -dijo finalmente- para pelear contra tantos.

-¿Esta preocupado por ellos?—preguntó incrédula Ángela

-No lo creo—opinó Remus—pienso que solo esta sorprendido.

-¿Nos ayudará? -dijo Harry-. No tenemos esperanzas de entrar ahí sin la ayuda de un duende. Usted es nuestra única posibilidad.
-Yo… lo pensaré -dijo Griphook exasperadamente.
-Pero… -comenzó Ron furiosamente; pero Hermione le dio un golpe en las costillas.
-Gracias -dijo Harry.
El duende arqueó su gran cabeza curva en reconocimiento, luego flexionó sus cortas piernas.
-Pienso -dijo, acomodándose a si mismo ostentosamente sobre la cama de Bill y Fleur- que la poción Crece-huesos ha terminado su trabajo. Por fin podré dormir. Si me disculpan...

-Idiota—dijo sirius refiriéndose al duende—solo quiere dejarlos en suspenso
-Lo sabemos, canuto—dijo james divertido—no hagas espectáculo

-mira quién habla—se burló—el que vivía haciendo espectáculos en Hogwarts para lograr que cierta pelirroja saliera con el

Los Potter se sonrojaron recordándolo, mientras los demás reían.

-Sí, claro -dijo Harry, pero antes de dejar el cuarto se inclinó hacia delante y cogió la espada de Gryffindor del lado del duende. Griphook no la reclamó, pero Harry creyó ver resentimiento en los ojos del duende mientras cerraba la puerta tras él.
-Pequeño tonto -murmuró Ron-. Disfruta haciéndonos esperar.

-No es la primera vez que dices lo mismo que Ron—se burló Remus.

-¿y que?—dijo sirius sonriendo—ese chico es genial.

-Pero antes dijiste—balbuceó Remus

-Sí, sé lo que dije—contestó aún sonriendo—pero eso no quita que es genial.

-Harry -musitó Hermione, llevándolos a ambos lejos de la puerta, al medio del piso medio iluminado- ¿estas diciendo lo que creo que estas diciendo? Estas diciendo que hay un Horrocrux en la cámara de los Lestrange.

-Realmente lista—aprobaron Remus y Frank

-Sí -dijo Harry-. Bellatrix estaba espantada cuando pensó que podríamos haber estado allí, estaba fuera de sí. ¿Porque?. ¿Qué creía que habíamos visto? ¿Qué mas pensó que podíamos haber cogido? Algo de lo tenía miedo que Quien-Tu- Sabes se enterase.
-Pero pensé que estabamos buscando lugares donde Quien-Tu-Sabes había estado, lugares donde hubiera hecho algo importante -dijo Ron, pareciendo anonadado-. ¿Alguna vez estuvo dentro de la cámara de los Lestrange?.

-¿Voldemort era rico, cuando joven?—se extrañó Alice
-No, nunca tuvo dinero—les contó Dumbledore—sus libros y cosas escolares las compraba con el fondo de solidaridad del colegio.

-No se siquiera si ha estado alguna vez en Gringotts -dijo Harry-. Nunca tuvo oro allí cuando era joven, porque nadie le dejó nada. Quizás vio el banco desde fuera la primera vez que fue al callejón Diagon.

La cicatriz de Harry palpitó, pero él la ignoró; quería que Hermione y Ron entendieran lo de Gringotts antes de ir a hablar con Ollivander.
-Creo que debe haber envidiado a cualquiera que tuviera una llave de alguna cámara de Gringotts. Lo debe haber visto como un símbolo de que pertenece al mundo Mágico. Y no olviden que confiaba en Bellatrix y su esposo, eran sus sirvientes mas devotos antes que cayera, y fueron en su busca cuando desapareció. Lo dijo la noche que regresó, yo lo escuché.

-Me asombra la manera en la que Harry parece comprender a voldemort—dijo Remus

-A mi me aterra—confesó Lily

-Pero es increíble, Lily—opinó Alice—creo que solo Dumbledore entiende a voldemort de esa manera.

-Espero que eso le ayude a sobrevivir—finalizó Lily con un suspiro.

-Además esta eso de que “lo dijo la noche que regresó”—dijo james con desagrado—Eso quiere decir que Harry lo vio regresar, estuvo allí.

-Y sobrevivió—dijo asombrado pero alegre sirius—ese es mi ahijado!

-Y ahora ¿Qué querrá con Ollivander?—preguntó Ángela.

-Pues debemos leer para descubrirlo—james se volvió hacia el director—por favor, continúe.

Harry se frotó la cicatriz.
-Aunque no creo que le haya dicho a Bellatrix que era un Horrocrux. El nunca le dijo la verdad sobre del diario a Lucius Malfoy.

-Allí esta otro!—dijo sirius apuntando en un nuevo pergamino.

-Entonces tenemos—Lily tomo el pergamino de manos de sirius, y ella misma anoto los otros—el diario, que lo tiene Lucius Malfoy, el anillo que esta en casa de los Gaunt, el guardapelo en nuestro poder—escribía mientras los nombraba—la serpiente que siempre esta con voldemort, y posiblemente alguno en la cámara de Gringotts perteneciente a los Lestrange.—finalizó

-Creo que de un modo u otro debemos capturar a Malfoy—suspiró Frank—y obligarlo a indicarnos donde esta ese diario, y si sabe algo del oculto en la cámara de los Lestrange.

-Así es—suspiraron todos: tenían mucho trabajo por hacer, y no iba a ser fácil.

Quizás le dijo que era una posesión valiosa y le pidió que la guardara en su cámara. El lugar mas seguro del mundo para cualquier cosa que quieras esconder, me dijo Hagrid... excepto Hogwarts.
Cuando Harry terminó de hablar, Ron sacudió su cabeza.
-Tu realmente le entiendes.

-Así es—dijeron asombrados.

-En parte - dijo Harry.-En parte... me gustaría haber entendido a Dumbledore tanto como a él.

-Pides demasiado, Dumbledore esta loco—dijo sirius y luego reaccionó—perdón profesor—dijo avergonzado, los demás rieron

-No hay problema, sirius—contestó el director con una sonrisa, y luego empezó a leer de nuevo.

 Pero veremos. Vamos…Ahora Ollivander.
Ron y Hermione se sentían desconcertados aunque muy impresionados a medida que lo seguían a través del pequeño piso y golpeaba la puerta que se encontraba en dirección opuesta a la de Bill y Fleur. Un débil -Pasen- les respondió.

-Debe estar reamente débil—dijo Alice con tristeza—llevaba mucho tiempo secuestrado.

Los demás asintieron de acuerdo.

El fabricante de varitas estaba tendido en la cama mas alejada de la ventana. Había estado prisionero en aquel sótano durante mas de un año y había sido torturado, Harry lo sabía, en al menos una ocasión. Estaba muy delgado, los huesos de su cara sobresalían notoriamente contra su amarillenta piel. Sus grandes ojos plateados parecían divagar entre sus párpados. Las manos que yacían sobre la manta podían haber pertenecido a un esqueleto.

-Pobre hombre—se lamentó Lily.

-Es cierto—apoyó Ángela—y estoy segura de que lo torturaron en mas de una ocasión.

Harry se sentó en la cama vacía, junto a Ron y Hermione. El sol naciente no se veía desde allí. El cuarto daba al jardín sobre el acantilado y la tierra fresca del sepulcro.
-Señor Ollivander, siento molestarlo -dijo Harry.
-Mi querido muchacho -la voz de Ollivander era débil-. Tú nos rescataste. Pensé que moriría en ese lugar, nunca podré agradecerte... nunca podré agradecerte... lo suficiente.-

-Ollivander siempre ha sido extraño—dijo james recordando cuando fue a comparar su varita—pero sin duda no es una mala persona, no se merecía estar tanto tiempo allí.

-Estuvimos contentos de hacerlo.
La cicatriz de Harry palpitó. Sabía, estaba seguro, de que no tenían tiempo para apartar a Voldemort de su meta, o al menos para tratar de frustrarlo. Sintió un brote de pánico... pero había tomado una decisión al hablar con Griphook primero. Fingiendo una calma que no sentía, tomó a tientas la bolsa alrededor de su cuello y tomó las dos mitades de su varita rota.

-Espero que pueda arreglarla—dijo Lily con esperanza—será una gran ventaja si se enfrenta a voldemort.

-Señor Ollivander, necesito ayuda.
-Lo que sea, lo que sea,- dijo el fabricante de varitas débilmente.
-¿Puede repararla? ¿Es posible?- Ollivander alzó una temblorosa mano, y Harry colocó las dos mitades apenas conectadas en su palma.
-Acebo y pluma de fénix -dijo Ollivander con voz trémula. -Once pulgadas. Agradable y flexible.
-Sí -dijo Harry-. ¿Puede…?
-No -susurró Ollivander-. Lo siento, de verdad lo siento, pero una varita que ha sufrido este grado de daño no puede ser reparada de ninguna manera que conozca.

El pequeño rayo de esperanza que se había instalado en todos, se desinfló como un globo que es pinchado con una aguja.

Harry se había preparado para oír esa respuesta, pero aún así fue duro escucharla. Volvió a coger las mitades de la varita y las volvió a colocar en la bolsa alrededor de su cuello. Ollivander se quedo mirando el lugar donde la varita rota había desaparecido y no dejó de mirar hasta que Harry tomó de su bolsillo las dos varitas que había traído de la casa de Malfoy.
-¿Puede identificar estas? -preguntó Harry.
El fabricante tomó la primera de las varitas y la sostuvo cerca de sus pálidos ojos, girándola entre sus dedos, flexionándola suavemente.
-nuez y nervio de dragón –dijo-. Doce pulgadas y tres cuartos. Inflexible. Esta varita pertenecía a Bellatrix Lestrange.

-Yo no usaría esa varita—se asqueó sirius

-Tampoco yo—apoyaron los demás, para que james continuara—quien sabe cuántas muertes ha causado, quien sabe a cuantos ha torturado—y sus ojos se volvieron hacia su esposa, james se estremeció.

-¿Y ésta?
Ollivander la examinó de la misma forma.
-Espino y pelo de unicornio. Diez pulgadas justas. Moderadamente flexible. Esta era la varita de Draco Malfoy.

-Creo que entre Bellatrix y Malfoy, me quedo con la de Draco—opinó james, los demás asintieron.

-¿Era? -repitió Harry-. ¿Acaso no sigue siento suya?
-Quizás no. Si tu la tomaste…
-…lo hice…
-…entonces puede ser tuya. Claro, la forma de ver las cosas depende mucho también de la varita en sí misma. En general, si una varita ha sido ganada, su lealtad cambiará.

Las miradas de todos volvieron a la varita de Dumbledore, regresaron a la varita invencible.

Hubo un silencio en el cuarto, excepto por el distante rugir de las olas.
-Habla de las varitas como si tuvieran sentimientos -dijo Harry-. Como si pudieran pensar por sí mismas.
-La varita elige al mago -dijo Ollivander-. Eso siempre ha sido obvio para los que hemos estudiado la sabiduría de las varitas.
-¿Pero una persona puede usar una varita que no lo ha elegido? -preguntó Harry.
-Oh sí, si eres mago puedes movilizar tu magia a través de casi cualquier objeto. Pero los mejores resultados siempre aparecen con la mayor afinidad entre varita y mago. Estas conexiones son complejas. Una atracción inicial, y luego un mutuo deseo debido a la experiencia, la varita aprendiendo del mago, el mago aprendiendo de la varita.

Escuchaban atentamente, Ollivander en su tiempo les había dicho lo mismo: la varita escoge al mago, pero nunca habían recibido mas información al respecto, era interesante ver como se regía el mundo de las varitas.

El mar iba hacia delante y de vuelta; era un triste sonido.
-Tomé esta varita de Draco Malfoy por la fuerza -dijo Harry-. ¿Es seguro usarla?-
-Así lo creo. Las leyes que gobiernan al propietario y la varita son sutiles, pero la varita conquistada tiende a ir hacia su nuevo maestro.

Recordaron cuando Harry arrancó las varitas de la mano de Malfoy, y como luego atacó al hombre lobo.

-¿Así que yo debería usar esta? -dijo Ron, sacando la varita de Colagusano fuera de su bolsillo y pasándosela a Ollivander.

-Tampoco quisiera la varita de esa rata traidora—gruñeron sirius, james y Remus al tiempo

-No es como si tuviesen opción—intervino Frank con cautela—estan sin varitas, las suyas quedaron en la mansión Malfoy, deben tener algo con lo cual defenderse.

Ante esto ninguno de los merodeadores pudo discutir.

-Castaño y nervio de dragón. Nueve pulgadas y un cuarto. Frágil. Me forzaron a hacer esta tras mi secuestro, para Peter Pettigrew. Sí, si la ganas, es mas que probable que haga tus peticiones, y que las haga bien, mejor que otra varita.
-¿Y esto es cierto para todas las varitas?- preguntó Harry.
-Así lo creo -replicó Ollivander, sus protuberantes ojos sobre el rostro de Harry.- Hace profundas preguntas, Señor Potter. La sabiduría de las varitas es una parte de la magia compleja y misteriosa.

-Harry ya debe sabe que voldemort sabe donde y quien tiene la varita de sauco—dijo Ángela.

-Estoy seguro de eso—apoyó el director.

-¿así que no es necesario matar al anterior propietario para tomar la posesión de una varita?- preguntó Harry.
Ollivander tragó.
-¿Necesario? No, no debería decirse que sea necesario matar.-
-Aunque hay leyendas -dijo Harry, y las palpitaciones de su corazón se aceleraron, el dolor de su cicatriz se hacía mas intenso; estaba seguro de que Voldemort iba a poner su idea en acción-, leyendas sobre una varita…o varitas…que han ido pasando de mano en mano por asesinato.
Ollivander se volvió pálido. Contra la blanca almohada su tono era gris, y sus ojos enormes, rojos, y llenándose de lo que parecía ser temor.
-Sólo una varita, creo -susurró.

A nadie le gustaba el hecho de que voldemort tomara la varita, pero ahora sabían que Harry no haría nada para impedirlo, les intrigaba ese hecho profundamente.

-Y Usted-Sabe-Quien esta interesada en ella, no es así? -preguntó Harry.
-Yo…¿cómo? -croó Ollivander, y se volvió hacia Ron y Hermione en busca de ayuda-. ¿Cómo saben eso?

-Al parecer no todos saben de su conexión con voldemort—dijo Alice

-Eso es bueno—opinó Remus—entre menos gente lo sepa mejor, podrían creer que Harry tiene algo de voldemort, o que voldemort puede controlarlo.


-Él quería que le dijera como superar la conexión entre nuestras varitas –dijo Harry.
Ollivander parecía aterrorizado.
-¡Él me torturó, debes entenderlo! Usó la maldición Cruciatus, yo...¡yo no tenía mas opción que decirle lo que sabía, lo que creía!
-Lo entiendo -dijo Harry-. ¿Le dijo algo acerca de los núcleos gemelos? ¿Le dijo que había tenido que pedir prestada la varita de otro mago?
Ollivander parecía horrorizado, transfigurado, por la cantidad de información que tenía Harry. Asintió lentamente.

Todos lamentaban la situación del fabricante de varitas, debía estar aterrado, y se sentía culpable de haber dado información a voldemort, aunque fuera bajo amenazas.

-Pero no funcionó –continuó Harry-. Mi varita todavía vencía a la varita prestada. ¿Sabe porqué pasó eso?
Ollivander sacudió su cabeza lentamente tal como había asentido.
-Yo nunca... había escuchado tal cosa. Tu varita hizo algo único esa noche. La conexión de varitas hermanas es increíblemente rara, pero porqué tu varita habría vencido a la varita prestada, no lo sé...
-Estabamos hablando acerca de la otra varita, la varita que cambia de manos por asesinato. Cuando Quien-Usted-Sabe se dio cuenta que mi varita había hecho algo extraño, volvió y le preguntó acerca de la otra varita, ¿cierto?

Cuando voldemort se enterara de que Harry había perdido la protección de su antigua varita, se pondría bastante contento, y esa era una idea que a todos les aterraba.

-¿Como sabes esto?
Harry no respondió
-Sí, lo preguntó -susurró Ollivander-. Quería saber todo lo que pudiera decirle acerca de la varita también conocida como La Varita Mortífera, La Varita del Destino, o la Varita de Saúco.
Harry miró de soslayo a Hermione. Parecía horrorizada.
-El Señor Tenebroso -murmuró Ollivander en un silencioso y temeroso tono-siempre había estado feliz con la varita que le construí…sí, pluma de fénix y trece pulgadas y media… hasta que descubrió la conexión de las varitas gemelas. Ahora busca otra, una varita mas poderosa, como la única forma de conquistarte.

Lily se estremeció, vio a voldemort igual que como se habían enfrentado la última vez, lo vio levantando su varita contra ella, pero en lugar de ella, era su hijo quien era señalado, a la espera de recibir una maldición letal, se estremeció.

-Pero sabrá pronto, si es que todavía no lo sabe, que la mía esta dañada sin poder repararse -dijo Harry tranquilamente.
-¡No! -dijo Hermione pareciendo asustada-. Él no podría saber eso, Harry, ¿Cómo podría…?

Todos se preguntaban lo mismo, pero de alguna manera estaban seguros de que voldemort lo averiguaría.

-Priori Incantatem -dijo Harry-. Dejamos tu varita y la varita de espino en casa de Malfoy, Hermione. Si las examinan adecuadamente, haciéndolas recrear los hechizos que han hecho previamente, podrían ver que la tuya rompió la mía, verán que fallaste tratando de repararla, y se darán cuenta que he estado usando la varita de espino desde entonces.

No podían creer que un chico de 17 años hubiese llegado a esa conclusión antes que ellos.

El poco color que había ganado desde su llegada se había retirado de su rostro. Ron le echó a Harry una mirada reprobadora, y dijo:
-no nos preocupemos por eso ahora…
Pero el Señor Ollivander intervino.
-El Señor Tenebroso ya no busca la Varita de Saúco solo para destruirle, Señor Potter. El esta decidido a poseerla porque cree que lo hará realmente invulnerable.

Por extraño que pareciera, por primera vez, miembros de la orden del fénix, y voldemort estaban de acuerdo, el único que parecía no pensar lo mismo era Dumbledore.

-¿Y lo hará?.
-El propietario de la Varita de Saúco siempre debe temer el ataque –dijo Ollivander- pero la idea del Señor Oscuro de poseer la Varita Mortífera es, debo admitirlo, formidable.
Harry de pronto recordó cuan inseguro estaba, cuando se conocieron, de lo que le gustaba a Ollivander. Incluso ahora, siendo torturado y aprisionado por Voldemort, la idea del Mago Oscuro en posesión de la varita parecía cautivarlo tanto como le causaba repulsión.

-Es cierto—dijo Alice—Ollivander es algo…excéntrico.

-Usted… ¿Usted realmente piensa que esa varita existe, entonces, Señor Ollivander?- preguntó Hermione.

-Y ella todavía no se lo cree—dijo divertido sirius ante la actitud escéptica  de hermione.

-Oh sí -dijo Ollivander-, sí, es perfectamente posible seguir su curso a través de la historia. Hay espacios en blanco, por supuesto, y muy largos, donde desaparece de la vista, temporalmente perdida o escondida; pero siempre vuelve a surgir en la superficie. Tiene características certeramente identificables que aquellos instruidos en la sabiduría de las varitas reconocen. Se han escrito tratados, algunos de ellos oscuros, que yo y otros fabricantes hemos hecho nuestro objeto de estudio. Tiene el anillo de la autenticidad.
-Así que…¿usted no cree que pueda ser un mito o un cuento de hadas? –preguntó Hermione esperanzadamente.

Sirius sonreía burlón escuchando los desesperados intentos de hermione por defender su posición.

-No -dijo Ollivander-. Si es necesario que pase mediante un asesinato, no lo se. La historia es sangrienta, pero eso puede ser simplemente debido al hecho de que es un objeto muy deseable, y despierta pasiones entre los magos. Inmensamente poderosa, peligrosa en las manos equivocadas, y un objeto increíblemente fascinante para todos aquellos que estudiamos el poder de las varitas.

-Coincido en lo de peligrosa en manos equivocadas—dijo Lily

-Menos mal que hoy esa varita esta en nuestro bando—dijo sirius sonriéndole a Dumbledore, el anciano le devolvió la sonrisa antes de seguir leyendo.

-Sr. Ollivander -dijo Harry- Le contó al Innombrable que Gregorovitch tenía la Varita de Saúco, ¿no?
Ollivander se puso, si era posible, todavía mas pálido. Se veía fantasmagórico mientras tragaba saliva.
-¿Pero cómo… cómo sabe…?
-no importa cómo lo se -dijo Harry, cerrando los ojos momentáneamente porque la cicatriz le quemaba, y vio, durante unos segundos, una visión de la calle principal de Hogsmeade, todavía oscura, porque estaba mucho mas al norte-. ¿Le contó al Innombrable que Gregorovitch tenía la varita?

La certeza se instaló en todos: Voldemort conseguiría la varita de sauco esa misma noche.

-Era un rumor, -susurró Ollivander-. Un rumor, de hace muchísimos años, mucho antes que ustedes nacieran, creo que Gregorovitch mismo lo inició. Pueden ver cuán bueno sería eso para el negocio; ¡que él estaba estudiando y reproduciendo las cualidades de la Varita de Saúco!
-Sí, puedo verlo -dijo Harry. Se levantó-. Sr. Ollivander, una última cosa, y luego le dejaremos descansar un poco. ¿Qué sabe usted sobre las Reliquias de la Muerte?

-Bastante sutil—se burló sirius, Ángela le dio un golpe en la cabeza y los demás rieron ante la cara ofendida de sirius.

-Las… ¿las qué? –preguntó el fabricante de varitas, pareciendo completamente desconcertado.
-Las Reliquias de la Muerte.
-Lo siento no se de lo que me esta hablando. ¿Es algo que se hace con las varitas?
Harry examinó la cara hundida y creyó que Ollivander no estaba actuando. No sabía nada sobre las Reliquias.

Sirius se mordió la lengua para no hacer algún comentario, pero se moría por burlarse de alguna manera, podían verlo en su cara.

-Gracias -dijo Harry-. Muchas gracias. Nos marcharemos ahora para dejarle descansar un poco.
Ollivander parecía afligido.
-¡Me torturó! –jadeó-. La Maldición Cruciatus… no tienen idea…
-La tengo -dijo Harry-, ciertamente la tengo. Por favor descanse un poco. Gracias por contarme todo esto.

Lily sonrió, pese a la situación, no se cansaba de pensar en lo inmensamente orgullosa que estaba de su hijo.

Encabezó a Ron y a Hermione escaleras abajo. Harry les echó un fugaz vistazo a Bill, Fleur, Luna y Dean sentados en la mesa de la cocina, con tazas de té frente a ellos. Todos ellos alzaron la mirada hacia Harry cuando apareció en la puerta, pero simplemente les inclinó la cabeza y continuó hacia el jardín, Ron y Hermione detrás de él. Harry caminó hacia el montículo rojizo de tierra que cubría el lugar de reposo de Dobby, mientras el dolor en su cabeza se hacía mas y mas poderoso. Ahora era un esfuerzo enorme bloquear las visiones que se le imponían, pero sabía que debería resistir solamente un poco mas. Se rendiría muy pronto, porque necesitaba saber que su teoría era correcta. Debería hacer sólo un pequeño esfuerzo mas, para poder explicárselo a Ron y Hermione.

-Es un verdadero líder—la sinceridad en las palabras de Frank era palpable—sabe como actuar.

-Será un gran auror—opinó Alice con una sonrisa.

-El mejor—dijeron Remus, james y sirius al tiempo también sonriendo.

-Gregorovitch tuvo la Varita de Saúco mucho tiempo atrás -dijo-. Vi al Innombrable tratando de encontrarla. Cuando la localizó, se encontró con que Gregorovitch ya no la tenía: le fue robada por Grindelwald. Cómo Grindelwald averiguó que Gregorovitch la tenía, no lo sé… pero si Gregorovitch fue tan estúpido de difundir el rumor, no pudo haber sido tan difícil.

Voldemort estaba a las puertas de Hogwarts; Harry podía verlo allí de pie, y veía también la luz oscilante del pre-amanecer, acercándose mas y mas.

A Dumbledore no le gustaba nada que voldemort estuviese tan cerca de Hogwarts, seguía preguntándose cómo es que había muerto sin asegurarse de dejar el colegio en buenas manos, a menos que….sí, esa era una opción, poco probable, según lo que habían leído, pero seguía siendo una opción.

-Y Grindelwald utilizó la Varita de Saúco para hacerse mas poderoso. Y en la cima de su poder, cuando Dumbledore supo que era el único que podía detenerlo, se batió en duelo con Grindelwald y le ganó, tomando la Varita de Saúco.
-¿Dumbledore tenía la Varita de Saúco? –dijo Ron-. Pero entonces… ¿dónde esta ahora?
-En Hogwarts -dijo Harry, luchando por permanecer con ellos en el borde del acantilado del jardín.
-¡Pero entonces, vamos! –dijo Ron con urgencia-. ¡Harry, vamos y la obtendremos antes de que él lo haga!

-el no lo entiende—dijo james—Harry no ira por la varita.

-y yo no estoy seguro de que sea le decisión correcta—aportó sirius.

-Es demasiado tarde para eso -dijo Harry. No podía ayudarse a sí mismo, pero podía agarrarse la cabeza, intentado ayudar a su resistencia-. Sabe dónde esta. Esta allí ahora.
-¡Harry! –dijo Ron furiosamente-. ¿Hace cuánto que lo sabes… por qué hemos estado perdiendo el tiempo? ¿Por qué hablaste con Griphook primero? Podíamos habernos ido… podríamos irnos todavía…

La verdad era que todos se preguntaban lo mismo, pero estaba seguros de que Harry había tomado la decisión correcta, después de todo, Harry había demostrado tener muy buen instinto y tomar buenas decisiones.

-No -dijo Harry, hincándose de rodillas en la hierba-. Hermione esta en lo cierto. Dumbledore no quería que la tuviera. No quería que la tomara. Quería que consiguiera los Horrocruxes.
-¡La varita invencible, Harry! –gimió Ron.
-No, se supone que yo... se supone que destruiré los Horrocruxes...

Lily sentía pena por su hijo, era una carga muy pesada la que estaba sobre sus hombros, no era justo.

Y ahora todo era frío y oscuro: El sol era apenas visible sobre el horizonte mientras planeaba sobre Snape, atravesando los jardines por encima hacia el lago.

Los merodeadores gruñeron al escuchar el nombre de Snape, los ojos de Lily llamearon de furia.

-Me reuniré en el castillo contigo en breve -dijo en voz alta y fría-. Déjame ahora.
Snape se inclinó respetuosamente y rehízo el camino de regreso, la capa negra ondulando detrás de él.

-respetuosamente—escupió sirius—maldita serpiente

-Cálmate, sirius—dijo Remus con los dientes apretados.

-Así es—dijo james de la misma forma—ya nos encargaremos de el mas tarde.

Harry caminaba lentamente, esperando que la figura de Snape desapareciera. No lo haría por Snape, ni por nadie mas, ver a dónde iba. Pero no había luces en las ventanas del castillo, y se podía ocultar… y en un segundo se había lanzado sobre sí mismo un Encantamiento Desilusionador que lo ocultaba incluso de sus propios ojos.

Se preguntaban en que parte de Hogwarts habría escondido Dumbledore la varita de sauco.

Y siguió andando, alrededor de la orilla del lago, asimilando los contornos del querido castillo, su primer reino, su legado…

-Suena a que le tiene aprecio a Hogwarts—exclamó Frank incrédulo.

-Aunque parezca imposible así es—los desengaño Dumbledore—como el dice: fue su primer reino, además de su magnificencia, Hogwarts es importante para voldemort

Los demás escuchaban atónitos la explicación de Dumbledore, le creyeron, pero solo porque era el director quien lo decían, aunque eso no lo hacía menos asombroso.

Y aquí estaba, al lado del lago, reflejada en las oscuras aguas. La tumba de mármol blanco, una mancha innecesaria en el familiar paisaje.

-No!—dijo Lily entendiendo lo que iba a pasar, los demás también se horrorizaron.

Le hizo sentir de nuevo esa corriente de euforia controlada, ese embriagador sentido de destrucción a propósito.

Tenían serios problemas para controlar la rabia y la frustración, era increíble el deseo destructivo de voldemort.

Alzó la vieja varita de tejo: cómo encajaría esto, sería su última gran acción. La tumba se abrió de pies a cabeza. La figura envuelta era tan larga como delgada había sido en vida. Alzó la varita otra vez.

-Es horrible!—se indignó Ángela mirado horrorizada al director.

-Lo sé—dijo sirius abrazándola y besando su cabello.

-Es mas que eso, es…es….es—Alice no encontraba una palabra que describiera su furia ante el hecho.

-Todos nos sentimos igual—dijo Frank haciendo lo mismo que sirius momentos antes con Ángela, james también abrazaba a Lily que temblaba de la rabia.

El director no se veía afectado, y siguió leyendo.

Los sudarios cayeron abiertos. La cara estaba traslúcida, pálida, hundida, todavía conservada casi perfectamente. Habían dejado las gafas en la nariz encorvada: Se sintió ridículamente divertido. Las manos de Dumbledore estaban dobladas sobre el pecho, allí yacía, agarrada entre ellas, enterrada con él. ¿Se había imaginado ese viejo tonto que el mármol o la muerte protegería la varita? ¿Había creído que el Señor Oscuro se asustaría por violar su tumba? La mano arácnida bajó en picado y soltó la varita del agarre de Dumbledore, y cuando la tuvo, una lluvia de chispas voló de su punta, centelleando sobre el cadáver de su último dueño, preparada por fin para servir al nuevo amo.

-Es el final—anunció Dumbledore

Ninguno decía nada, el horror por la violación de la tumba de Dumbledore los embargaba, que Harry hubiese visto la profanación de la última morada del director torturaba a Lily, la rabia y el asco se sentían en la habitación

-Creo que es hora de comer algo—dijo Dumbledore—los niños deben tener hambre, y son pasadas las ocho, es mejor cenar.

Tardaron unos segundos en reaccionar, antes de que Lily se pusiera en pie.

-Iré a preparar algo de cenar—anunció, Ángela y Alice también se levantaron, pero no pudieron avanzar mucho

-Kreacher puede hacerlo—croó el elfo—kreacher estará encantado de servir al amo sirius y sus amigos, kreacher quiere ayudar a los que quieren vengar al valiente amo Regulus.

-Esta bien, kreacher—dijo sirius luego de recuperarse de la sorpresa—puedes preparar algo de cenar.

-¿que desean que kreacher les preparé?—preguntó el elfo.

-Eeee—dudó sirius—sigue a Lily a la cocina, prepara lo que ella te indiqué.

La pelirroja, aún asombrada al igual que los demás, se dirigió a la cocina con el pequeño elfo caminando rápidamente detrás de ella.

[El contorno de un joven muy apuesto, de cabello largo y contextura algo delgada, que el pasado fue uno de los cuerpos mas envidiados a donde fuera que llegara, empezó a aparecer en una vieja y tenebrosa casa, era algo similar a un fantasma, pero que iba tomando forma y cuerpo poco a poco, los cambios en el futuro comenzaban lentamente, algo había pasado años atrás que había logrado que ese hombre empezara a reaparecer, solo que nadie lo sabia aun…]

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